IM VETERINARIA #53

74 caciones derivadas de la herida quirúrgica se minimizan, pues muchas veces nuestros pacientes no pueden seguir el mismo reposo e igual de estricto que las personas”. Asimismo, para el cirujano también tiene beneficios, porque la visión está amplificada. Con lo cual, “cuando pasas la curva de aprendizaje, hay operaciones que pueden llegar a ser más fáciles por laparoscopia que por cirugía abierta. Un ejemplo claro es la esterilización de una hembra”, indica. Por contra, presentan dos limitaciones a tener en cuenta. “Primero la inversión económica, puesto que requiere comprar equipamiento, instrumental, sellador vascular, etc.”, aclara Pérez Duarte. La segunda es otro factor “nada desdeñable”: la curva de aprendizaje. “Se trata de una cirugía diferente a la tradicional, a la cirugía abierta. Con lo cual, aunque un profesional sepa operar muy bien en cirugía abierta, necesita unas habilidades especiales para este tipo de intervención. Por eso es importante llevar una curva de aprendizaje reglada, empezando por cursos, una parte teórica, simuladores físicos, tejidos orgánicos e inorgánicos, etc., para que esa curva de aprendizaje no repercuta negativamente en nuestros pacientes reales. Porque, claro, cuando estás aprendiendo te cuesta más, vas a tener más fallos. Entonces, es bueno empezar las primeras etapas de esa curva de aprendizaje en un entorno seguro”, reflexiona. La importancia de valorar cada caso de forma personalizada En cuanto a las patologías que los profesionales de Vetmi se encuentran con más frecuencia en sus consultas, su socio destaca “con mucha diferencia”, en cirugía laparoscópica, las esterilizaciones de las hembras. “La ovariohisterectomía es la cirugía que más se hace, tanto en cirugía abierta como de mínima invasión”, subraya. A nivel de patologías que se operen bastante, prosigue, “encontramos la criptorquidia (afección en la que uno o ambos testículos no se desplazan desde el abdomen hasta el escroto), también intervenimos mucho shunts portosistémicos (malformación congénita vascular que hace que determinados animales nazcan con una comunicación anómala entre dos venas), el quilotórax en el tórax, pericardiectomías, gastropexias, nefrectomías, etc.” Realmente, el veterinario considera que “se trata de tener un poco de cabeza y ser conscientes de que no toda la patología se puede operar por mínima invasión, pero hay mucha que sí”. Así, muchas de las intervenciones que antes se hacían por cirugía abierta, ahora se llevan a cabo por mínima invasión. “Pero no todas, cada paciente debe ser evaluado de manera individual. Para algunos pacientes, el abordaje laparoscopio es una buena opción, mientras que otros no son buenos candidatos por la patología en sí que tienen. En cirugía es muy importante saber cuándo se debe operar, cuándo no, y cuál es el mejor tratamiento quirúrgico”, subraya. Al fin y al cabo, cree que “esto es una herramienta más en la cirugía normal, nunca va a sustituir completamente a la cirugía abierta”. Por tanto, “es muy importante que el veterinario sepa evaluar en cada caso el mejor abordaje para ese paciente y para esa patología completa”, recalca. Del mismo modo, los profesionales de Vetmi llevan a cabo diagnóstico, porque, como explica su fundador, “la laporoscopia y la toracoscopia tienen fines también diagnósticos”. Por lo tanto, “pueden ser usadas para visualizar, para tomar muestras, para biopsias, de forma exploratoria”. Además, la gastroscopia, la rinoscopia, la broncoscopia, etc., también tienen una gran utilidad diagnóstica. Por último, Francisco Julián Pérez Duarte adelanta algunas de las técnicas novedosas que se están incorporando en la cirugía veterinaria. Por un lado, se centra en la aplicación de técnica y de indicaciones. En este punto, “todos los años van saliendo nuevas indicaciones, es decir, cosas que antes se pensaban que no se podían operar por mínima invasión”. Esto es señal de que “cada vez hay mejores equipos, los profesionales están más formados y existe más experiencia, pues se van introduciendo indicaciones más complejas”. “En la literatura científica van saliendo constantemente más casos de patologías que se están empezando a tratar por mínima invasión y que antes no se hacía”, añade. Respecto a la forma de operar, también está ocurriendo algo parecido. Por ejemplo, “con el desarrollo de equipos nuevos de laparoscopia se está empezando a utilizar tanto en veterinaria como en humana, aunque todavía en muy pocos centros, la cirugía guiada por fluorescencia”, avanza. Tras inyectar por vía intravenosa una especie de sustancia que hace que ciertos órganos brillen en la imagen que el profesional tiene en la pantalla, esta técnica permite una mejor visualización. “Son fluorescentes. Entonces, esto ayuda a distinguir estructuras anatómicas que normalmente no se ven, evaluar mejor la vascularización de los segmentos intestinales, ver las metástasis de tumores que a simple vista no se llegan a ver”. De esta forma, expone el experto, “ganamos en precisión en muchas de las cirugías, y eso a corto plazo me parece que va a ser un cambio muy importante en la cirugía, sobre todo en las tasas de éxito y en la mejora de la evolución de algunas patologías”. A largo plazo, bajo su punto de vista, llegará la cirugía robótica guiada por robot, algo que ya se utiliza en la medicina humana. “En veterinaria todavía no se utiliza porque los equipos son carísimos, pero poco a poco irá llegando. Ya en Estados Unidos se ha hecho alguna operación con este tipo de robot. Va a ser algo que también aporte bastante a la cirugía”, remacha. “DE HACER POQUITAS CIRUGÍAS DE MÍNIMA INVASIÓN A SER HOY EN DÍA LO QUE MÁS HACEMOS, CON DIFERENCIA. CIRUGÍA ABIERTA REALIZAMOS CADA VEZ MENOS”

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