IM VETERINARIA #21

animales. “La fidelización se debe trabajar día a día, y para ello hay que involucrar a todos los componentes de la clínica, antes, durante y después de la visita. Todo lo que se haga para que ésta sea lo más agradable posible sumará en positivo”. En definitiva, crear un espacio de confianza, fomentar el apoyo emocional y tener empatía con el fin de que la visita al centro se convierta en una experiencia satisfactoria y de resolución de problemas y necesidades. Para este experimentado veterinario el futuro está en seguir trabajando con esfuerzo, sacrificio y entrega “mejorando el pla- no de la gestión –dejándonos asesorar por profesionales en este campo que nos aporten una visión más empresarial–, adaptán- donos a las nuevas tendencias y a la evolución de la profesión, y tratando de comprender las necesidades y prioridades de nues- tros clientes”. Alberto Cimarro (Etorbide Clínica Veterinaria, País Vasco) Alberto Cimarro supo que quería ser veterinario desde que era chico. “Mis inicios fueron atendiendo las urgencias nocturnas y de fin de semana de una clínica, para trasladarme después a León donde trabajé con el que fue mi maestro, Norberto Gonzá- lez. De él aprendí todo lo que sé, y que posteriormente me ha vali- do en el ámbito profesional y personal”. Era 1997 cuando inauguró Etorbide Clínica Veterinaria en su ciudad natal, Durango. Este ilusionante proyecto que empren- dió junto a su hermano, cuenta ya con otro centro en Amore- bieta y con un equipo de 10 profesionales. “Mi función en la clínica consiste en atender consultas, realizar cirugía y realizar labores de dirección y de gerencia”. Alberto Cimarro tiene claro que contar con un equipo preparado es fundamental, pero también es preciso una red de colaboradores a los que derivar cada caso. “Hay que ser honesto, conocer nuestras propias limita- ciones y dar soluciones a nuestros pacientes”. Precisamente señala la falta de profesionales como uno de los problemas que afectan hoy en día a la actividad veterinaria. “Aunque resulte paradójico, tenemos dificultades para encontrar profesionales que quieran dedicarse a la clínica de pequeños ani- males”. Otro de los problemas es la falta de un convenio colectivo que fije salarios y condiciones laborales dignas. “Debemos trabajar por el reconocimiento social y por visibilizar la importancia de la labor del veterinario en la seguridad sanitaria”. Junto a ello se encuentra la reivindicación del IVA a un tipo reducido y el re- planteamiento de la ley del medicamento. Todo ello, por supuesto, ayudará a consolidar la imagen so- cial del veterinario en la población, pero, también contribuye el trabajo que se realiza a diario en las clínicas de pequeños necesario a cada paciente y propietario”. Es el caso de animales nerviosos o asustadizos que “necesitan su tiempo para coger- te confianza y que estén más tranquilos. Nos parece importante que tanto el propietario como su mascota se sientan cómodos con nosotras”. Atención personalizada como valor añadido, pero también profesionalidad y formación, son las claves del éxito para es- tas dos veterinarias. “Trabajamos correctamente. Para ello nos basamos en protocolos y pruebas diagnósticas, y no sólo en el ojímetro”. Todo lo cual es esencial para ofrecer un servicio de calidad, pero también para poner en valor la veterinaria como profe- sión que requiere de altos conocimientos científicos y técni- cos. “Echo en falta más consideración hacia nuestra profesión, empezando por nosotros mismos. En otros países de Europa se respeta la opinión del veterinario, y no se cuestiona lo que dice”, se lamenta, y concluye: “Tenemos que respetarnos como com- pañeros y no caer en competencias desleales”. Y ante el problema de la volatilidad del cliente ¿cómo solucio- narlo? “Sin duda con preparación y cercanía. Para empezar tene- mos que averiguar qué necesita cada persona que entra en la clíni- ca. Y después generarle confianza con profesionalidad y seriedad. Cuando alguien confía en tí es más fácil que no se vaya a otro sitio, pero la confianza se gana con esfuerzo, dedicación y honestidad”. Bien, eso a nivel interno de la clínica de pequeños animales, y el Gobierno ¿qué puede hacer al respecto? “Bajar el IVA y que los tratamientos tanto preventivos como curativos sean más asequibles. También que se pusieran más medios físicos y económicos para el control de animales sin hogar”. En definitiva, que se valore más la labor del veterinario en la prevención de zoonosis y otras enfermedades. Por tanto, más medios, mejoras laborales y un pleno reconoci- miento de la actividad laboral,. Estas son algunas de las princi- pales demandas de los veterinarios navarros. “La apuesta pasa por valorar nuestra profesión, por seguir especializándonos y por invertir en medicina preventiva”. “Hay que ser honesto, conocer nuestras propias limitaciones y dar soluciones a nuestros pacientes”

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