IM VETERINARIA #45

78 im veterinaria de las personas que están enfermas. Por ello, le preguntamos a NuriaMáximo su opinión al respecto. “Aunque en los últimos años ha habido un auge de este tipo de intervenciones a nivel mundial y también en nuestro país, lo cierto es que sólo llega a una pequeña parte de la población española. Actualmente, este tipo de terapias son desarrolladas por entidades privadas, y el coste hace que no pueda llegar a todas las personas que realmente lo necesitan. Si bienmuchas de las personas que se dedican a este tipo de trabajos lo hacen bajo el amparo de fundaciones o de ONG, intentando conseguir financiaciónparaque todas laspersonasque lonecesiten puedan acceder a ellas, lo cierto es que solo llega a una pequeña parte de la población. Además, es un tipo de terapia que no todo el mundo conoce y, por lo tanto, uno no demanda lo que no sabe que existe, por muy bueno que pudiera ser para la salud propia o la de algún familiar. Por último, que no existauna regulaciónde este tipo de intervenciones, ni de los animales ni de los profesionales que lo desarrollan, no ayuda demasiado, la verdad”, reflexiona. Respetar al animal Es cierto que siempre que pensamos en terapias asistidas con animales nos vienen a la cabeza imágenes de perros acompañando a niños o a ancianos en las salas de los hospitales. Pero comonos comenta la coordinadorade laCátedra Institucional de Investigación Animales y Sociedad de la URJC, “los animales que conmayor frecuencia se ven involucrados en las IAA son perros, caballos, gatos, conejos y pequeños roedores. De hecho, en laCátedra tenemos o hemos tenido proyectos con la participación de perros, caballos y conejos. Paranosotros esmuy importante el bienestar de los animales y seleccionar las entidades que trabajanconestosmismos parámetros es una prioridad”, subraya. En este sentido, entre las entidades que actualmente están colaborando con la Cátedra destacan CENIAC, Perruneando (en ciudades como Barcelona, Madrid, Jaén, Córdoba y Málaga), Psicoanimal, y Cita Terapias y Animales. Mientras que si nos referimos a los proyectos ya finalizados cabe mencionar a organizaciones como Perros Azules, DogtorAnimal y Entrecanes. Independientemente de cuál sea el animal con el que se trabaje en la terapia, lo más importante en estos casos son las características del propio animal para que pueda formar parte de proyectos de IAA. Es decir, deben tratarse de animales sanos (física y emocionalmente) y que les gusten las personas. “No tiene por qué gustarle todas las personas, es decir, pueden gustarle más los niños o las personas mayores, por ejemplo. El guíadebesaberlo y seleccionar a aquel animal que vaya a disfrutar más de un determinado proyecto. La raza o el tamaño no es lo importante, no hay razas ideales, sino individuos idóneos”, asegura Nuria Máximo. Por eso, como subraya la coordinadora de la Cátedra Animales y Sociedad de la URJC, el animal ideal para un proyecto es aquel que, gracias a sus condiciones individuales y comoespecie, puede dar todo lo que tiene de sí mismo, usando sus comportamientos naturales, a la vez que pueda vincularse con la población diana. “Aunque hemos de decir que eso no solo depende del animal. A veces, un caballo o un conejo pueden ser más especiales o emotivos para la persona que un perro, ya que tiene que ver con sus experiencias vitales. Si bien, por logeneral, unelevadoporcentajede la población disfruta del contacto con los perros. Lo importante es que sea una relación positiva bidireccionalmente. Por otro lado, no hayqueolvidar el costedelmantenimiento, cuidadoy esperanzade vidade losanimales, por loque, teniendoestoencuenta, esciertoque otras opciones sonmenos viablesque laparticipaciónde losperros”. Finalmente, por lo que respecta al entrenamiento que reciben esos animales para poder participar en las distintas terapias, cabe mencionar que existen distintas estrategias de entrenamiento. “En el caso de los perros nosotros desarrollamos proyectos que utilizan un tipo de educación canina cognitivo-emocional, además de que los perros necesitan una relación de seguridad con su guía que les permita responder de manera adecuada a los estímulos y que sepa regularse en situaciones que no comprenda. Mientras que en el caso de los caballos es importante no trabajar en condiciones de ‘inundación’ y que la persona respete al animal como individuo. Asimismo, es necesario que el caballo viva en unas condiciones que le permitan ser parte de unamanada, disfrutar del espacio libre natural y que no sea explotado para la realización de otras actividades. De igual manera, tanto los perros como los caballos deben disfrutar de lo que hacen, del contacto con las personas, y les tiene que gustar aprender”, concluye.

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