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im veterinaria
R
esponsable del servicio de cirugía y traumatología del
Hospital Clínico Veterinario de la Universidad Alfonso
X El Sabio de Madrid
, desde 2009,
José Luis Martínez
Morán
señala que una de las principales patologías
articulares más frecuentes a la que deben enfrentarse, en su
práctica diaria, en perros y gatos es la rotura del ligamento
cruzado anterior y la displasia de codo. Si bien, se da más en
la especie canina ya que
“los felinos sufren mucho menos estas
enfermedades, pero hay que tener en cuenta que cualquiera de
estas dos patologías va a producir una cojera en el animal”
, afir-
ma el veterinario. Y aunque señala que, respecto a unos años,
no se ha producido un incremento de los problemas articula-
res ni de este tipo de patologías, sí es cierto que, hoy en día,
se diagnostican muchos más problemas articulares que hace
unos años. Por suerte,
“gracias a la artroscopia el diagnóstico se
ha mejorado mucho”
.
La artroscopia es una técnica quirúrgica, mínimamente invasi-
va, que permite al especialista el diagnóstico y tratamiento de
las diferentes patologías articulares a través de unas pequeñas
incisiones en la piel. Se trata de una técnica que
“en veterinaria
se lleva haciendo hace muchos años, pero, quizás, ha sido en los
últimos 10 años cuando ha habido un mayor avance. De hecho,
en mi práctica diaria la artroscopia supone alrededor del 40% de
mi trabajo”
, apunta Martínez Morán.
Propiedades regenerativas
Asimismo, otro de los procedimientos que también se están
llevando a cabo, últimamente, en las clínicas veterinarias es la
terapia celular. Esta técnica consiste en extraer grasa o médula
ósea del propio paciente, bajo anestesia o sedación, que, pos-
teriormente, se envía a un laboratorio que las cultiva.
“En unos
20 días, aproximadamente, el laboratorio nos envía las células
madre en un vial como el de una vacuna. Esas células madre se
las infiltramos al paciente dentro de la articulación y tienen un
efecto antiinflamatorio de larga duración. Es decir, estamos ha-
blando de un periodo de 4-6 meses, así como la capacidad de re-
generar tejidos y un efecto inmunomodulador”.
Un tratamiento
cuyo precio depende del tamaño del perro, del tipo de pato-
logía a tratar y del número de articulaciones que se deseen
infiltrar.
“El primer tratamiento para una articulación de un perro
mediano ronda los 500 euros. Si se infiltran dos articulaciones se
aumenta un poco el coste, pero no se duplica”
, explica Martínez
Morán.
Debido a los beneficios de esta técnica poco invasiva, según
nos cuenta el responsable del servicio de cirugía y traumatolo-
gía del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad Alfonso X
El Sabio, suele recomendarse en pacientes con patología arti-
cular, principalmente del codo y de la cadera.
“Nuestra primera
opción casi siempre es el tratamiento quirúrgico, pero ya sea por
un problema económico o por la edad del animal los dueños, a
veces, deciden no realizar el tratamiento quirúrgico y realizar la
terapia celular”
, afirma. En este caso, “
el tratamiento quirúrgico
combinado con la terapia celular sería el tratamiento ideal,
–
pero como apunta el veterinario–,
por problemas económicos
casi nunca podemos realizar ambos tratamientos a la vez”.
“En cuanto los clientes escuchan la palabra
célula madre, que está de moda, y le explicas
que no hay que operar a su mascota enseguida
les interesa el tratamiento”
De todas formas, este tratamiento de la terapia celular ha teni-
do muy buena aceptación entre los propietarios de las masco-
tas, sobre todo porque los dueños comprueban cómo, gracias
a esta técnica, los perros o gatos mejoran mucho la patología
que presentan.
“En cuanto los clientes escuchan la palabra cé-
lula madre, que actualmente está tan de moda, y le explicas que
es una técnica poco invasiva y que no hay que operar a su mas-
cota, enseguida les interesa el tratamiento”,
concluye Martínez
Morán.
Tanto es así que pone el ejemplo de un paciente, el de un pe-
rrito muy mayor que se llama Pipo, de raza Maltés, con una
gran osteoartrosis en las articulaciones de los codos, que se
movía con mucha dificultad y que en la consulta le infiltraron
las células madre.
“Pues bien, a los dos días su dueña nos pregun-
tó qué le habíamos pinchado, que había rejuvenecidomuchísimo
y ¡que si le podíamos pinchar eso a ella!”.