72 Fundamentos de la masticación El análisis de la masticación a través del marco etológico de las Cuatro Preguntas de Tinbergen revela por qué este comportamiento es tan profundamente motivado y esencial para la aptitud biológica. Los perros han evolucionado como omnívoros oportunistas que subsisten en un nicho ambiental antropogénico. Aunque los cánidos han desarrollado la capacidad de metabolizar carbohidratos complejos, su aparato masticatorio está diseñado para la deconstrucción de presas. Poseen caninos y dientes carnassiales fuertes optimizados para morder y desgarrar. La función primaria de la masticación es el preprocesamiento de alimentos antes de la deglución, permitiendo el acceso a nutrientes complejos como el tuétano de los huesos o las fibras duras. Los cánidos salvajes y en libertad pasan considerablemente más tiempo alimentándose que sus contrapartes de compañía. Por ejemplo, mientras que los dingos australianos pasan entre 52 y 80 minutos por sesión alimentándose de carcasas de canguro, los perros cautivos alimentados con trozos de carne solo pasan 3,2 minutos. Este marcado contraste sugiere que las dietas comerciales modernas, a menudo homogeneizadas y extruidas, no satisfacen completamente la motivación innata del perro para masticar, una parte integral de su telos. La oportunidad de interactuar con el entorno a través de la masticación a demanda (ad libitum) proporciona diversidad dietética y enriquecimiento sensorial (impulsado por el olor, el sabor y la sensación en la boca o mouthfeel). El hecho de que un chew sea defendido activamente por el perro (protección de recursos) subraya el extraordinario valor que el perro le otorga a esta actividad, incluso por encima de su vínculo social con congéneres o humanos. Implicaciones para la seguridad La masticación implica movimientos mandibulares rítmicos controlados por el tronco encefálico. El movimiento es predominantemente vertical y de tipo tijera (secodonte). La fuerza de mordida es generada por los músculos aductores (masetero, temporal) y varía según la morfología craneal. • Perros braquicéfalos: tienden a generar la mayor fuerza de mordida relativa a su masa. • Perros dolicocéfalos: generan la menor fuerza de mordida debido a una palanca mandibular más larga. Sin embargo, las razas braquicéfalas y las razas pequeñas (particularmente las que pesan menos de 8 kg) presentan un riesgo dental elevado. Esto se debe a una proporción grande entre diente y hueso mandibular, apiñamiento dental, rotaciones dentales y maloclusiones. En estas razas, la biomecánica comprometida aumenta el riesgo de fracturas mandibulares o dentales, incluso con fuerzas menores. En perros jóvenes, la masticación mejora la fuerza muscular, la resistencia y la destreza del aparato masticatorio. La privación de la masticación en cachorros puede impedir el desarrollo de patrones y la fuerza de la mandíbula. Además, en perros mayores, la función masticatoria adecuada proporciona cierta protección contra el deterioro cognitivo; la pérdida de la capacidad de masticar (debido al dolor o enfermedad periodontal) puede estar asociada con el declive cognitivo. La literatura subraya que la oportunidad de masticar, o su ausencia, impacta la salud del perro en múltiples sistemas corporales, reflejándose directamente en su estado mental (el Quinto Dominio del Bienestar Animal). Beneficios físicos: salud dental y digestión Higiene oral y microbioma La enfermedad periodontal, que afecta hasta al 89–95 % de los perros de compañía, se ve mitigada por las fuerzas de cizallamiento de la mastica-
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