IM VETERINARIA #38

74 im veterinaria caso, la rehabilitación fue la clave del éxito. El paciente quedó hospitalizado durante los dos meses y me encontré con muchas dificultades por parte de los compañeros de mi entorno, que pensaban que la eutanasia era la mejor opción para el animal. El día que Dirty salió caminando del hospital por sí mismo, lo recuerdo como uno de los más felices de mi carrera profesional”, apunta. Porque, a veces, como asegura la especialista, la dificultad de los casos no la marca el diagnóstico complicado, sino el tener paciencia y perseverancia para que el paciente se recupere. Por ello, lo más importante es tener un diagnóstico adecuado de lo que le ocurre al paciente para, posteriormente, poder valorar las posibilidades de tratamiento y decidir qué opciones terapéuticas son las más adecuadas en cada momento. Detectar el problema A lo largo de esta entrevista, María Pérez hace hincapié en la necesidad de la rehabilitación y, sobre todo, de anticiparse a la dolencia del animal y el tratamiento más adecuado para cada caso concreto. Porque, como comentábamos anteriormente, un tratamiento de rehabilitación puede ser fundamental para algunos casos, si bien, lo más importante es detectar el problema lo antes posible para poder evitar malos hábitos, atrofia muscular, disminución en el rango de movimiento articular o dolor. “En cualquier caso, el asesoramiento al propietario en el manejo de estos pacientes, así como la elección de accesorios será primordial para garantizar que su mascota pueda alcanzar una calidad de vida aceptable y una recuperación óptima”. Y aunque los casos más comunes (o los que más proliferan en la consulta veterinaria), son todos aquellos relacionados con casos postoperatorios ortopédicos, hernias discales o artrosis, en pacientes que tienen dificultades para caminar y dolor crónico, los problemas o necesidades de los pacientes que acuden a rehabilitación al Hospital Fénix son muchos y variados. “La rehabilitación la podremos aplicar en pacientes con lesiones ortopédicas, neurológicas, pacientes geriátricos o en cuidados paliativos, perros de deporte e incluso en aquellos que presenten sobrepeso”, destaca María Pérez. De ahí que, tanto ella misma como su compañera Noelia Tudela Villalba, ambas especializadas en esta rama de la medicina veterinaria, estén familiarizadas con este tipo de dolencias, y proporcionen a sus pacientes distintas terapias físicas; entre ellas, electroterapia, laserterapia, termoterapia. radiofrecuencia, ejercicios terapéuticos, hidroterapia y terapias complementarias, como la quiropráctica y la acupuntura. Porque, si bien la rehabilitación es conveniente usarla y es recomendada en cualquier paciente ortopédico, neurológico con dificultades de la marcha, pacientes geriátricos, con limitaciones de movilidad, obesidad e incluso en el perro de deporte, la realidad, como nos indica la especialista, no suele ser así. “Por lo general, los compañeros nos suelen remitir los casos que no evolucionan favorablemente y, en ocasiones, nos encontramos ante lesiones irreversibles que podrían haber sido prevenidas si hubiéramos visto al paciente desde el inicio del problema”, concluye. Finalizamos la entrevista con las similitudes o diferencias entre las dolencias y los tratamientos para perros y gatos, porque, aunque en las consultas hay más pacientes caninos que felinos, es cierto que los casos de estos últimos han proliferado últimamente. “En ambas especies deben tratarse por igual postoperatorios de pacientes politraumatizados o trauma craneoencefálico, si bien las hernias son mucho más frecuentes en perros que en gatos, mientras que en el caso de los gatos, la rehabilitación puede formar parte del tratamiento integral en pacientes con linfoma o PIF que afecta al sistema nervioso. Por otro lado, aunque la hidroterapia suele ser una de las terapias favoritas del paciente canino, no suele ocurrir con el gato, que nos lo suele poner algo más difícil. Pero hay que tener en cuenta que la rehabilitación en el gato requiere de un manejo adaptado al carácter de estos animales. Eso sí, los felinos suelen recuperarse más rápido”. “Lo más importante es detectar el problema lo antes posible para poder evitar malos hábitos, atrofia muscular o dolor”

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