IM VETERINARIA #40

im veterinaria 60 Materiales y métodos Los casos incluidos en este estudio debían presentar una historia de signos digestivos crónicos (de más de 3 semanas de duración) y el diagnóstico final de enfermedad inflamatoria crónica intestinal mediante endoscopia y toma de biopsias. Todos ellos debían haber sido diagnosticados histológicamente de enteritis linfoplasmocitaria. Previamente al diagnóstico, en todos los casos se llevó a cabo un protocolo de diagnósticos diferenciales que incluyó la falta de respuesta a una prueba dietética durante 4 semanas a base de una dieta hipoalergénica de hidrolizados proteicos. Además, se realizó como parte del protocolo de exclusión, una analítica sanguínea que incluía TLI, inmunofluorescencia indirecta de Leishmania infantum y Ehrlichia canis, una estimulación con ACTH, un análisis parasitológico seriado de las heces (de 3 días) y una ecografía de abdomen, sin hallazgos destacables. Una vez alcanzado el diagnóstico, todos los casos respondieron favorablemente a un tratamiento inmunosupresor de 3 meses de duración a base de prednisolona o prednisona a dosis inmunosupresoras decrecientes. Posteriormente, estos casos habían acudido nuevamente a la consulta por una recaída en su cuadro clínico, producida al menos 4 semanas después de la retirada del tratamiento inmunosupresor. En ese momento, tras la constatación de que la reaparición del cuadro clínico se debía a una recaída, se instauró en estos casos un tratamiento a base de Fortiflora® (1 sobre al día) durante un mínimo de 30 días. Se llevó a cabo una revisión de la evolución clínica a los 30 días. Para ello se evaluó la impresión subjetiva del propietario acerca de la mejoría del cuadro clínico (favorable versus no favorable) y la evolución del índice de actividad clínico CIBDAI (del inglés, canine IBD activity index) (Jergens et al., 2003) (Tabla 1). Se propuso un tratamiento de rescate (tratamiento inmunosupresor convencional) en aquellos casos en los que no hubiera una respuesta favorable. La comparación estadística de los valores de los índices de actividad y de los parámetros incluidos en ellos se llevó a cabo empleando el test de rangos con signo de Wilcoxon. Las diferencias se consideraron estadísticamente significativas para un nivel de confianza del 95% con un valor p menor a 0,05. Resultados y discusión Se incluyeron un total de 7 casos en este estudio. La información referente a la raza, edad, sexo e información relativa al índice de actividad clínico CIBDAI antes y después del tratamiento está descrita en la Tabla 2. Todos los casos incluidos en esta serie presentaban durante las recaídas un índice de actividad leve o moderado; concretamente, cuatro de ellos presentaban una enfermedad leve y tres, una enfermedad moderada. Ello coincide con lo descrito previamente por otros autores en recaídas de esta enfermedad (Allenspach et al., 2016). Este grado de gravedad también es similar a los encontrados en perros con enfermedad inflamatoria crónica intestinal sin pérdida de proteínas (García-Sancho et al., 2007; Heilmann et al., 2018). 1 Diarrea de intestino delgado enunperro con enteropatía que responde a inmunosupresores 2 Imagen endoscópica de duodeno de perro con enteropatía que responde a inmunosupresores En relación con la evolución clínica, en todos los casos hubo una disminución del índice CIBDAI tras la administración de Fortiflora®. Al comparar estadísticamente la evolución del índice de actividad CIBDAI antes y después del tratamiento con Fortiflora®, el índice disminuyó de modo significativo (p=0,0156). Concretamente, los valores medios del índice antes del tratamiento fueron de 5,14±1,21, mientras que después del tratamiento fueron de 1,42±1,61.

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