IM VETERINARIA #46

65 im veterinaria La osteoartritis (OA) es una enfermedad degenerativa crónica que provoca cambios en los tejidos que componen una articulación, como el cartílago, la cápsula articular y el hueso circundante. Puede ser primaria o secundaria a traumatismos o malformaciones de la articulación. Así, en el caso de las primeras, aparecen en articulaciones que no han sufrido ningún tipo de traumatismo, siendo cada vez más frecuentes a medida que el gato se hace mayor. La causa principal de la OA a menudo no se puede identificar en los gatos, y la enfermedad se comprende menos en comparación con los perros. Sin embargo, se sabe que algunos de los factores que pueden favorecer el desarrollarlo de la OA en los felinos son: · Genética. Algunas razas tienen mayor predisposición a padecer problemas articulares. Es el caso, por ejemplo, de los Maine Coon, Abisinios, Scottish Fold o Burmeses. · Traumatismo. Hay traumatismos que pueden provocar un reequilibrio de cargas en la articulación, es decir, que el animal apoye de manera diferente, provocando una artrosis secundaria en la articulación afectada. · Obesidad. Directamente, la obesidad no causa artrosis, pero sí que puede agravar el problema, pues el animal tiene que soportar un mayor peso. · Acromegalia. Pese a que es una enfermedad hormonal poco frecuente, puede provocar diabetes y, también, en algunas ocasiones, artrosis. La cadera, rodilla, tarso y codo suelen ser las articulaciones que se ven más afectadas. Aunque, en términos generales, sigue siendo una enfermedad infradiagnosticada, lo cierto es que laboratorios y veterinarios han aunado fuerzas para concienciar más sobre esta patología, promoviendo unos diagnósticos más tempranos y una mejor atención al paciente. Menos obvios Por el carácter de los felinos, es difícil conocer a simple vista si sufren algún problema articular. Y es que los gatos, en vez de exteriorizar el dolor, tienden hacia un comportamiento más pasivo para enmascararlo. A continuación, desde el Grupo Español de Medicina Felina (GEMFE) de AVEPA, listan una serie de factores que el propietario puede detectar para saber si su gato padece OA: • Movilidad reducida. Dificultad para subir o bajar de los muebles; dormir en lugares nuevos, de más fácil acceso; dificultad para usar la puerta gatera; cojeras y/o andar envarado o estirado -normalmente no se detecta, debido a que suele haber varias articulaciones afectadas y la cojera se disimula-; problemas con la bandeja de arena: ‘accidentes’ fuera de ella, dificultad para entrar en bandejas muy altas, no ‘acertar’ al usarla. • Cambios en el acicalamiento. Pelaje con nudos y mal aspecto; exceso de acicalamiento sobre articulaciones dolorosas. • Cambios de carácter. Reducción en la interacción con el propietario, por ejemplo, falta de respuesta al ser acariciado; falta de tolerancia a ser manejado, a jugar con niños, a interactuar con otras mascotas. • Cambios en el grado de actividad. Jugar y salir al exterior con menor frecuencia; no cazar ni explorar el entorno con la frecuencia habitual; uñas excesivamente largas debido a falta de actividad. Para realizar el examen físico ortopédico, el cual puede suponer un gran desafío para el veterinario debido a la resistencia del animal, es necesario tener paciencia, para que el gato se tranquilice lo máximo posible. Aparte de la exploración física, se deberán realizar una serie de radiografías de las articulaciones afectadas. “El diagnóstico de artrosis no suele requerir otras pruebas laboratoriales, pero debido a que la mayoría de pacientes afectados son mayores y es posible que presenten más de una enfermedad a la vez, se recomienda siempre una investigación en profundidad antes de prescribir ningún tratamiento”, señalan desde GEMFE. Manejo del felino Más allá de los tratamientos, que han avanzado mucho en los últimos años, es necesario adaptar el hogar a nuestro animal, para poder facilitarle el día a día. Acciones como las que se recomiendan desde GEMFE, pueden ser de gran ayuda para mejorar su calidad de vida: • Colocar camas blandas, más confortables para articulaciones doloridas, en lugares tranquilos y fácilmente accesibles. Por el carácter de los felinos, es difícil conocer a simple vista si sufren algún problema articular

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