El uso de corticosteroides en el tratamiento de enfermedades neurológicas en pequeños animales

Los corticosteroides se utilizan frecuentemente en neurología veterinaria para tratar múltiples patologías, aunque su uso es a menudo inadecuado.

22/11/2016

Esta tipología de medicamentos se usan frecuentemente en medicina veterinaria para tratar diversas patologías que afectan al sistema nervioso, principalmente por los efectos anti-inflamatorios, inmunosupresores y de reducción de edema peritumoral que poseen estos fármacos. Sin embargo, los corticosteroides pueden tener importantes efectos secundarios a corto y largo plazo. Por ...

Esta tipología de medicamentos se usan frecuentemente en medicina veterinaria para tratar diversas patologías que afectan al sistema nervioso, principalmente por los efectos anti-inflamatorios, inmunosupresores y de reducción de edema peritumoral que poseen estos fármacos. Sin embargo, los corticosteroides pueden tener importantes efectos secundarios a corto y largo plazo. Por tanto, su utilización debería limitarse a aquellas patologías en las que los beneficios superan a los riesgos.

Fisiología y mecanismo de acción

Los corticosteroides se sintetizan en la zona glomerular (producción de mineralocorticoides, principalmente aldosterona) y en la zona fascicular (producción de glucocorticoides (GC), principalmente cortisol) de las glándulas suprarrenales. Este artículo se centrará en las funciones, usos y contraindicaciones de los GC. Para poder llevar a cabo sus funciones, los GC se unen a los receptores de GC, los cuales se expresan en la mayoría de las células. Estos receptores se encuentran inactivos en el citoplasma celular hasta que se unen a su correspondiente ligando, lo que activa el receptor.

Los GC son sustancias lipofílicas y, por tanto, penetran en la cé- lula por difusión pasiva para unirse a su receptor citoplasmático. Una vez que el GC se une a su receptor, el complejo GC-receptor se transloca al núcleo, en el que se une a secuencias específicas de ADN para regular (estimular o inhibir) la transcripción de diversos genes y, como consecuencia, aumentar o disminuir la producción de las proteínas correspondientes a esos genes. Los cambios en la síntesis de estas proteínas se traducen en las principales acciones farmacológicas de los GC. Los GC tienen funciones fisiológicas muy diversas y amplias, tales como la estimulación de la gluconeogénesis, la lipolisis y el catabolismo proteico. Además, mantienen niveles adecuados de glucosa en sangre para su utilización por el cerebro, regulan la tensión arterial y disminuyen la producción de líquido cefalorraquídeo (LCR).

Los GC también tienen importantes efectos farmacológicos sobre el sistema inmune, incluidos efectos inmunosupresores, efectos anti-inflamatorios mediante la disminución de la producción de citoquinas pro-inflamatorias y disminución de la actividad y proliferación de linfocitos T, reducción del edema peritumoral de tipo vasogénico y citotoxicidad frente a linfocitos neoplásicos. Por tanto, la utilización de GC en el tratamiento de las enfermedades neurológicas debería ir ligado a obtener un beneficio clínico en el paciente partiendo de la base de estas funciones fisiológicas y farmacológicas conocidas de los GC.

Patologías neurológicas en las que los GC están indicados

• Meningoencefalomielitis o meningitis inmunomediadas o de origen desconocido

Dentro de este grupo de patologías se encuentran englobadas la meningoencefalomielitis granulomatosa, las meningoencefalitis de tipo necrotizante, la meningitis-arteritis que responde a esteroides y la meningoencefalitis eosinofílica. Todas estas patologías tienen un componente inmunomediado y son un grupo de enfermedades en las que el uso de GC es claramente beneficioso por sus efectos inmunosupresores y anti-inflamatorios. Sin embargo, debido a los diagnósticos diferenciales de estas enfermedades (por ejemplo, meningoencefalomielitis de origen infeccioso), en las que el uso de GC puede ser perjudicial, antes de iniciar el tratamiento con GC debe obtenerse un diagnóstico certero de que nos encontramos ante un proceso inmunomediado.

La administración de GC a dosis inmunosupresoras (frecuentemente prednisona a dosis de 1-2 mg/kg cada 12 horas) forma parte del tratamiento habitual de los pacientes con meningoencefalomielitis o meningitis inmunomediadas. La dosis inmunosupresora inicial se reduce progresivamente con el tiempo en función de la evolución del paciente, con el objetivo de interrumpir el tratamiento después de unos meses si la situación clínica lo permite o, al menos, llegar a la dosis mínima efectiva que controle los síntomas. En ocasiones, los GC se combinan con otros inmunosupresores como parte de un tratamiento combinado. Los tratamientos a largo plazo o de por vida y las recaídas son relativamente frecuentes en estas patologías. (…)

Traumatismo craneoencefálico

En el traumatismo craneoencefálico, los daños secundarios que se producen como consecuencia del traumatismo son similares a los descritos anteriormente para los traumatismos medulares agudos (isquemia, edema citotóxico, liberación de radicales libres, aumento del calcio intracelular, etc). En el contexto del traumatismo craneoencefálico en personas, el estudio CRASH (Corticosteroid Randomization After Significant Head injury) incluyó a más de 10.000 individuos y se diseñó como un ensayo clínico aleatorizado y controlado con placebo para determinar el efecto de la infusión de MPSS a corto plazo en pacientes con traumatismo craneoencefálico grave.

En este estudio, no solo los GC no mostraron un efecto beneficioso, sino que además estuvieron ligados a un aumento de la mortalidad. No existe un ensayo clínico equivalente en medicina veterinaria. Teniendo en cuenta los datos procedentes de medicina humana y la ausencia de evidencia que justifique el uso de GC en traumatismo craneoencefálico en veterinaria, actualmente no se recomienda el uso de GC para el tratamiento del traumatismo craneoencefálico en perros y gatos.(…)

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