Consejos para llevar a tu gato en el transportín de la mano de Feliway

Uno de los momentos más temidos a la hora de irnos de vacaciones es cuando tenemos que meter a nuestro gato en el transportín sin que este lo pase fatal. En este artículo, Feliway nos da algunos consejos para que este momento sea lo menos difícil posible.

01/08/2018

Artículo de Feliway La verdad es que viajar con gatos es complicado porque, generalmente, no les gusta hacerlo: se trata de animales muy territoriales a los que cualquier cambio en su ambiente ya les puede producir un estrés importante. Así, un viaje a un lugar desconocido o al que no están ...

Artículo de Feliway

La verdad es que viajar con gatos es complicado porque, generalmente, no les gusta hacerlo: se trata de animales muy territoriales a los que cualquier cambio en su ambiente ya les puede producir un estrés importante. Así, un viaje a un lugar desconocido o al que no están acostumbrados (la casa del pueblo, por ejemplo), fácilmente va a resultar perjudicial para ellos.

Entonces, ¿podemos viajar con gatos?

Lo ideal sería que nuestro gato se quedase en casa, al cuidado de alguien de confianza, pero si vamos a estar ausentes por mucho tiempo sí que nos podemos plantear que nuestro compañero felino venga con nosotros: será peor dejarlo solo en casa por un periodo muy prolongado. No obstante, debemos tener claro que puede costarnos bastante trabajo conseguir que su nivel de estrés no se dispare cuando nos decidamos a trasladarlo.

El primer paso para rebajar el estrés del viaje para el gato es acostumbrarlo a su transportín: que pierda el miedo a esa caja que generalmente solo usamos para llevarlo al veterinario, una visita muy necesaria para la salud de nuestro minino pero que también supone un estrés para él si no la gestionamos adecuadamente.

Acostumbra a tu gato al transportín en tres pasos

Para empezar, si vas a utilizar el transportín para viajar en coche o en otro medio de transporte, seguramente tu gato se sentirá más seguro si es rígido y tiene suficiente espacio para tumbarse y estar relativamente "a sus anchas". Además, comprueba que sea un transportín homologado y que se pueda anclar de forma adecuada para evitar problemas en caso de un frenazo brusco u, ojalá no, un accidente.

Si sigues estos tres pasos sencillos y tienes paciencia, conseguirás que tu gato entre en el transportín sin ningún problema:

  • Mete en el transportín una mantita que suela utilizar para tumbarse, rocía su interior con Feliway unos 15 minutos antes de que se lo presentes, deja que el animal capte el mensaje de felicidad de las feromonas que contiene, y mantén la portezuela abierta para que pueda entrar y salir cuando quiera.
  • Deja el transportín en la zona de descanso y juego habitual del minino.
  • Atrae al gato al interior del transportín con un poco de su comida favorita o alguno de sus juguetes. Sobre todo, no lo fuerces a entrar; ahora toca tener paciencia, como ya te hemos comentado, hasta conseguir nuestro objetivo.
  • El periodo de adaptación del felino puede ser bastante largo, así que debes empezar con el mayor tiempo posible de antelación a la fecha del viaje. Evidentemente, lo mejor es acostumbrar al gatito desde pequeño, cuando empezamos a llevarlo al veterinario, pero si estamos ante un gato adoptado de cierta edad que no ha pasado antes por este proceso y tiene verdadero miedo a entrar en su transportín, tenemos que enseñarle que no hay ningún peligro y trabajar con cariño en su adaptación.

    Una última instrucción: rocía el interior del transportín con Feliway unos 15 minutos antes de meter a tu gato para realizar el viaje, de esta manera estará más tranquilo durante el traslado.

    Sigue utilizando Feliway en el lugar de destino

    Hemos conseguido que el nivel de estrés de nuestro gato al viajar con él a nuestro destino sea lo más bajo posible, pero ¿qué podemos hacer para hacerle más confortable la llegada? Feliway vuelve a convertirse en un valioso aliado tanto en spray como en difusor, para que nuestro compañero se sienta relajado y a gusto en su nuevo hogar temporal.

    También puede ayudar que hayas llevado contigo algún elemento reconocible por tu gato, que tenga su olor y el olor de casa, como su arañador, sus juguetes o su camita.

    ¡Atención! Recuerda algo muy importante: cuando regreses de tus vacaciones tú sabes que vuelves a casa, pero el gato no. Para él cada viaje supone el mismo estrés y necesita que hagas exactamente lo mismo a la vuelta.

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