IM VETERINARIA #43

32 im veterinaria ¿Cómo ha evolucionado el papel del veterinario en los últimos años? ¿Cómo ha afectado la crisis a la profesión? ¿Cuáles son los retos de futuro? En A pie de calle nos acercamos a los profesionales del sector para responder éstas y otras preguntas. Laura Ramón es un claro ejemplo de la calidad formativa que tienen los veterinarios en nuestro país. Ella finalizó sus estudios de veterinaria en 2015, realizando, más tarde, un internado en el Hospital Clínico Veterinario de Cáceres y otro de especialidad en el Instituto Veterinario Oftalmológico de Barcelona. Por si ello fuera poco, también emprendió un posgrado en oftalmología de pequeños animales en la Universidad CEU de Valencia. “Mi trabajo diario consiste en lamedicina y cirugía general de pequeños animales con especial atención a la prevención de enfermedades y a la detección precoz de patologías”. Su área de especialización es la oftalmología veterinaria. “Me dedico fundamentalmente al correcto diagnóstico de las patologías oculares y al tratamiento médico y/o quirúrgico de las enfermedades de perros, gatos y exóticos”. Una labor que requiere -como toda la veterinaria- la continua actualización de los conocimientos. “Muchos de los tratamientos se deben a los avances en medicina humana, por lo que nos estamos formando constantemente a través de congresos y cursos para poder ofrecer las mejores opciones terapéuticas a nuestros pacientes”. En concreto, destaca las técnicas de diagnóstico no invasivas como la tomografía de coherencia óptica (OCT). “Nuestro trabajo está orientado a la prevención y al tratamiento temprano de las principales enfermedades caninas y felinas”, señala Laura Ramón, y añade: “Disponemos de programas de salud que ayudan a detectar a tiempo patologías desde edades muy tempranas y a llevar un seguimiento continuo de las mascotas”. Cuando le preguntamos a Laura Ramón qué opina de la gestión del Gobierno en relación con la pandemia y la participación del colectivo veterinario es tajante: “Las autoridades podrían haber contado con los veterinarios desde el inicio, ya que hubiéramos aportado conocimientos que hubieran sido útiles para la situación”. Llegamos, así, a una de las demandas más acuciantes para el sector: su reconocimiento social. “Aún nos queda mucho por recorrer para que la sociedad nos reconozca como sanitarios que somos, y es responsabilidad del gobierno que se nos valore como merecemos tras años de continua formación y especialización”. Labor especializada y a veces exhausta la que desarrolla el veterinario día a día en favor de la salud de todos, también los humanos. “Lo más urgente es que se nos reconozca como sanitarios para poder exigir las mismas condiciones que tienen otros compañeros del sector sanitario, y también que se siga trabajando en el convenio veterinario”. Y es ahí donde todavía queda mucho por hacer. “El gobierno debería de apoyar a las clínicas veterinarias divulgando la trascendencia de nuestra actividad en el mantenimiento de la salud de las mascotas y ofreciendo ayudas de mejora en equipamiento y planes de formación para fomentar la creación de equipos de trabajo y servicios de calidad”. Para Laura Ramón, el futuro está lleno de oportunidades siempre y cuando se siga apostando por la formación especializada. “Debemos seguir invirtiendo en la especialización desde los primeros años de carrera, pues nuestra profesión se encuentra en continuo avance y actualización”. Apie de calle Laura Ramón (Hospital Clínico Veterinario de Cáceres) COMUNIDAD

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