IM VETERINARIA #37 ANUARIO 2021

86 im veterinaria Después podremos decidir qué tipo de terapias son las más indicadas para cada paciente, ya que pueden ser necesarios ejercicios terapéuticos activos, hidroterapia en cinta subacuática o terapias físicas, entre ellas, electroestimulación, radiofrecuencia, ultrasonido, laserterapia, masoterapia o termoterapia”, concluye. ¿Y en qué casos específicos es conveniente usar la rehabilitación?, preguntamos, teniendo en cuenta que diversos patologías pueden ser objetivo de este tipo de servicios. “Así es”–confirma Margarita López-, “un tratamiento de rehabilitación conviene hacerlo, por ejemplo, en rotura de ligamento cruzado anterior, osteoartritis secundarias a displasias de cadera o codo, tendinopatías, hernias discales, etc. En este último caso, al ser altamente incapacitantes, el volumen de casos que llegan al servicio de rehabilitación es muy elevado”. Aunque también son susceptibles de tratamiento rehabilitador patologías como los seromas, edemas por problemas de retorno venoso o cicatrización cutánea, así como los pacientes geriátricos “con osteoartris que muchas veces tienen otras patologías concomitantes”, destaca. Eso sí, no todas las especies animales presentan las mismas dolencias ni el tratamiento a seguir puede ser el mismo o realizarse de idéntica manera. “Por lo que respecta a las patologías, podríamos decir que, aunque sean las mismas e incluso utilicemos las mismas terapias, el plan de rehabilitación siempre debe hacerse teniendo en cuenta la especie con la que estamos trabajando y las necesidades particulares que tienen cada uno de ellas”. Porque, si bien es cierto que, en la actualidad, muchas de las dolencias que eran más frecuentes en perros se empiezan a ver también en gatos, las necesidades de un felino son completamente distintas a las de un perro, y si bien algunas de ellas cursan clínicamente parecidas, el origen es distinto. “Existen patologías neurológicas que estamos más acostumbrados a verlas en perros, como las hernias discales, pero en gatos también se producen y quizá también estén infradiagnosticadas. Mientras que otras afectan tanto a perros como a gatos, como la osteoartritis, o la displasia de cadera o la rotura de ligamento cruzado anterior que pueden verse en determinadas razas de gatos”. Pasión felina Esta área, de la rehabilitación y la medicina felina, aparte de su especialidad se ha convertido en su pasión. No solo por el ejercicio profesional en sí, sino por el reto que supone trabajar con ellos. “Los gatos son especialistas en esconder síntomas, aparte de que muchas patologías pueden estar infradiagnósticadas, como señalábamos antes. Ambos aspectos son los que me hicieron decantarme y querer ahondar más en sus necesidades, de tal manera que se haya convertido en parte muy importante de trabajo diario. Creo que, como clínicos y especialistas, debemos dar especial importancia al diagnóstico del dolor y otras patologías en gatos, sobre todo en estos momentos en los que cada vez tenemos más herramientas a nuestra disposición”. En este sentido, las sesiones de rehabilitación con gatos son totalmente diferentes a las llevadas a cabo con un perro. “Con un gato, la sesión debe ser corta y lo más “hands off” posible, además de realizarse en un ambiente tranquilo. Se deben tener conocimientos en comportamiento felino y estar muy atentos, ya que si el gato presentase cualquier tipo de aversión frente a una terapia habría que descartarla”, afirma. Por último, abordamos con la veterinaria responsable del servicio de rehabilitación e hidroterapia del Hospital Veterinario Nacho Menes el tema del papel que juegan los dueños de las mascotas a la hora de la rehabilitación de los animales, sobre la ayuda que pueden aportar desde su hogar para la mejora del animal, si las atenciones médicas y los ejercicios a seguir deben realizarse también en el entorno doméstico. “En la literatura científica de rehabilitación no solo se hace referencia a cómo establecer un tratamiento frente a una patología, sino también a cómo es necesario abordar las necesidades de los cuidadores y la importancia de establecer los objetivos con ellos, para que el plan de rehabilitación llegue a ser un éxito”, destaca. Por lo que la implicación de los cuidadores se antoja imprescindible y fundamental: “Aprenden muchísimo durante las sesiones sobre cómo aplicar termoterapia, hacer cinesiterapia pasiva o, incluso, ejercer un plan de ejercicios terapéuticos en el ámbito doméstico que puede aportarnos muchísimo en la evolución del paciente”. “Aunque las patologías sean las mismas y utilicemos las mismas terapias, el plan de rehabilitación debe hacerse teniendo en cuenta la especie con la que estamos trabajando”

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=