IM VETERINARIA #50

27 medios de atención médica para tratar a niños diagnosticados con ansiedad fueron de más de 2.000 dólares al año, e incluso hubo familias que gastaron más de 100.000 dólares en servicios especializados para pacientes hospitalizados. Por ello, los expertos coinciden en señalar que la presencia de una mascota en el hogar podría suponer, a largo plazo, un ahorro en costos de atención médica cercano a los siete mil millones de dólares. Algo similar ocurre con el tema del aislamiento social y soledad entre las personas mayores. Según se desprende del informe, “la propiedad de mascotas puede ayudar a mejorar los efectos de los eventos negativos de la vida, como el duelo, y tener un impacto positivo en ciertos índices de ansiedad y depresión”. Asimismo, destaca que, a medida que nuestra población envejece, se ha incrementado la incidencia de personas mayores que se aíslan socialmente debido a la muerte de su cónyuge u otros factores de índice familiar o de amistad. De hecho, cerca del 14% de las personas mayores de 65 años o más están aisladas socialmente. En este sentido, los investigadores encuentran que el aislamiento social entre las personas mayores se asocia con un aumento del 17% de los ingresos hospitalarios y un aumento del 21% del riesgo de que una persona mayor acuda a emergencias. Así, en el año 2021, un estudio realizado en Países Bajos señaló que la relación entre atención de salud mental y soledad tiene un efecto directo en un mayor gasto en lo que a atención médica general se refiere (0,5%) y que los gastos relacionados con la atención de salud mental ascendieron un 11%. Mientras que, en Estados Unidos, los gastos médicos generados por las personas mayores que viven solas y están aisladas socialmente supusieron un total de 1.644 dólares al año. Por ello, diversos estudios publicados en los últimos años muestran que la propiedad de mascotas mejora la sensación de soledad de los dueños y reduce el aislamiento social, y si bien algunos informes se centran en animales específicos (como los perros), otros se centran en la propiedad general de mascotas. Sobre todo, porque como venimos comentando a lo largo de este reportaje, las mascotas proporcionan compañía y aumentan la interacción social de los propietarios. Tan solo hay que echar un vistazo a los números: según los datos de la última encuesta APPA, el 27% de los Baby Boomers y el 3% de la Generación Silenciosa poseen una mascota, mientras que, según datos de oblación de la Oficina del Censo de Estados Unidos, el promedio ponderado de la población de más de 65 años que tiene una mascota es del 14,1%, es decir, casi 7,9 millones de personas. Asimismo, según Medicare, el programa federal de seguro médico para personas de 65 años o más, las personas mayores de 65 años dueños de mascotas están gastando casi 1,8 mil millones de dólares menos en gastos relacionados con el aislamiento social, que aquellas otras personas que no tienen una mascota. Unos hallazgos que sugieren que el papel de la propiedad de mascotas puede beneficiar a los adultos mayores que viven en la comunidad al proporcionar compañía, dar un sentido de propósito y significado a su día a día, reducir la soledad y aumentar la socialización. Estos beneficios también pueden aumentar la resiliencia en adultos mayores contra los trastornos de salud mental, lo que puede influir positivamente en su salud mental. Por último, numerosos estudios han demostrado que la colocación de un acuario en instalaciones para pacientes de Alzheimer, o con demencia, ha traído consigo el aumentó en la ingesta de alimentos por parte del paciente, de tal manera que se ha reducido el suministro de suplementos nutricionales y alimenticios, a la vez que redujo los costos totales de atención. Asimismo, los estudios de Edwards, Beck y Lim (2014) concluyeron que los pacientes con demencia demostraron menos comportamiento no cooperativo, mejor sueño, menos incidencias de irracionalidad y casos menos frecuentes de comportamientos inapropiados después de que se introdujera un acuario en las áreas comunes de los pacientes. Perros de terapia Y aunque el enfoque de esta investigación está centrado en la propiedad de mascotas, cabe destacar diversas investigaciones sobre la incorporación de animales de compañía en entornos clínicos, lo cual no implican que los pacientes sean dueños de los animales. Es decir, intervenciones asistidas por animales (AAI), como la terapia asistida por animales (AAT), las actividades asistidas por animales (AAA) y otras intervenciones encaminadas a lograr una mejor salud humana. Así, Orlandi, et al (2007) observaron distintos beneficios psicológicos y físicos en aquellos pacientes sometidos a tratamientos de quimioterapia y que tienen sesiones de una hora con un perro de terapia. Todo lo cual lleva a pensar que las interacciones con perros de terapia se han relacionado con un menor uso de medicamentos por parte de los pacientes en centros de atención, así como mejoras en la recuperación postoperatoria entre los niños y mejores resultados para los niños que sufren trastornos de salud mental. Finalmente, por lo que respecta a los animales de servicio, esta investigación no analiza explícitamente los ahorros de costos de atención médica asociados con los animales de servicio. Aunque sí deja entrever que los animales de servicio tienen un impacto claro y convincente en la capacidad de sus dueños para funcionar físicamente, de manera más efectiva y segura, lo que tiene implicaciones para reducir los costos médicos y de asistencia. De hecho, existen diversas investigaciones que apoyan la conexión entre los animales de servicio, que están específicamente entrenados para ayudar a su dueño con una discapacidad física, incluida una discapacidad física, sensorial, psiquiátrica, intelectual u otra discapacidad mental, con las mejoras en el bienestar mental de los propietarios. Asimismo, desde una perspectiva económica más amplia, los animales de servicio también promueven la participación laboral y la productividad entre sus propietarios. El 23% de los dueños de perros que pasean a sus mascotas han logrado reducir su tasa de obesidad

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