68 Porque para la directora de La Manada de Iris, los perros tienen mucho que enseñarnos, sobre todo si estamos dispuestos a escuchar. Y, en ese proceso, es cuando todos nos sanamos un poco más. Fundamentalmente, porque como destaca, la educación canina es deshacer mitos, recuperar instinto y construir relaciones con sentido. “Esto empieza por dejar de vestirlos, sobreprotegerlos o pedirles que ocupen lugares que no les corresponden. Por eso rompemos con la corriente buenista y humanocéntrica. No hacemos terapia con perros para que nos escuchen mientras los tratamos como peluches”, sentencia. Ayuda incondicional Además de todo lo comentado anteriormente, en La Manada de Iris también se ofrecen servicios integrales para el bienestar canino, en un entorno natural y seguro, como, por ejemplo, los grupos de paseo y socialización, que consisten en llevar a cabo paseos en grupo que brindan a los perros la oportunidad de interactuar y jugar con otros canes en un entorno natural, así como clases educativas y sesiones de aprendizaje diseñadas para mejorar la relación entre tutor y su mascota, a la vez que permite abordar cualquier comportamiento problemático. Pero lo que más nos ha llamado la atención ha sido el servicio denominado terapia de naturalización con perros de apoyo emocional. “Consiste en una experiencia donde personas con dificultades emocionales, sociales o adaptativas se benefician del contacto con perros equilibrados, en un entorno natural. En este sentido, el perro actúa como puente, espejo y guía”, explica Isabel Jiménez. Se trata, por lo tanto, de una terapia que ofrece múltiples beneficios para la salud mental de las personas. Por ejemplo, posibilita la asociación de sensaciones físicas a nuevas reacciones psicológicas; aumenta la autoestima de los pacientes; incrementa la seguridad en uno mismo; mejora la autonomía y el autocontrol, o ayuda a potenciar la concentración y la comunicación con el entorno. “Cada vez existen más estudios que demuestran que las terapias asistidas con animales ayudan a reducir la ansiedad y el estrés de las personas. No obstante, todavía queda mucho por hacer en este ámbito”. Unas intervenciones con perros de apoyo emocional que se pueden llevar a cabo de manera individual o en grupo gracias a los múltiples beneficios que aportan. No solo los comentados hace unas líneas, sino que permiten mejorar la memoria y la atención; facilitan la sociabilización; reducen el ritmo cardíaco; ayudan a estimular las funciones cognitivas o a disminuir la sensación de soledad. Así como “favorecer el respeto por los animales”. Este tipo de servicios va dirigido a cualquier persona con algún trastorno emocional, principalmente ansiedad o estrés, y es especialmente eficaz para acompañar y reforzar a la terapia convencional en casos como depresión, ya que se considera que es especialmente útil para estas personas, puesto que algunos estudios sugieren que puede ser al menos tan eficaz como el tratamiento a corto plazo con antidepresivos. “También las personas con altos niveles de consumo de sustancias pueden desarrollar trastornos como la depresión, TLP, trastornos alimentarios y otros, por lo que este tipo de terapias son igualmente muy eficaces”. De hecho, originalmente, la terapia de naturalización se desarrollaba para ayudar a los adultos con depresión, ansiedad y otros trastornos emocionales, si bien últimamente se ha demostrado que resulta muy eficaz en el tratamiento de estos trastornos en adolescentes y niños. Especialmente, esta terapia es altamente eficaz en este campo, puesto que tanto niños como adolescentes y jóvenes son más permeables a la influencia beneficiosa de los animales, especialmente de los perros. “En estos casos se crea un vínculo muy profundo con el animal, lo que facilita a la terapeuta la identificación de los problemas subyacentes y que el niño o adolescente no es capaz de comunicar a las personas de su entorno”. “HAY PERSONAS QUE NO SE ABREN CON NADIE Y LO HACEN CON UN PERRO; JÓVENES QUE NO TOLERAN LA AUTORIDAD Y ESCUCHAN A UN PERRO”
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