IM VETERINARIA #64

53 A Lucía Vicente lo de la veterinaria le viene de familia. Con gran orgullo, siguió la estela de su padre, también veterinario, y hoy dirige la clínica que él fundó, Centro Veterinario Los Álamos. Su actividad diaria se centra en la medicina interna, y puede decirse que es una auténtica enamorada de su profesión. “La necesidad más imperiosa en la provincia de Salamanca es acabar con el intrusismo laboral”, afirma con contundencia. Y es que, como recuerda, “si no eres veterinario, no puedes tratar a un animal”. No obstante, reconoce que “la profesión actualmente vive malos tiempos, con leyes agobiantes. Nos sentimos continuamente evaluados por los tutores: tenemos que saber todo, muy rápido y cobrando poco, sin contar con que el animal se tiene que salvar. Es una profesión sanitaria escasamente valorada, lo que suele desencadenar en burnout”. Pese a ello, Lucía Vicente se deja la piel en cada acto clínico. “En nuestro centro apostamos por la formación continuada, porque sabemos que es clave para hacer bien nuestro trabajo”. El concepto One Health es, para ella, inseparable de la medicina veterinaria. “La única manera de reivindicar su importancia es darnos a conocer, porque casi nadie conoce la trascendencia del trabajo de los veterinarios y lo que podría ocurrir si desapareciéramos”. El PRESVET ha caído como un jarro de agua fría en un sector ya de por sí castigado. Tal y como advierte la veterinaria, ha traído mayor carga burocrática y conflictos con tutores, farmacias y distribuidores. “Entiendo que hay ciertas medidas que se tienen que tomar como la trazabilidad de los medicamentos y, sobre todo, la vigilancia de los antibióticos, pero nos están pidiendo algo para lo que España no está preparada a ningún nivel”. Lucía Vicente (C.V. Los Álamos, Salamanca) “CASI NADIE CONOCE LA TRASCENDENCIA DEL TRABAJO DE LOS VETERINARIOS Y LO QUE PODRÍA OCURRIR SI DESAPARECIÉRAMOS” En cuanto a las vacunas imprescindibles para cualquier mascota, Lucía Vicente destaca la vacunación contra la rabia y la desparasitación tanto interna como externa. “En la actualidad, afortunadamente, los tratamientos imprescindibles van más allá: solemos vacunarlos de heptavalente, parainfluenza canina y leishmaniasis en el caso de los perros, y leucemia y trivalente en el caso de los gatos”. Entre las afecciones más comunes menciona las gastrointestinales, respiratorias, dermatológicas y los problemas de movilidad. Respecto a la nueva medida aprobada en Extremadura que elimina la revacunación anual contra la rabia, lo tiene claro. “Esta decisión es tremendamente grave y supone un atraso en el control de la rabia, enfermedad zoonótica y mortal, que se encuentra controlada en España gracias precisamente a las vacunaciones anuales”. Y lo resume de forma contundente: “La mejor vacuna para tratar cualquier enfermedad es conocimiento y un buen plan preventivo”. Por último, advierte que las clínicas veterinarias no pueden ser sostenibles si persiste la competencia desleal, una práctica que -asegura- cada vez es más común. “El mejor consejo que puedo darle a un compañero recién egresado es tener un amplio conocimiento de la profesión, conocer las distintas ramas que existen y, en el caso de la clínica veterinaria, apostar por la especialización”.

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