Clínica Veterinaria Cameros se sitúa en un pequeño municipio limítrofe con Logroño. Villamediana de Iregua tiene poco más de siete mil habitantes, pero las necesidades veterinarias son igual o mayores que una población urbana. "La clínica se fundó en 2006 por David Escanciano, y actualmente cuenta con un equipo de cuatro veterinarios, dos auxiliares y una peluquera canina". Entre los servicios que ofrece se encuentra la atención médica para pequeños animales y especialistas en traumatología, oftalmología, cirugía de tejidos blandos y oncología.

Cada miembro del equipo desarrolla su especialidad. Así, por ejemplo, David es especialista en traumatología y oftalmología y Merche Peciña, especialista en oncología. "Principalmente nos centramos en medicina canina y felina. Además estamos en constante formación. Actualmente mejorando en los campos de anestesiología, dermatología y medicina felina".

La equipación es clave para ofrecer un buen servicio. "En Clínica Veterinaria Cameros contamos con instalaciones completamente equipadas, radiología digital, artroscopio, quirófano completo, laboratorio y ecógrafo. El funcionamiento diario de la clínica se centra en consultas diarias, vacunaciones y cirugías".

Entre las demandas del colectivo, Merche subraya la necesidad de elaborar un convenio laboral que agrupe a todos los profesionales y establezca las condiciones tanto económicas como de horarios y de libranzas. "También nos gustaría unificar el registro de los animales a nivel nacional para facilitar, por ejemplo, las altas y las bajas por traslado". Por tanto, mayor uniformidad en todo el territorio nacional, lo cual se extrapola también a cuestiones como la vacunación. "Otro aspecto esencial es establecer un mismo criterio para la vacuna antirrábica en todas las comunidades autónomas".

Decisiones que deberían tomarse a nivel estatal para mejorar la profesión, pero también existen acciones a nivel de la gestión interna de la clínica de pequeños animales que pueden incidir en una mejora sustancial. "Es verdad que las búsquedas en internet son el primer paso que lleva a cabo el cliente cuando tiene un problema con su mascota, pero también lo es que nuestro valor añadido es el trato cercano con el paciente, el hecho de dedicar a la consulta el tiempo que sea necesario y el preocuparnos por la mascota como si se tratase de la nuestra".

Por tanto, a pesar de que han sido múltiples los condicionantes externos que han afectado a la profesión por la crisis, Merche está convencida de que se puede hacer mucho a nivel interno. Y esto se traslada a "comunicar basándonos en la cualificación y en la información profesional y contrastada; trabajar porque se nos valore a nivel sanitario como auténticos responsables de la sanidad pública y luchar contra los centros low cost y el intrusismo que denigran la profesión".

Lejos de la instrumentalización y comercialización de la actividad veterinaria, nuestra entrevistada apuesta por "realizar cada día mejor nuestro trabajo clínico e invertir en formación y en investigación innovadora en nuestros centros. Sólo así se nos respetará y se nos tendrá en consideración".

Un último apunte antes de marcharse: "Es esencial que se forme a los futuros veterinarios en el campo de la gestión de un centro veterinario y en los aspectos legales que competen a la actividad profesional. Para ello habrá que mejorar los planes de estudios universitarios, y controlar el número de facultades".