89 anuario 2021 matorio o tumoral, benigno omaligno y la estirpe. Y con todo ello podremos establecer las pruebas para estadiar al paciente, además de establecer un pronóstico y posibles tratamientos”, destaca. Aparte de que las preguntas que aún quedan por resolver al respecto sobre el cáncer y los tumores. “¿Cómo se origina?, ¿cómo es el proceso de metástasis y selección del tejido diana para recibirla?, ¿por qué un mismo tumor se comporta distinto en diferentes pacientes? Queda mucho por explicar y eso es una motivación profesional importante”, concluye Pablo Cigüenza. Avances importantes Otro de los aspectos relevantes (e igual de importantes) es la labor formativa. Un pilar más en el que se asienta el trabajo de este laboratorio especializado. Según nos comenta el director del mismo, se puso en marcha esta área de formación por la creciente necesidad e interés de otros compañeros por el ámbito de la citología. “Me di cuenta de que a mucho de ellos les gustaba esta especialidad. Quizás no como para dedicarse sólo a ella, pero sí como para encauzar sus casos, y en el supuesto de que fueran complejos, tener la posibilidad de mandarlo al laboratorio. Por ello decidimos dejar disponibles cursos cortos online de diferentes aspectos de la citología básica, ya fuese general, cutánea, mama, ganglios, etc.” Por lo que los responsables del laboratorio quieren agradecer la confianza depositada por el resto de compañeros en ellos, “al mandarnos sus citologías o contando con nosotros para que les ayudemos con sus casos de oncología. La familia Onkos- crece de manera constante y es un orgullo para nosotros”, matiza. Por último, cabe destacar otro de los servicios que ofrecen desde el laboratorio Onkos-. Se trata de un servicio de consultas ambulantes de oncología a clínicas veterinarias en la Comunidad de Madrid (en versión online al resto de centros), que abarca desde una primera consulta para hablar de posibles tratamientos y pronósticos, a un estudio del estadio, así como a la aplicación de tratamientos de quimioterapia o electroquimioterapia. “Todo ello varía en función de las necesidades del compañero en cuestión”. Pero aparte de todo lo explicado anteriormente, Pablo Cigüenza también quiere subrayar lo que más le atrae de esta especialidad a la hora de tratar con animales. Algo que tiene que ver, por supuesto, con el estadiaje clínico del paciente oncológico. “Cuando empecé a ejercer la medicina veterinaria, muchos diagnósticos tumorales se hacían a través de una biopsia excisional, sin saber previamente a qué nos enfrentábamos como clínicos”, comenta. De ahí que, algunas veces, se produjeran situaciones anómalas, como operar tumores, no sólo sin saber que lo eran, sino sin saber si había metástasis o enfermedades que pueden coexistir con el tumor. Hoy en día, la posibilidad de estadiar al paciente, con una serie de pruebas como imágenes, citologías o analíticas completas, permiten averiguar, entre otros aspectos, “cómo de avanzada está la enfermedad oncológica, lo que, a su vez, permite contestar a preguntas relacionadas con el pronóstico y las opciones terapéuticas con las que contamos. Es decir, cómo de agresivo debo ser con la cirugía, si se requiere terapia adyuvante como quimioterapia, terapia dirigida, electroquimioterapia o radioterapia”, finaliza. cia del diagnóstico citológico?”, le preguntamos. “Hace unos años, la citología no tenía la relevancia que tiene en la actualidad. Los informes que me llegaban de muestras citológicas de los pacientes eran muy poco específicos, con poco contenido, y sentía que se estaba desperdiciando una gran prueba. Grandes profesionales del país han ido desarrollando esta técnica y yo me sumé a la corriente intentando hacer informes completos, precisos y amplios, con imágenes que ayudan a entender al clínico el proceso que ocurre en su paciente”, nos explica. Tanto ha evolucionado y tan relevante ha sido la disciplina que, en el primer año, el servicio recibió apenas 160 casos de citologías, mientras que, hoy en día, superan los 8.000 casos anuales, “de tal manera que ahora somos dos veterinarios en el servicio, María Sánchez Yépez y yo”, apunta orgulloso. Eso sí, el servicio de diagnóstico citológico es para perros, gatos y pequeños mamíferos fundamentalmente, mientras que el servicio de oncología es exclusivo de perros y gatos. Acceso gratuito Compartir información que redunde en una mejora sustancial del desempeño profesional. Bajo esta premisa tan altruista, desde el proyecto Onkos- proporcionan información recopilada en los diversos estudios y casos analizados que han llevado a cabo. Un volumen de datos que cuenta ya con cerca de 25.000 casos de citologías, “demasiada información para no hacer nada con ella”, por lo que, financiada directamente por Onkos-, tanto Pablo Cigüenza como María Sánchez Yépez, se encargan de ir actualizando la base de datos y exponer parámetros generales, tales como distribución de tumores por especie, sexo, edad, localización, la estirpe... “El acceso es completamente gratuito, y si el centro lo requiere, podemos calcular más parámetros que no están detallados en la web. Tan solo pedimos que se mencione la fuente”, destacan desde el laboratorio. Una pasión por la oncología y la citología, así como por el origen de las enfermedades oncológicas, que le llevó a decantarse por especializarse y ahondar más en ambas especialidades. “Con respecto a la oncología clínica, por el origen en sí de cualquier enfermedad oncológica, saber cómo algo propio, en principio sano, que ejerce una función fisiológica determinada, se transforma en esta enfermedad, manipulando y, a la vez, escapando del propio sistema inmune, alterando el metabolismo en su propio beneficio y generando resistencias a las terapias médicas a medida que es confrontada a cada una de ellas”, explica con entusiasmo el director de Onkos-, que se muestra igual de motivado al hablarnos de su otra debilidad, la citología. “Me fascina cómo, a partir de tan poco, se puede hacer tanto. Con una aguja y jeringa, unos portas y, a veces, una guía por imagen (una ecografía, fundamentalmente), es posible saber si es infla- “Durante el primer año, el servicio recibió apenas 160 casos de citologías. En la actualidad superan los 8.000 casos anuales”
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