IM VETERINARIA #44 ANUARIO 2022

45 anuario 2022 rios de Animales de Compañía (AMVAC), la Murciana de Veterinarios de Animales de Compañía (AMURVAC) o la de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA). Y, además, que esta unión sirva para difundir y potenciar el alcance científico de la veterinaria, a través de congresos o eventos similares. Por el momento, Reinoso solo habla de “contactos superficiales”, pero anticipa que para el primer trimestre del año que viene esperan “tener una reunión y empezar a poner los cimientos para una profesión fuerte y una asociación fuerte con influencia a nivel estatal”. Esta labor es desempeñada hasta el momento por los diferentes colegios oficiales, con la Organización Colegial Veterinaria (OCV) a la cabeza, pero para el representante de AEVET hay una gran disparidad en cómo se lleva a cabo esta representación en cada territorio y en el ahínco con que se defienden los derechos de los veterinarios ante las administraciones. En paralelo, hay otro problema latente: “La profesión veterinaria no se cree, salvo raras excepciones, la importancia que tiene en la sociedad”, asegura. Como profesional radicado en Vigo (Galicia), pone el ejemplo del país vecino. “En Portugal, el veterinario es el doctor, y aquí nos llaman ‘niño’. Entonces, quémás da que tengas al lado un título de Licenciado y aquí unos títulos de posgrado”, compara. Bajo su punto de vista, el mundo rural valora más al veterinario que en el plano de la pequeña clínica de animales. Esto podría deberse a que, en realidad, la gente de a pie de calle no sabe “realmente” la función que tienen estos sanitarios, a pesar de que con una desparasitación se pueden evitar “zoonosis parasitarias” que se transmitan a los hijos que van a jugar al mismo parque en el que un perro hizo sus necesidades. “Los propietarios no son conscientes de lo que evitamos. Porque no nos sabemos vender. No nos sabemos valorar. Y con esto no quiero decir que seamos unos fenómenos, ni la leche, ni que mejor que nosotros no hay nadie. Mejor que nosotros no hay nadie pero peor que nosotros tampoco hay nadie”, sentencia Reinoso. Una Salud Otro punto de inflexión en el sector es el enfoque One Health que, desde AEVET, confían en que pueda ayudar “muchísimo a la profesión”. Sin embargo, su vicepresidente aún cree que cuando se habla de “Una Salud” solo se piensa en la humana. “Nos tenemos que hacer valer a nivel científico primordialmente. Y, por qué no, igualarnos y compararnos a la profesión de medicina humana. No sé por qué estamos un poco acomplejados”, reflexiona. A Reinoso no le cabe duda de que es la oportunidad para que los veterinarios metan “el pie hasta el fondo”, debido a la relevancia que están adquiriendo las zoonosis tras la vivida por la pandemia de Covid-19 o las inspecciones de alimentación, entre otras funciones. En cualquier caso, el mensaje es tajante. Esa relevancia llegará solo de una manera: “Cuando nos demos cuenta de que los veterinarios somos una pieza importante no solo en la salud pública, sino en la economía de un estado”. Las posibilidades para la profesión, según Reinoso, “son enormes”. En gran parte por la potencia en la difusión del mensaje “de todos los beneficios que hay para la salud”. “Si eso se transmitiese por las clínicas, tendría más alcance”, recalca. Nivel “muy alto” del veterinario clínico En lo que atañe a la especialidad, Reinoso no duda en presumir del “punto muy alto” que tiene el veterinario clínico español, comparable al que pueda haber en Estados Unidos o Inglaterra, tomadas por costumbre como referencia. A que se fortalezca influye más todavía el intercambio de conocimientos entre los profesionales, algo que “ayuda a unir a la profesión y conseguir grandes cosas”. Sin embargo, uno de los retos que tienen por delante es el de la gestión empresarial. España cuenta con muchas clínicas veterinarias y hospitales que ya son llevados por gestores, pero es más importante si cabe adquirir competencias en este sentido ante “los tiempos duros que van a venir”, advierte Reinoso. Por el momento, se dirimen varias discrepancias en el sector frente a temas como la Ley del Medicamento, que los veterinarios deberían, además de prescribir, también dispensar, reclama la AEVET. En este caso, ni siquiera hay un consenso absoluto, reconoce el veterinario. A esta se añade el IVA, que sigue al 21%, lo que está elevando el tono de los profesionales para que se reduzca, porque “no es una lucha solo de los veterinarios, sino también de los propietarios de los animales”; y, por último, la Ley de Bienestar Animal, la cual opina que se ha de “rebatir científicamente”. “Y para eso necesitamos a la Organización Colegial, porque son los que realmente nos representan ante las administraciones y en teoría a los cuales piden consejo”, de cara a redactar las leyes que afectan a la profesión, concluye. Casi mil asociados La asociación se acerca al millar de asociados, ya que, hasta junio de este año, contaban con 976 profesionales repartidos por todas las provincias de nuestro país. A todos ellos se mandan boletines de noticias regularmente, estos se benefician de acuerdos de colaboración como el que AEVET tiene con la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). Y, de cara a 2023, la asociación se ha propuesto organizar diversas charlas, conferencias y foros para hablar sobre bienestar animal o el enfoque Una Salud. Sin dejar de lado que estará presente, como lo ha hecho en 2022, en todos los congresos “como participante o escuchante”, y en cualquier tipo de convocatoria que aborde temas de gran trascendencia para los veterinarios. Reinoso no duda en presumir del “punto muy alto” que tiene el veterinario clínico español “Nos tenemos que hacer valer a nivel científico primordialmente”

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