55 dos. Hoy en día tenemos técnicas de anestesia locorregional disponibles en múltiples especies, y cubriendo casi la totalidad de las intervenciones quirúrgicas”, subraya. Cree, asimismo, “que poco a poco la figura del anestesista se va definiendo como un profesional necesario en un equipo interdisciplinar, por lo que puede aportar no solo dentro de quirófano, sino también fuera, en manejo del dolor crónico, en críticos o en paliativos”. En cuanto a las enfermedades más prevalentes en la práctica clínica de un anestesiólogo, aclara que, “durante los años de residencia europea bajo el marco del ECVAA, se aprende sobre anestesia y analgesia en animales de experimentación, grandes animales, animales exóticos y de granja, no sólo de pequeños animales. Por lo tanto, las enfermedades serán muy variadas según los diferentes ámbitos en los que desarrolle su actividad el anestesista veterinario”. En su caso, trabaja en un hospital de pequeños animales de referencia mayoritariamente oncológica, “por lo que cuidamos de muchos animales geriátricos con enfermedades propias de edad avanzada”. “Creo que, en estos, las enfermedades cardiacas y respiratorias son las más frecuentes dentro de nuestras consideraciones anestésicas diarias”, agrega Re Bravo. Entrando en detalle Sea como fuere, cada especie tiene particularidades en cuanto a las enfermedades más frecuentes, los procedimientos que se pueden realizar y el manejo que requieren para poder llevarlos a cabo. “Una parte muy interesante de la residencia ECVAA es que se aprende sobre la fisiología de diferentes especies desde el punto de vista de la anestesiología”, apunta en ese sentido. Aunque a modo general, considera que la anestesia que administran con más asiduidad es la combinación de anestesia general inhalatoria y técnicas locorregionales. “Cada vez realizamos más bloqueos anestésicos guiados por ecografía, que son muy efectivos para controlar el dolor intra y posoperatoriamente. Nos permiten usar menos anestesia general y extender la analgesia en el periodo posoperatorio, además las recuperaciones son mejores, y los efectos secundarios debido a los analgésicos sistémicos disminuyen, incluido en el periodo de hospitalización”, detalla. A propósito de las complicaciones y la mortalidad anestésica en pequeños animales, Re Bravo cuenta que “hay grupos de investigación dedicados a intentar entender en qué situación estamos y qué factores influyen en las complicaciones y la mortalidad”. Depende de cómo se investigue, “pero lo que consistentemente sale en los resultados es que tenemos una mortalidad más alta que en anestesia humana, y que el periodo posoperatorio es especialmente crítico”, indica. En concreto, los números de mortalidad en perros se sitúan del 0.05-1.3 %, y en gatos, 0.1-2.2 %. En animales inestables o graves puede aumentar hasta el 7 % en perros y el 19 % en gatos. “Estos números también hay que saber interpretarlos, ya que algunos estudios incluyen cualquier muerte en un periodo de 2-7 días posanestesia, así que no es fácil quedarnos con un número concreto”, esgrime la experta. Sin embargo, en su opinión, “todos estos estudios nos ayudan a saber qué factores influyen en que un animal tenga más o menos riesgo anestésico. Y aparte de factores del animal o de la situación que no podemos cambiar -si es geriátrico, si tiene una enfermedad grave, si el procedimiento es urgente, la hora del día y el personal disponible-, hay otros en los que sí que podemos incidir. Uno de ellos es la monitorización continua y la evaluación preanestésica completa”. Por esto cree “que tenemos que trabajar en poder tener compañeros que puedan focalizarse en estas tareas exclusivamente, y que no tengan que dividir su atención entre varias responsabilidades a la vez”. Por su parte, las complicaciones también están estudiadas y se sabe que aproximadamente un 10 % de animales sufrirán complicaciones relacionadas con la anestesia, “que pueden ser leves o más graves y, por esto, estamos preparados para tratarlas y prevenirlas”. “Es importante también que los anestesistas o el personal que esté tratando con animales en el posoperatorio estén familiarizados con estas complicaciones y conozcan bien cómo detectarlas y el plan de actuación”, asevera la veterinaria. Los retos de la especialidad Mirando al futuro, Re Bravo cree que, “actualmente, se está dando a conocer a otros compañeros hasta dónde puede ayudar un anestesista en el manejo de casos en los que tradicionalmente no se pensaba en nosotros”. Asimismo, “cada vez más se están creando unidades del dolor dirigidas por anestesistas, que ofrecen un tratamiento avanzado a animales que normalmente se quedan sin alternativas de tratamiento por lo crónico de su enfermedad”. También los cuidadores quieren hacer todo lo posible por su animal, “por lo que aumenta la complejidad de los procedimientos quirúrgicos que se pueden ofrecer y se complican también la anestesia y los cuidados perioperatorios”. En la etapa de vida final, por último, considera que “tenemos mucho que aportar, ya que los cuidadores que opten por cuidados paliativos en casa pueden beneficiarse de técnicas que antes no estaban disponibles para que estos animales puedan vivir más tiempo sin dolor”. No obstante, “aún debemos homogeneizar la calidad anestésica entre centros, facilitar el acceso a formación especializada y reforzar la monitorización en el posoperatorio, un periodo tan crítico como la cirugía en sí”, manifiesta en relación a los retos. De igual modo, pone de relieve que “tenemos por delante mucho trabajo de divulgación para que los cuidadores comprendan que la anestesia es un acto médico que también debe estar en manos de una persona específicamente formada para ello; y para que nuestros compañeros generalistas nos tengan en cuenta como un servicio más a su disposición al que se pueden dirigir para asesorarse, o para remitir un caso, tanto para procedimientos anestésicos como para tratamiento del dolor”. De hecho, como último mensaje, Re Bravo pone en valor el trabajo en equipo. “La seguridad anestésica no depende solo del anestesista, sino de la coordinación con el resto de compañeros veterinarios de otras especialidades, y muy especialmente de la colaboración y la ayuda inestimable de nuestras ATVs”, concluye.
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