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im veterinaria
E
n la segunda edición de este encuentro se habló del
trabajo que realizan los profesionales en entornos
educativos y terapéuticos, así de cómo hay que cuidar
al perro para que realice su labor lo mejor posible y no
esté sometido a condiciones inadecuadas para llevarla a cabo.
Por otra parte, es importante llevar a cabo controles sanitarios,
darle la alimentación adecuada y cuidar que viva en un am-
biente propicio para su felicidad.
Bien cuidado
Según
Jaume Fatjó
,
PhD de la Universidad Autónoma de Bar-
celona
, lo primero es elegir bien al perro que se va a encargar
de la terapia con personas: “
No vale cualquier raza ni tampoco
cualquier perro. Hay que pensar qué trabajo va a realizar y con
qué colectivos, para que se adapte adecuadamente”
.
En esta misma línea, Fatjó recomendó que el guía debe ser
consciente de cuándo el perro no está en las condiciones ade-
cuadas para llevar con éxito su labor:
“Los guías no son cons-
cientes del estrés que puede llegar a sufrir el perro si no están
bien preparados para las sesiones de terapia”.
Por ello, hay que
tener presente protocolos de actuación para evitar un entre-
namiento inadecuado, demasiadas horas de trabajo –incluso
cuando la actividad sea positiva– con criterios de evaluación
sobre el estado de salud del perro:
“Si el animal manifiesta sín-
tomas como temblores, alto grado de excitabilidad, no atiende a
las órdenes o una conducta social atípica hasta el momento, eso
quiere decir que está sometido a un alto nivel de estrés y hay que
modificar las pautas de trabajo”
.
Bien alimentado
Igual que en los humanos, también resulta fundamental elegir
qué tipo de alimentación necesita el animal para su vida dia-
ria y para su actividad. Hay que darles la ración que cubra sus
necesidades energéticas y nutritivas. Para ello, lo ideal según
Ignacio Arija
,
profesor de Nutrición y alimentación animal del
Departamento de producción animal de la UCM
, es diseñar una
dieta en base a las características genéticas y fisiológicas, que
le haga mantenerse con buena salud; sin olvidar la relación
coste/calidad.
Asimismo, esa alimentación hay que elegirla según la com-
posición, el coste, la disponibilidad en el mercado y que sea
fácil de sustituir por otros alimentos si no la encontramos en
el mercado.
“Cuando damos de comer a un perro, tendemos a humanizar su
dieta, pero hay que tener en cuenta que hay que respetar su fi-
siología, su peso, edad y hábitos de vida; y finalmente comparar
entre varios alimentos para saber cuál es el más proporcionado”.
Medidas de higiene
La salud animal se tiene que tratar en relación al resto de fac-
tores de la salud pública y para ello resulta imprescindible,
según palabras de
Guadalupe Miró
del
Departamento de sa-
nidad animal de la Universidad Complutense de Madrid
, llevar a
cabo un buen programa de educación sanitaria y de medicina
preventiva, un buen diagnóstico, tratamiento y, desde luego,
informar a la población adecuadamente sobre la salud de los
animales. Para ello, según la profesora,
“se antoja imprescindi-
ble que las autoridades se impliquen en estos planes para lograr
los mejores resultados”
.
Si bien es verdad que los perros pueden transmitir enfermeda-
des como la rabia, la toxoplasmosis o la leishmaniosis,
“si hay
una adecuada higiene sanitaria en el entorno en el que convi-
ven humanos y animales no hay mayor problema”
, añade Miró,
aunque lo ideal es llevar a cabo procesos de desparasitación
varias veces al año entre los profesionales que trabajan en in-
tervenciones asistidas, así como a los perros, dependiendo de
su raza, peso, hábitos de vida, etc.
¿Cómo ayudan los perros?
Está demostrado que este tipo de terapia funciona muy bien
con niños o con mayores y ¿por qué es así? Según
Begoña
Morenza
,
fundadora y directora general de Yaracan
, los anima-
les se acercan a las personas por ellas, no por el problema que
puedan estar sufriendo:
“Generan pensamientos positivos y de
bienestar, aumenta la comunicación y aleja el aislamiento y la
apatía”.
Estos resultados se consiguen trabajando en conjunto
con los otros profesionales que atiendan a esta persona y con
la familia, lo que hará que se note una mejoría cuanto antes.
En esta misma línea,
Jordi Miró
,
Doctor en Psicología
, en su
ponencia
Perros de terapia como elemento potencial en el trata-
miento de las personas con dolor crónico
, dio fe de que funciona
y que mejora la calidad de vida de las personas que sufren do-
lor constantemente, logrando que baje la intensidad del dolor
y una reducción en el uso de fármacos. Y así lo demuestra el
trabajo que desde su departamento están haciendo en el caso
del dolor en niños y adolescentes en la Universidad Rovira i
Virgili de Tarragona.
Miró dijo que se puede comprobar que funciona, pero todavía
no saben la causa exacta de las mejoras que se producen. Y que
es aconsejable incluir este tipo de sesiones desde el principio
del tratamiento porque, ante todo, mejora el estado anímico
del paciente, se produce un efecto positivo en el pensamiento
y en la manera de afrontar los procesos del dolor y en las con-
secuencias que se derivan como la ansiedad, la depresión o el
sentimiento de incomprensión por parte de la sociedad y de
su entorno más cercano.