48 Aingeru Otxotorena (C.V. Utrizoo, Teruel) Aingeru Otxotorena lleva 35 años de ejercicio libre de la profesión veterinaria en la que ha abarcado distintos ámbitos profesionales. Escuchamos atentos su historia: “Mi especialidad formativa fue la especialidad de Medicina y Sanidad. Un veterinario en una zona rural ejerce una profesión en múltiples ámbitos que van desde redacción de planes técnicos de caza hasta autocontroles en industrias alimentarias”. Hoy día, Aingeru Otxotorena está al frente de Clínica Veterinaria Utrizoo, donde atienden principalmente a perros y gatos. “En ambos casos son imprescindibles los tratamientos antiparasitarios, tanto externos como internos, administrados de forma regular y periódica, así como las vacunas frente a enfermedades víricas, tanto felinas (Triple vírica, Leucemia, Herpesvirus, Clamidias, etc.) como caninas (Parvovirus, Moquillo, Adenovirus, Tos de las perreras, Rabia, etc.), parasitarias (Leishmaniosis, etc.), principalmente”. En general, se hacen muchas más actuaciones preventivas que curativas. Para este experimentado sanitario, el problema evidente tras el Real Decreto 666/2023 y la nueva Ley de Bienestar Animal es que se legisla a espaldas de los profesionales veterinarios. “Cualquier normativa que se aprobara debería hacer y disponer de un buen diagnóstico de la realidad del sector afectado, contar con todos los actores implicados y aportar, y no restar”. Cosa que ninguna de estas dos normativas ha hecho. Y es que la profesión veterinaria es muy vocacional. “Se trata de toda una elección de un modelo de vida”, asegura orgulloso Aingeru Otxotorena, y lamenta: “Los últimos marcos normativos han ido encaminados a dificultar nuestro libre ejercicio”. Por otro lado, la identificación animal además de ser obligatoria es una herramienta muy eficaz para el control de poblaciones, las responsabilidades de titulares o la gestión de pérdidas y desapariciones. “Está claro que los perros identificados no se abandonan, pero el problema está en los que no se identifican. Debería haber más controles sobre los animales de compañía”. Esto es especialmente acuciante en el caso de los felinos, donde en una región como La Rioja solo se ha logrado identificar al 5 % de la población. Según el propietario de Clínica Veterinaria Utrizoo, la siguiente generación de veterinarios se encontrará con nuevas dificultades, pero también dispondrá de otros recursos. “A los nuevos compañeros les diría que yo soy del grupo de veterinarios que nunca han cuestionado su elección profesional. ¡Sin duda, ha merecido la pena!” “LA IDENTIFICACIÓN ANIMAL ES UNA HERRAMIENTA MUY EFICAZ PARA EL CONTROL DE POBLACIONES, LAS RESPONSABILIDADES DE TITULARES O LA GESTIÓN DE DESAPARICIONES”
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