IM VETERINARIA #46

73 im veterinaria “La relación de apego entre un perro y su familia humana es prácticamente idéntica al apego entre un niño y sumadre o su padre. De ahí que los problemas de conducta del animal afecten a la convivencia entre él y su familia, puedan determinar la calidad del vínculo entre el humano y el animal, e, incluso, puedan poner en riesgo la salud de las personas y del propio animal”, afirma Daniel Ferreiro Cases, licenciado en Veterinaria, máster en Etología Clínica del perro y del gato y director de D’Animales Etología Clínica. Actualmente dedicado a la etología en pequeños animales en la que, sobre todo, se ocupa del diagnóstico y tratamiento de perros y gatos, así como peritajes sobre conducta animal, ha compaginado durante varios años el trabajo en clínica veterinaria de pequeños animales con consultas de medicina del comportamiento de perros y gatos. Lo que le ha llevado a tener un profundo conocimiento de la conducta de animales. De ahí que cuando le preguntemos cuándo es adecuado utilizar la etología y para qué aspectos a tratar sirve esta rama veterinaria, su respuesta sea muy amplia: “Sirve para prevenir problemas; para educar a los tutores en el manejo de sus nuevos miembros de la familia; para entender qué es un comportamiento normal y qué no; para identificar conductas que pueden estar causadas por una enfermedad orgánica y poder diagnosticarlas y tratarlas; para modificar conductas no deseables o peligrosas para el animal o las personas que conviven con él; para maximizar el bienestar animal y, sobre todo, para asesorar a los futuros tutores”. En definitiva, “siempre es adecuado utilizar la etología”. Con ese estudio del comportamiento de los animales como base, de la etología se desprenden diferentes ramas, entre las que destacan la etología clínica o medicina veterinaria del comportamiento. Por lo que se trata de una ciencia que, básicamente, consiste en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de los problemas de conducta. “Bajo mi punto de vista, la etología es especialmente importante por varios factores. Primero porque, aunque intangible, se podría decir que el comportamiento es el ‘órgano’ más grande del cuerpo y está en constante presencia dentro del núcleo familiar. La mayoría de las patologías afectan al animal y más discretamente pueden afectar a los familiares, salvando las zoonosis y otras excepciones. Y, segundo, porque los problemas de conducta son una de las principales causas de eutanasia en animales sanos y una de las primeras causas de abandono. Por todo ello, resolver un problema de conducta, en muchos casos, salva la vida del animal. Y en la mayoría de los casos, aporta una calidad de vida digna como la de cualquier miembro de la familia”, afirma Daniel Ferreiro. A pesar de las alarmantes cifras de abandono de animales en nuestro país, con más de 280.00 animales recogidos por las protectoras, y de que España tiene una de las tasas más altas de Europa, los nuevos adoptantes de mascotas son cada vez más exigentes con el rol que ocupan sus peludos dentro de su familia. En este sentido, la mayoría de ellos tienen dudas acerca de cómo educarlos, por lo que las técnicas aversivas y confrontacionales, desestimadas desde hace tiempo por la ciencia, son rechazadas por estos nuevos tutores que buscan una educación lo más respetuosa posible. “La medicina del “La etología sirve, y mucho, para maximizar el bienestar animal y, sobre todo, para asesorar a los futuros tutores” CASOS CON SOSPECHAS DE DOLOR POR PARTE DEL CLÍNICO INFORMADOS % Fuente: Daniel Ferreiro Casas. D’Animales Etología Clínica Elaboración: Departamento de Diseño: IM Veterinaria 0 20 40 60 80 100 Barcelona Missouri/ Illinois Penn B Penn A Lincoln Bristol comportamiento ofrece herramientas para mejorar la conducta desde antes de que el cachorro haya nacido o incluso haya sido fecundado. Así, los test de temperamento para seleccionar a los padres, el manejo de la paridera, las manipulaciones neonatales, la socialización controlada y exposición controlada a determinados estímulos son algunas de las herramientas de las que el comportamiento de los cachorros puede beneficiarse”, destaca Daniel Ferreiro. Comportamiento genético Al igual que ocurre con otras disciplinas de educación animal, entendemos que lo conveniente, y lo ideal, sería comenzar cuando el animal es un cachorro, si bien, como señala el experto, la etología puede aplicarse en cualquier etapa del animal. “Por supuesto que cuanto antes empecemos a educar a un cachorro será mucho mejor. Pero hay etapas en su vida en las que lo más relevante no es la educación, sino la exposición controlada a estímulos y el desarrollo físico, sensorial y emocional adecuado. Por otro lado, los principios de aprendizaje tienen lugar siempre que no existe ningún motivo que los bloquee o inhiba, como puede ser el miedo o algunas medicaciones o patologías seniles que afectan a la cognición. Pero aprender, se puede aprender a cualquier edad”.

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