IM VETERINARIA #38

66 im veterinaria mundo), sería importante tener acceso al contenido calórico preciso, lo cual podría ayudar a prevenir la sobrealimentación no intencionada. Comida cruda, no gracias Como señalábamos anteriormente, la crecientepopularidadde la alimentacióncrudaparamascotas haprovocadoqueel GNChaya establecidouna seriedepautas y documentos para ilustrar sobre los riesgos potenciales del uso de alimentos crudos en la dieta de las mascotas. Así, apunta a que este tipo de comida (a base de carne, huesos, despojos y vísceras que no han sido cocidos) tiende a sermás alta engrasas ymás baja en carbohidratos, por lo que pueden ser altamente digeribles, pero, a la vez, su contenido energético y su perfil nutricional pueden variar. Y aunque no existe una evidencia científica de que las dietas a base de carne cruda sean más saludables que las dietas cocidas caseras equilibradas o comerciales, sí es cierto que muchas mascotas pueden sufrir problemas gastrointestinales, como diarrea o pancreatitis. Sobre todo, debido a que pueden tener importantes deficiencias y excesos de nutrientes, de tal manera queunadietadesequilibradapuede ser especialmenteperjudicial para cachorros y gatitos, pues pueden sufrir trastornos esqueléticos dolorosos y fracturas patológicas. Lo que sí se ha puesto de manifiesto es que la alimentación con carne cruda puede ser un riesgo para la salud del animal, entre otras cuestiones porque puede albergar diversas bacterias (incluidas las patógenas), tales como E. coli, Salmonella spp, Yersinia, Campylobacter spp, Listeria monocytogenes o Mycobacteriumbovis, cuya infecciónpuede ser grave e incluso mortal, tanto para las mascotas como para sus dueños, ya que estos pueden infectarse al manipular la comida o las heces de lamascota. O incluso pueden encontrarse parásitos, como, por ejemplo, el Toxoplasma, que pueden infectar a los humanos, con especial cuidadopara lasmujeres embarazadas, que corren un riesgomayor, ya que la toxoplasmosis puede afectar al feto. Asimismo, las personas con un débil sistema inmunológico (es el caso de los niños pequeños, ancianos y personas con enfermedades) tienen un mayor riesgo de infección, pues algunas de las bacterias que se encuentran en estos productos a base de carne cruda pueden ser resistentes a los antibióticos. Destacar, también, que la congelación, la deshidratación o la liofilizaciónnomatan todas las bacterias existentes en los alimentos, de ahí que aquellas mascotas que tengan una dieta a base de alimentación cruda también pueden ser un factor de riesgo para otros pacientes veterinarios en la clínica, al poder portar y diseminar bacterias patógenas. En este sentido, desde el GNC se hace especial mención al hecho de que el veterinario debe conocer si lasmascotas que trata se alimentan con dietas a base de carne cruda, yaque las dietas nutricionalmentedesequilibradas o contaminadas puedenprovocar problemas de saludo contribuir a signos clínicos de enfermedad. Por último, señalar que los huesos que se dan a lasmascotas para que disfruten y les beneficie en lo que respecta a su dentadura pueden provocar fractura de dientes, obstrucción intestinal o esofágica y estreñimiento. Aparte de que la alimentación con huesos no reduce el riesgo de placa bacteriana o pérdida de dientes debido a periodontitis.

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