IM VETERINARIA #42

45 im veterinaria Juanjo Martínez ejerce la veterinaria desde hace 40 años, así que ha ido presenciando la evolución de la profesión de primera mano. Como especialista en Neurología, Neurocirugía, Traumatología y Ortopedia en el Hospital Veterinario Indautxu de Bilbao, asociado desde hace años con el grupo Vetsum y recientemente integrado en AniCura Group, recuerda la enorme transformación del rol del veterinario. “Todos los de mi generación empezamos nuestra vida laboral con escasísimos medios, sin formación, y tirando de intuición para llegar a los diferentes diagnósticos y aplicando los tratamientos precarios de los que disponíamos”. Afortunadamente, “nos hemos ido adaptando, creciendo y preparándonos en la medida que nuestras ganas, ilusión y medios nos lo permitieran”. En estos momentos, “los avances tecnológicos, la industria farmacéutica y las empresas de alimentación han contribuido, y lo seguirán haciendo, para que nuestra profesión pueda disponer de los medios adecuados que faciliten los diagnósticos, afinen en los tratamientos farmacológicos y se consiga una alimentación acorde a cada especie, raza, condición física, patologías y prevención”, asegura. Es por eso que considera también que “la especialidad ya no debe ser el futuro, sino el presente”. Cada veterinario, cada clínica y cada hospital, esgrime el profesional, debe saber y tener claro el sitio que deben ocupar. “Se puede ejercer la profesión como médicos veterinarios generalistas o como especialistas en una o dos disciplinas. Ambos términos deben ser igual de reconocidos por parte la clientela y de los compañeros de profesión”. Sin embargo, desde su punto de vista, “si pretendemos realizar unamedicina veterinaria bien especializada, no cabe el concepto de trato personalizado como tal, por lo que ya pasaron los tiempos en los que el veterinario conocía a sus clientes y se había entablado un vínculo estrecho”. Ahora ese trato es distinto. “Si una mascota acude a un centro veterinario cuatro veces en un año, posiblemente sea atendida por cuatro veterinarios diferentes. Y es así porque posiblemente se trata de cuatro problemas distintos. Así debe ser, pero esa atención debe ser cercana, clara, empática y profesional, que los propietarios de la mascota en cuestión vean que siguen recibiendo ese trato personalizado que demandan, pero de más calidad y con mejores resultados”, manifiesta Martínez. En cuanto a los retos de cara al futuro, considera que “todo pasa por una preparación exhaustiva y una dedicación plena en una profesión que es totalmente vocacional”. “No hemos caído aquí por casualidad. Lo elegimos nosotros y en nuestra mano está hacer frente al presente y afrontar el futuro de lamanera que consideremos oportuna. Sí que hay que decir que no se debe esperar a ver qué nos depara el futuro y la apuesta de ese citado futuro que ya está llegando, no se debe improvisar, no hay que esperar a que llegue para tomar medidas”, recalca. A su modo de ver, “hay que adelantarse a los acontecimientos, preparar los medios y poner todo lo necesario por nuestra parte para poder afrontarlo de la manera más profesional, consiguiendo que perdure la ilusión que teníamos siendo estudiantes”. Por eso, remarca, asimismo, que la prevención debe ser prioritaria. “Un problema agudo siempre tiene una mejor solución que uno crónico. Pero si, además, conseguimos que no llegue ese problema, habremos ganado mucho. Eso es prevención”. Aparte, en su opinión, “el colectivo veterinario actualmente está preparado para realizar una medicina preventiva adaptada a los distintos factores que hacen que cada raza, edad, ubicación geográfica, zoonosis, etc., necesite. Mejor que no lleguen las enfermedades, hay que prevenirlas”. En resumidas cuentas, quedan muchas cosas por hacer, “y los veterinarios somos quienes debemos marcar esa trayectoria”. Resaltando los ítems más urgentes, el veterinario apunta que “la preparación del colectivo veterinario es excelente en la mayoría de los casos, pero quienes coartan y complican las relaciones clientes-veterinarios son, aunque no todos, los propietarios de las mascotas”. Especialmente en lo referente a los honorarios que se deben abonar, aclara, “porque no está valorada nuestra implicación, dedicación y todo lo que conlleva ser veterinario”. “Sin alejarnos mucho, los propietarios de mascotas en España deberían ver el comportamiento de nuestros vecinos de Francia y Portugal y tomar ejemplo”, añade. No en vano, para él, la veterinaria va a la zaga de la medicina humana, “y así debe ser”. Con seguridad, concluye, “nos dirigimos a conseguir los mejores resultados, las metas más altas y llegar hasta donde los conocimientos y lo que demande lamedicina veterinaria nos lo permitan”. Juanjo Martínez (Clínica Veterinaria Indautxu, Bilbao)

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