IM VETERINARIA #66

72 dietas lo que se intenta es prevenir posibles problemas con el gluten, presente en cereales como el trigo o la cebada. Cabe señalar que los cereales son ingredientes ricos en almidón, pero también contienen proteínas, fibra, lípidos, vitaminas y minerales. Por lo que son comunes en la formulación de alimentos para mascotas por su valor nutricional y funcional, siendo los más típicos aquellos que incluyen arroz, maíz, trigo, cebada, sorgo y avena. Por su parte, las legumbres, como guisantes, habas y lentejas, son semillas secas comestibles que proporcionan menos almidón que los cereales, pero más proteínas y fibra. Además de que también contienen lípidos, vitaminas y minerales, si bien siguen siendo una fuente de carbohidratos, pero su perfil nutricional difiere del de los cereales. Por último, respecto al gluten, al ser una proteína presente en cereales como trigo, cebada y centeno, se ha demonizado en algunos círculos, pero la intolerancia al gluten en perros es muy poco común y no se ha documentado en gatos. Así, ingredientes como quinoa, arroz, mijo y maíz no contienen gluten, aunque a veces se les confunde como fuentes de esta proteína. La confusión viene porque, en ocasiones, se considera que un alimento sin cereales significa “sin carbohidratos”. Y no es así. Los alimentos “sin cereales” siguen incluyendo carbohidratos, que son esenciales para la energía y la salud digestiva de las mascotas, por eso, ingredientes como legumbres y tubérculos aportan almidón, muy necesario también para la fabricación de croquetas secas. Baja intolerancia Así, uno de los mitos que desmonta esta fact sheet tiene que ver con la consideración de los alimentos sin cereales como la mejor opción para los animales de compañía con alergias. En este sentido, FEDIAF recuerda que “aunque existen reacciones adversas a los alimentos, se desconoce la prevalencia real de la intolerancia o alergia alimentaria en los animales de compañía, pero se cree que es baja”. En cualquier caso, se hace especial hincapié en que los tutores preocupados por las intolerancias y alergias alimentarias deben consultar a un profesional veterinario, ya que existen dietas especializadas ya diseñadas para reducir su impacto. De igual modo, otro mito relaciona las dietas sin cereales con problemas cardíacos, aunque la investigación iniciada en el año 2018 por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) del Estados Unidos no ha determinado hasta el momento una causa concluyente. Además, hay que tener en cuenta que los alimentos sin cereales no son, necesariamente, más saludables. En este caso, la clave está en que la dieta sea completa y equilibrada, adaptada a la etapa de vida del animal. Por ese motivo, el veterinario es el mejor aliado para elegir la dieta más conveniente, ya que tanto los alimentos con cereales como los que prescinden de ellos pueden ser adecuados si están correctamente formulados. Aunque los informes varían, un estudio reveló que las reacciones adversas cutáneas a los alimentos (CAFR), que incluyen alergias e intolerancias, tienen una prevalencia de entre el 1 % y el 2 % de los perros y el 0,2% de los gatos que acuden al veterinario. Y si bien algunos animales de compañía, al igual que los humanos, pueden ser intolerantes o alérgicos a un cereal concreto, esto no significa que no toleren otros cereales, que todas las mascotas se vean afectadas o que un cereal sea intrínsecamente perjudicial para la salud de las mascotas. De hecho, las investigaciones disponibles han puesto de relieve que los alérgenos más comunes y probados para gatos y perros son las fuentes proteicas como la ternera, el pollo, el pescado y los lácteos. De tal manera que los propietarios preocupados por las intolerancias o alergias alimentarias deben consultar siempre a su veterinario, pues se puede producir una reacción alérgica a cualquier proteína, incluidas las contenidas en los cereales y las legumbres. Cambiar la dieta En ocasiones, también se ha considerado que las dietas “sin cereales” podrían estar relacionadas con problemas cardíacos en perros. En 2018, la FDA, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU., inició una investigación sobre la miocardiopatía dilatada no hereditaria (MCD) en perros y ciertas dietas, especialmente aquellas con alto contenido de legumbres y tubérculos, como las grain free, al observarse una posible relación entre los casos notificados de MCD y algunas dietas ricas en legumbres y/o patatas, si bien estas dietas notificadas incluían tanto formulaciones “sin cereales” como con cereales. De ahí que, en algunos casos de MCD, cambiar la dieta forma parte del tratamiento y puede mejorar el cuadro clínico, aunque las investigaciones no han determinado una causa concluyente hasta la fecha. Por otro lado, la FDA también sigue analizando el papel de la genética, las afecciones médicas subyacentes y otros factores. Pero hasta la fecha, dicho organismo no ha retirado productos del mercado. Eso sí, en diciembre de 2022, la FDA comunicó que no publicará nuevas actualizaciones públicas sobre la MCD y las dietas hasta que surja nueva evidencia científica significativa, lo que indica que el vínculo sigue siendo objeto de estudio, pero no confirmado. Con todo, aunque se observaron casos de MCD en perros que consumían este tipo de alimentos, la FDA no ha encontrado evidencia científica concluyente que vincule directamente las dietas sin cereales con esta enfermedad cardíaca. De hecho, estudios recientes han sugerido que la MCD tiene una base genética en muchas razas y que otros factores como deficiencias nutricionales o condiciones médicas subyacentes también podrían influir. LO IMPORTANTE ES QUE EL ALIMENTO CUBRA TODAS LAS NECESIDADES NUTRICIONALES DEL PERRO O GATO, SEGÚN SU ETAPA DE VIDA Y CONDICIÓN FÍSICA

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