IM VETERINARIA #65 ANUARIO 2025

72 ANUARIO 2025 “Se ha fortalecido la formación de profesionales locales y ha crecido la conciencia global sobre el concepto Una Sola Salud”, subraya, agregando que cada intervención “busca un impacto sostenible y respetuoso con la cultura y las necesidades locales”. Organización, trabajo en red y sostenibilidad El profesional describe cómo se gestiona un proyecto sobre el terreno: “Todo comienza con un contacto directo con la organización local (protectora, universidad o institución veterinaria). Analizamos sus necesidades, la infraestructura disponible y el contexto sanitario”. A partir de esa evaluación, se diseña un plan conjunto en el que se establecen “objetivos medibles: campañas de esterilización, formación, talleres, vigilancia epidemiológica, etc.”. Durante la ejecución, trabajan con veterinarios locales “compartiendo conocimiento y fomentando el aprendizaje bidireccional”. Por último, hacen un seguimiento continuado “para garantizar que el proyecto sea sostenible en el tiempo”. El valor del voluntariado En Global Vets Aid, el voluntariado es mucho más que apoyo logístico porque, tal y como declara el vicepresidente, “es el corazón de cada proyecto”. La organización busca “personas comprometidas, empáticas y con vocación de servicio”. En sus misiones participan veterinarios, auxiliares, estudiantes, educadores y voluntarios de apoyo logístico y comunicación. Cada uno tiene una función clave, “desde realizar cirugías hasta impartir talleres o documentar el impacto del trabajo”. De esta forma, el espíritu de la ONG se resume en: “Voluntariar con GVA significa sumarse a una red internacional de personas que creen en la cooperación como herramienta de cambio”. Transparencia y financiación Respecto a la financiación, GVA se sostiene sobre una combinación de aportaciones privadas e institucionales, “que se destinan directamente a material, medicamentos y apoyo logístico; campañas solidarias como la Lotería de Navidad o eventos benéficos; subvenciones y colaboraciones institucionales de colegios veterinarios, universidades, ayuntamientos y fundaciones; aportaciones de voluntarios que ayudan a cubrir parte de los costes logísticos; y colaboraciones con empresas veterinarias, distribuidoras, laboratorios que donan material o servicios”. Asimismo, remarca la importancia de la gestión responsable, debido a que “todos los fondos se gestionan con total transparencia, garantizando que cada euro invertido se transforme en bienestar animal y humano”. Retos en el terreno La labor de GVA se desarrolla muchas veces en entornos complejos. El experto reconoce que “los desafíos son muchos”. Entre ellos, menciona la escasez de recursos veterinarios y equipamiento básico; la alta incidencia de zoonosis como rabia o leishmaniosis; la sobrepoblación de animales callejeros, sin control ni programas de esterilización; las barreras culturales o educativas que dificultan la sensibilización; y los problemas logísticos y climáticos en zonas rurales o insulares. Por otro lado, señala “la necesidad constante de financiación” como uno de los grandes retos. Aun así, mantiene una visión optimista porque “cada reto se convierte en una oportunidad para fortalecer comunidades, capacitar profesionales y demostrar que la cooperación sí transforma realidades”. Mirando hacia el futuro Global Vets Aid tiene numerosos objetivos a corto plazo, entre los que destacan fortalecer la red internacional de voluntariado, ampliar campañas de vacunación y esterilización, mejorar infraestructuras y formación local, e impulsar programas educativos sobre bienestar animal. En cambio, a medio plazo quieren “consolidar proyectos ‘One Health’ integrales, desarrollar programas internacionales de capacitación e implementar campañas masivas de vacunación antirrábica”. Adicionalmente, la organización está comprometida “con la estrategia global ‘Zero by 30’, impulsada por la OMS y la OIE, para eliminar las muertes humanas por rabia antes de 2030”. Nueva misión El último destino de la ONG ha sido la República Dominicana, donde se ha llevado una nueva misión en noviembre. Fernández Urbano adelanta que “estuvimos en diferentes zonas del país actuando en zonas donde no llega la veterinaria, como los bateyes de San Pedro de Macorís, en trabajo conjunto con la Universidad Central del Este y el noroeste de RD”. Por este motivo, invita a la sociedad a involucrarse, mencionando que “hay muchas formas de ayudar”, tales como participar como voluntario en las misiones, realizar una donación solidaria, colaborar desde clínicas o empresas donando material o recursos, y difundir su trabajo, porque “crear conciencia también salva vidas”. Como conclusión, expresa que “en Global Vets Aid creemos que cada persona puede ser parte del cambio”, de forma que “juntos, estamos construyendo una veterinaria más solidaria, más global y más humana”.

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