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im veterinaria
piamanual cobramucha importancia. Y hagomucha quiropráctica,
que vaa trabajar sobre los complejos de subluxaciónvertebral. De las
vértebras salen raíces nerviosas que van a mandar la información a
distintos órganos y músculos. Si ese nervio está comprimido, porque
una vértebra no está en la posiciónmás correcta, esa informaciónno
saldrá ni llegará de manera correcta. No hay un feedback positivo.
Con laquiropráctica loque hago es solucionar esas pequeñas disfun-
ciones vertebrales. Afinamos el ‘piano’, para que vuelva a funcionar
de manera correcta. Cuando hacía puramente rehabilitación, nota-
ba que había casos en los que me faltaba algo. Ese clic me lo dio la
quiropráctica
”, reflexiona.
Recuerda que la fisioterapia en animales es un poco diferente a
la humana. “
Yo tengo que tener muy en cuenta que el perro no vie-
ne demanera voluntaria a hacer rehabilitación. Si yo el primer
día, aplicoel nivel queaplicaríaaunhumano, el perrome
va a odiar. El perro no entiende el porqué de esa mo-
lestia, porque todavía no ha obtenido el beneficio de
recibirla. Tengo que empezar de manera paulatina
”,
dice. Palpa al perro y observa cómo está recibiendo
su palpación. “
Los perros te dicen cuándo les duele.
El problema es que no les escuchamos. Hay
que observar síntomas que nos
está haciendo ver que el ani-
mal está teniendo dolor. La
respiración, las contraccio-
nes musculares, el jadeo.
Los perros degluten si
reciben molestia. Si
Trayectoria profesional
Valle Sánchez Ráez se diplomó en Fisioterapia en
1999. Montó su propia consulta para tratar a las per-
sonas, pero tenía inquietud por hacerlo en animales.
Siempre ha sido una apasionada de los perros. Por
eso, decidió estudiar Veterinaria, con el objetivo claro
de especializarse en Ortopedia y Rehabilitación. Y así
hizo. Luego, a posteriori, viendo que se podía abordar
al animal desde un punto de vista más especializado,
optó por diplomarse también en Quiropráctica vete-
rinaria. Desde entonces, dedica el 80% de su tiempo
laboral a rehabilitación veterinaria, sin haber abando-
nado la clínica de humana por completo. Es directora
del servicio de rehabilitación de numerosas clínicas
veterinarias de la Comunidad de Madrid.
no hago caso a esos sensores que dicen que le están haciendo daño,
puede llegar a morderme. Es raro que lleguen a eso, porque voy vi-
gilando lo que va ocurriendo antes
”, matiza. Tampoco es lo mismo
un perro considerado raza peligrosa, que son duros y apenas se
quejan de dolor, que otro al que le pones sólo la mano encima y
ya está chillando. Sánchez Ráez, que ahora mismo tiene en trata-
miento semanal a unos 16 perros, aconseja tener en cuenta qué
pacientes se están tratando.
Mayor demanda
Con todo, esta veterinaria está notando un cambio exponencial
en el mundo de la rehabilitación desde que empezó. “
Cada vez
hay más demanda del servicio de rehabilitación. Y, muchas veces, es
demandada por los propios propietarios. El que tiene un perro geriá-
trico, tiene a un familiar más. Al ser conscientes de que le queda me-
nos tiempo, le quieren darmayor calidad de vida
”, expresa. Además,
en el perro geriátrico, normalmente hay problemas de riñón o
hígado y tomar AINES empieza a ser complicado, por incompati-
bilidad. Entonces, se recurre a la rehabilitación.
Para Sánchez Ráez, “
evitar el dolor es un pilar fundamental”. “No
soporto pensar que un animal o un humano lo padezcan
”, añade.
Defiende que su trabajo cobra mucha más importancia a medida
de que el manejo del animal geriátrico es multifactorial. Aspira en
unos años a no esperar a tratar a un perro geriátrico sino a coger-
lo desde joven y tener en cuenta que ese perro tiene que llegar
a geriátrico. En medicina humana se sabe que la persona que ha
cuidado estilos y hábitos de vida tiene un envejecimiento mejor
que el que no lo ha hecho. “
Tenemos que plantearnos lomismo en
veterinaria.
Lo ideal es que cada clínica tuviera un profesional reha-
bilitador. Hay futuro para el veterinario rehabilitador
”, concluye. El
problema con la rehabilitación veterinaria es que a día de hoy no
se considera especialidad y no hay un registro como tal de veteri-
narios rehabilitadores.
El manejo de los gatos es mucho
más complicado
Respecto a los gatos, Valle Sánchez Ráez subraya que
son otro mundo. Son los pacientes que menos se ven
en la rehabilitación porque su manejo es mucho más
complicado. Esto no quiere decir que no tengan estas
patologías. “
El problema es que no se diagnostican. Son
animales más esquivos, de hábito más nocturno y nos
fijamos menos en que están padeciendo un proceso de
dolor. Hay que observar su comportamiento, si quieren
comer menos, si se orinan fuera del arenero, si no quie-
ren salir a la calle,… Muchos areneros están en alto y
tienen que saltar. Si tenía costumbre de subirse a la en-
cimera de la cocina y ya no lo hace, puede ser que sea
una señal de que el gato tiene dolor a la hora de saltar.
Tenemos que estar pendientes de esos síntomas
”, apun-
ta. Amuchos de los gatos a los que ve no se les puede
hacer un protocolo de tratamiento por cuestión del
manejo. Los pacientes de un 98% de sus casos son
perros.