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im veterinaria
C
uba es una perra cariñosa y adorable que, hace nue-
ve meses, era un mero objeto para un niño de muy
corta edad con autismo.
“No se relacionaba con ella.
Era como si fuera un accesorio. La sorteaba e incluso
saltaba por encima de ella como si fuera un mueble”
, recuerda
Vanessa Carral
,
psicóloga y miembro del equipo multidisci-
plinar
que, hace casi nueve años, puso en marcha la entidad
madrileña Dogtor Animal para ofrecer terapias asistidas con
animales.
“Hoy, tras casi nueve meses de tratamiento, en el ejercicio por
ejemplo de cortarle un plátano y dárselo a Cuba, el pequeño ya
no solo se lo da a ella, sino que además intenta engañarla para
comerlo él”
, explica Carral,
“y esto para un niño con autismo es
un logro increíble porque realmente ellos no tienen teoría de la
mente, no tienen concepto del otro”
.
Otro de los pacientes de Dogtor Animal vive en una residencia
de la tercera edad y tiene un comportamiento muy agresivo
con quienes le cuidan.
“Insulta a todas las personas y no admi-
te ningún tipo de tratamiento salvo con nosotros”
, indica Carral,
que explica que en las sesiones con Lolo, otro de los perros de
Dogtor Animal,
“le mira a los ojos y le dice ‘Lolo, qué bonito eres’.
Eso nos emociona. El paciente está encantado, sonriendo, y eso lo
consigue Lolo, con su mirada tierna”
.
Profesionalización
Son solo algunos ejemplos de los logros que
se consiguen a través de las terapias asistidas
con animales.
“Surgimos porque sabíamos que
esto funcionaba por diferentes vías y apostamos
por ello como un sueño que queríamos hacer
realidad, sobre todo desde la perspectiva de
profesionalizar el mundo de las intervenciones
asistidas con animales”
, dice Carral.
“Antes de
crear nuestra entidad vimos lo que había en el
mercado y percibimos cierto desbarajuste y fal-
sos mitos que otorgaban a los animales poderes
o fuerzas que no les corresponden”
.
Los animales, según añade, hacen una gran
labor y son claves en las intervenciones de
Dogtor Animal,
“pero queríamos hacerlas de
una manera lo más profesional posible y crear
unos protocolos de trabajo adecuados y que se
correspondan con la parte de la salud en la que
trabajamos”
. Por ello, el equipo de Dogtor
Animal está formado por diferentes perfiles
profesionales, tanto de la sanidad como del
mundo animal.
Necesidades sociales
La principal línea de intervención de esta en-
tidad es la de terapias asistidas con animales,
a diferentes niveles y con diferentes tipos de
usuarios, desde infancia y atención temprana
hasta mayores de la tercera edad, pasando por
situaciones de violencia de género, de riesgo
de exclusión social o de enfermedades mentales.“
Pasamos por
todas las necesidades que podemos encontrar en la sociedad y
trabajamos desde una perspectiva terapéutica, utilizando al ani-
mal como agente motivador, como motor de los tratamientos
terapéuticos en los que incluimos a nuestros usuarios”
, explica
Carral.
Este tipo de intervenciones, en las que se abordan habilidades
cognitivas, sensoriales, físicas, comunicativas y sociales, con-
sisten en acercar un animal específicamente adiestrado junto
con un equipo especializado, siempre dirigido por un profe-
sional de la salud, para desarrollar un programa terapéutico
y/o rehabilitador. En este sentido, los equipos están formados,
aparte de por el profesional de salud y el animal, por un técni-
co y un adiestrador que vela por el bienestar del perro.
Educación curricular
Una segunda línea de trabajo en Dogtor Animal es la educa-
ción asistida con animales, que son programas que favorecen
la adquisición de conceptos, materias curriculares y/o habili-
dades instrumentales básicas. En este caso, los equipos están
dirigidos por un profesional de la educación, de nuevo con un
técnico y el adiestrador, que genera un programa en el que
El falso mito de que el animal solo cura
“El animal no cura, tiene que haber un equipo detrás”,
asegura la psicó-
loga Vanessa Carral para mencionar uno de los falsos mitos que ro-
dean a los animales respecto a la salud de las personas. “
En muchas
ocasiones te encuentras con que se recetan perros”
, indica,
“te dicen que
sonmuy buenos, que te van a venir muy bien si tienes un problema y real-
mente el animal no es el terapeuta”.
En este sentido, remarca que las terapias asistidas con animales fun-
cionan no solo por la presencia del animal, sino porque previamente
se ha realizado una valoración para ver si este tipo de recursos funcio-
nan para una persona en concreta y fundamentalmente
“porque existe
un terapeuta detrás que sabe lo que está haciendo, que está dirigiendo la
intervención hacia un sentido y que está utilizando esa motivación que
genera el animal de una manera provechosa”.
El hecho de que una persona o una familia incorpore a un amigo pe-
ludo a su hogar puede ser realmente motivador y con grandes bene-
ficios colaterales,
“pero quizá no estén siendo utilizados de la manera
adecuada para cubrir las necesidades de la persona que necesite ayuda”.
De hecho, añade Carral,
“en muchos de los casos lo que suele pasar es
que el cachorro se mete dentro de una familia cuya dinámica ya es de
por sí complicada y en la que existe una situación de mucho desgaste por
parte de los cuidadores de la persona que tiene más necesidades y supo-
ne un desgaste más. Para que estos animales estén equilibrados y pue-
dan ayudar necesitan un tiempo de estimulación, de paseos, un cuidado
de su salud y de su salud emocional y eso supone un trabajo”,
advierte.
“Al final siempre digo que si una familia incorpora un cachorro, es un
miembro de la familiamás al que vas a tener que educar y dedicarle tiem-
po y no todas las familias pueden. Por eso decir que el animal es el que
cura es un falso mito”
, reitera.