IM VETERINARIA #53

60 Sin embargo, uno de los mitos que hay que desterrar sobre esta patología es que el envejecimiento sea su única causa. Existen otros factores que pueden contribuir al desarrollo de la artritis en los canes y en los felinos. El primero, factores genéticos. Todas las razas presentan la misma posibilidad de padecer artritis, aunque, es más frecuente en perros de tamaño pequeño o razas toy como el chihuahua, el yorkshire terrier o el shih tzu. Respecto a los felinos, los gatos de raza maine coon padecen con mayor frecuencia displasia de cadera, y los abisinios luxación de rótula. Los scottish fold padecen con mayor frecuencia artrosis afectando a múltiples articulaciones, y los burmeses tienen una incidencia de artrosis en los codos mayor que otras razas. Eso sí, su diagnóstico suele ser tardío y se llega a él cuando la condición ya se encuentra en una fase avanzada y empiezan a ser evidentes los signos de la enfermedad. Por otro lado, a veces los traumatismos causan reequilibrios de cargas en la articulación: las fracturas, dislocaciones y otros traumatismos pueden provocar un apoyo distinto y producir artrosis secundaria en la articulación afectada. Asimismo, el sobrepeso y la falta de ejercicio son factores de riesgo significativos para el desarrollo de artritis en los gatos. El exceso de peso ejerce presión adicional sobre las articulaciones, lo que puede provocar desgaste y dolor. Además, la falta de actividad física debilita los músculos y ligamentos que rodean las articulaciones, lo que aumenta el riesgo de lesiones y agravamiento de la enfermedad. También puede desarrollarse a consecuencia de la acromegalia, una enfermedad hormonal muy infrecuente que causa diabetes mellitus y en ocasiones artrosis. Señales de alarma en la mascota Como detalla Rosa Pérez Guardiola, Veterinaria del Departamento de Diagnóstico por Imagen y Traumatología en AniCura Marina Alta Centro Veterinario, “cojeras en una o varias extremidades, rigidez, inflamación de las articulaciones, atrofia muscular, e incluso fiebre, anorexia y apatía, son algunos de los síntomas relacionados con la artritis reumatoide que pueden indicar que nuestro amigo de cuatro patas está sintiendo incomodidad y dolor”. Sin embargo, es muy común que estos síntomas pasen desapercibidos, ya que las mascotas suelen ocultar el dolor hasta que la condición ya se encuentra en un estado muy avanzado. Es por ello que los cuidadores deben estar especialmente alerta frente al comportamiento inusual de su amigo peludo, sobre todo en el caso de los gatos, que son expertos en el arte de disimular la presencia de malestar y de no demostrar signos de dolor. Al no sacárseles a pasear como a los perros, ellos mismos restringen su actividad física para minimizar el dolor en las articulaciones afectadas. Por eso, si convivimos con un felino, son los cambios de comportamientos los que pueden indicar que algo no anda bien. Hay que tener en cuenta cambios en sus hábitos a la hora de bajar de alturas, si presentan dificultad para entrar en el arenero, apatía o falta de actividad. En los perros, sin embargo, el reconocimiento de los síntomas puede llegar a ser más fácil y lo observamos cuando notamos algún tipo de cojera o dificultad para levantarse. ¿Tiene cura la artritis? En caso de que el animal sea diagnosticado con artritis debe ser tratada de manera inmediata para evitar que el dolor aumente con el paso del tiempo. Su tratamiento suele ser de por vida y se compone de medicación, así como un cambio en la dieta y ejercicios controlados. No en vano, si bien desafortunadamente todavía no se puede curar, hay mucho que se puede hacer para controlar el dolor que causa y brindarles a los animales una mejor calidad de vida. La artritis es una enfermedad degenerativa que CON UNA COMBINACIÓN DE EJERCICIO LIGERO, CUIDADOS ESPECIALES Y ANTIINFLAMATORIOS, MUCHOS DE LOS ANIMALES CON ARTRITIS PUEDEN VIVIR REALMENTE BIEN

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