IM VETERINARIA #46

13 im veterinaria que realmente es muy importante y muy bueno para el objetivo de todo esto, que es llegar al mayor número de personas posibles. Nunca se sabe dónde puede estar la familia ideal para uno de estos animales”, concluye. En ocasiones también ha recibido el encargo de algunas empresas que requieren de sus fotografías con fines comerciales, pero, en estos casos concretos, “les cobro en forma de donación a alguna de las protectoras o centros con los que colaboro”. Respeto y empatía Obviamente, retratar el sufrimiento animal no debe ser fácil, por eso le preguntamos a Andrés López cómo consigue llevar a cabo sus sesiones fotográficas con estos animales. “Siempre respondo a esta pregunta de lamismamanera: conmucha paciencia. Por mucho que sepas de fotografía, si no tienes paciencia para esperar la mirada, esa mirada que busco en mis retratos, no conseguirás nada. El truco, si es que hay alguno, es la paciencia y, por supuesto, el respeto por ese ser vivo, por encima de todo”, afirma. Por eso, lo que más destaca de su trabajo es el tiempo que lleva haciendo lo que hace y las satisfacciones personales que ello le ha reportado. “Quizás, si tengo que destacar algo de lo que hago, son los nueve años que llevo realizando este trabajo. Retratar animales abandonados y maltratados es una tarea muy complicada técnicamente, porque la mayoría de ellos están muertos de miedo o enfermos y, por consiguiente, muy poco colaboradores con el fotógrafo. Sin dejar de lado lo complicado que resulta anímicamente, pues cada sesión que realizo supone enfrentarme a la vida terrible de muchos de estos animales. Eso hace daño y, de hecho, llevo tiempo con tratamiento psicológico”, afirma. Una labor totalmente altruista y solidaria para las asociaciones y protectoras de animales, algo que Andrés López tuvo claro desde el principio. Sobre todo porque, gracias a que su trabajo se ha hecho muy conocido, está obteniendo mucha difusión social de esta labor totalmente gratuita, lo que le está ayudando a dar una mayor difusión a su Proyecto Invisibles a través de sus redes sociales. A pesar de todo, la satisfacción de saber que esos animales que él ha fotografiado han sido (o serán) adoptados, es enorme. “Durante los primeros años me entretenía de vez en cuando en contabilizar el número de animales retratados y cuáles habían sido adoptados gracias a mi trabajo. Aproximadamente, el 50% de ellos eran adoptados de forma directa o indirecta gracias a alguna de mis fotografías. Ahora mismo, después de casi nueve años de trayectoria, y cerca de diez mil animales retratados, sería imposible contabilizar los resultados. Lo que sí sé es que sigue siendo muy elevado. La mayoría de protectoras me suelen mantener informado de qué animales son adoptados y, más omenos, la cifra se mantiene. Un 50% puede parecer poco, pero si preguntamos a cualquier protectora, en seguida nos daremos cuenta de que ese número en absoluto es bajo”, comenta orgulloso. De hecho, a veces, gracias a las fotografías que Andrés López publica diariamente en su perfil de Instagram, que a día de hoy cuenta con más de 11.000 seguidores, es cuestión de una semana o pocos días más para que ese animal abandonado encuentre una familia. Una mirada Y lógicamente, queremos saber si es más fácil o difícil fotografiar perros o gatos. “Todos los animales de refugio son difíciles de retratar. Conseguir que te mire a cámara, cuando la mayoría de ellos no soportan mantener la mirada contigo, hace de esto un trabajo muy duro. Cuando colaboran, los perros suelen ser más fáciles, ya que con cualquier golosina o juguete los seduces para que te presten atención. Sin embargo, los gatos no se dejan ‘engañar’ tan fácilmente. Si no quieren colaborar, no hay estímulo ni incentivo que los convenza de lo contrario”. De ahí que las sesiones fotográficas con estos animales no sean iguales unas a otras, y cada una de ellas conlleve una situación totalmente diferente. “Lo primero siempre es presentarse y, sobre todo, preguntar si tienen algún tipo de intolerancia alimentaria, ya que siempre intento provocar su atención con algo comestible, y si el animal tiene alguna intolerancia o algo, se podría crear un grave problema. Aunque también busco llamar su atención con juguetes o con algún sonido. Por otro lado, me gusta que posen sentados y suelo centrar mi trabajo fotográfico en el retrato, por ello, en raras ocasiones retrato de cuerpo completo. La paciencia, aparte de la colaboración y la inestimable ayuda del personal de voluntariado, es importantísima para que me permita conocer al animal y que ellos se sientan más tranquilos, ya que están en compañía de una persona que ellos conocen. A partir de aquí, el proceso es como cualquier sesión de estudio a nivel técnico, la parte importante es saber qué buscas. En mi caso concreto, con estos animales, lo que busco es lamirada, y para ello espero a que el animal me regale ese instante de mirada a la cámara fotográfica”, destaca Andrés López. Unas sesiones en las que queda reflejado el dolor, el maltrato, el abandono, pero también el amor y la esperanza a que ese animal dolido encuentre, por fin, un hogar definitivo. ©Andrés López

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