53 Si algo define a Mariví Martínez es su extensa formación. “Me formé en cirugía, realicé estancias y muchos cursos, etc., luego obtuve diplomado IVAS en acupuntura, más tarde me quedé la clínica a los cuatro años de haber empezado, y 16 años después, tras obtener dos postgrados en oftalmología, certificación por ISVPS en oftalmología, y un largo etc., me uní a IVC Evidensia y he obtenido el postgrado en Ecografía y en Diagnóstico por imagen, también un doctorado en enfermedades emergentes vectoriales en gatos de vida libre”. Hoy está al frente de clínica Centro Clínico Veterinario Teruel y además es responsable del área de pequeños animales del Colegio de Veterinarios de Teruel. La clínica que lidera está equipada con ecógrafos que permiten realizar diagnóstico avanzado, la endoscopia, ampliando a broncoscopia, la cistoscopia y la rinoscopia. E n definitiva, herramientas que permiten un abordaje menos invasivo. “Las afecciones que más atendemos son trastornos gastrointestinales, cardiopatías, problemas dermatológicos, enfermedad oncológica, pero también trastornos músculoesqueléticos, Leishmania y el complejo respiratorio felino”. El Real Decreto 666/2023 y Presvet han movilizado a todo el colectivo: Ambas iniciativas deben ser derogadas porque no tienen en cuenta la realidad del sector clínico, nos ha quitado por completo lo único que nos define como médicos de animales: el criterio clínico”, argumenta Mariví Martínez, y añade: “Es un completo error, se nos impide prescribir con libertad y se nos prohíbe dispensar tratamientos mínimos y ajustados, que para más inri son el arma real cotidiana para la lucha contra las resistencias”. Mariví Martínez (Centro Clínico Veterinario Teruel, Teruel) “ESTAMOS VIVIENDO UN MOMENTO DE CAMBIO CON LAS NUEVAS GENERACIONES, QUE SON VOCACIONALES, PERO QUE VALORAN SU TIEMPO Y SU SALUD” La leishmaniasis en España es una enfermedad de declaración obligatoria a través de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. Solo en 2023 se notificaron 400 casos. “El flebotomo se ha adaptado a la perfección y es ubicuitario prácticamente. Se trata de una zoonosis de la que los veterinarios llevamos años realizando campañas de diagnóstico precoz, de aplicación de repelentes e insecticidas, etc.” Las medidas de prevención de esta zoonosis incluyen el control del vector y de la transmisión y la infección en el reservorio animal. “Educamos en cada consulta, pero es un trabajo de todos. Además, hay que investigar, conocer datos de prevalencia, de climatología asociada a la misma, de eficacia de productos para evitar transmisión, educar para diagnosticar y tratar al perro o gato para seguir evitando que sea picado. En definitiva, un plan integral”. Los profesionales veterinarios pueden decirlo más alto, pero no más claro: quieren ser reconocidos como médicos que son y ser valorados en su justa medida. “Llevamos muchos años sufriendo horarios extenuantes y salarios ridículos; cuando empecé sólo pensaba en salvar al paciente, sin tiempo ni visión para pensar en mi clínica como lo que es: una empresa que debe permitir vivir al trabajador bien”, se sincera Mariví Martínez, y concluye: “Estamos viviendo un momento de cambio con las nuevas generaciones, que son vocacionales, claro está, pero que valoran su tiempo y su salud. En definitiva, tienen una visión mucho más correcta y real de cómo debe ser este trabajo”.
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