IM VETERINARIA #34

51 im veterinaria sis. El primer paso sería realizar una tira de orina y de acuerdo con la clasificación IRIS en los casos en los que es necesario clasificar el grado de proteinuria presente en el animal se debe realizar un ratio proteína/creatinina en orina (UPC). Proteinograma y serología El análisis de las proteínas séricas puede revelar anomalías tempranas durante el transcurso de la enfermedad. Por ejem- plo, las proteínas totales (PT) y las globulinas totales habitual- mente están aumentadas en perros con leishmaniosis. La úni- ca excepción es la albúmina, la cual puede estar disminuida. En aquellos casos en los que la albúmina está disminuida, de- bido al fallo renal; el resultado del ratio albumina globulina (A/G) también se ve disminuido. El descenso de esta ratio es muy frecuente y está considerado por algunos autores el test más sensible para la leishmaniosis canina. El proteinograma típico se presenta con hipoalbuminemia, con un moderado incremento de α 2 -globulinas y un marcado incremento de γ-globulinas. La gammapatía es típicamente policlonal pero en ocasiones puede presentarse como biclo- nal, o definitivamente monoclonal, especialmente si se realiza mediante electroforesis capilar. El diagnóstico puede realizarse mediante la detección de anti- cuerpos séricos específicos (IgG) utilizando preferiblemente téc- nicas serológicas cuantitativas, como la prueba de inmunofluo- rescencia indirecta (IFI) y el ensayo inmunoenzimático (ELISA). Un alto nivel de anticuerpos confirma el diagnóstico en un perro con signos clínicos y/o anomalías clínico-patológicas compati- bles con leishmaniosis. Sin embargo, la presencia de un nivel bajo de anticuerpos no es necesariamente indicativo de la enferme- dad y es necesario realizar más pruebas para confirmar o excluir la leishmaniosis clínica. Citología La citología mediante punción con o sin aspiración con agu- ja fina es útil en el diagnóstico de leishmaniosis, sobre todo en perros que presentan signos clínicos y clínico patológicos compatibles con leishmaniosis, incluyendo lesiones cutáneas nodulares o pápulas y linfadenopatía. En lesiones cutáneas ulcerativas, se puede obtener una muestra para estudio cito- lógico mediante raspado o impronta. En aquellos casos en los que existe una alta sospecha clínica de leishmaniasis, pero no se observan lesiones compatibles, se recomienda investigar la presencia de amastigotes en tejidos como médula ósea, bazo y linfonodos. El patrón citológico característico de leishmaniosis, en lesiones nodulares de piel u órganos, es una inflamaciónmacrofágica o, neutrofílica y macrofágica, con componente linfoplasmocítico. En linfonodos, la citología muestra una hiperplasia linfoide re- Actualmente se puede hacer una correlación aproximada entre la carga parasitaria y el estado clínico del animal FIGURA X1 El depósito de inmunocomplejos a nivel glomerular indu- ce cambios inflamatorios que en consecuencia desarrollan una nefropatía proteinúrica. El resultado es una insuficien- cia renal crónica (IRC). Las recomendaciones de la International Renal Interest So- ciety (IRIS) para animales con IRC crónica secundaria a lei- shmaniosis es la misma que para cualquier tipo de IRC. Esta aproximación laboratorial se basa principalmente en la cuantificación de proteínas urinarias y de marcadores de la función renal como la densidad de orina y la concentra- ción sérica de creatinina. Recientemente se ha propuesto el SDMA como un biomarcador para el diagnóstico tempra- no de IRC. Sin embargo, no hay estudios que confirmen el poder diagnóstico del SDMA en IRC temprana en perros con leishmaniosis que tienen proteinuria, con presencia de con- centraciones normales de creatinina. Urianálisis La densidad de orina medida mediante refractómetro nos puede dar mucha información ya que tiende a disminuir en aquellos perros que tengan daño tubulointersticial. Para ello, se recomienda centrifugar previamente la orina y realizar esta medición del sobrenadante. Este sobrenadante debe también utilizarse para realizar una tira de orina, siendo de especial in- terés el pH y la concentración de proteínas. El sedimento es otro componente importante, ya que un sedi- mento activo (presencia de un número elevado de leucocitos, eritrocitos y/o bacterias) puede indicar una infección secunda- ria por leishmaniosis del tracto urinario inferior. Y puede dar como resultado una sobrestimación de la proteinuria. La pre- sencia de cilindros granulares o celulares puede ser indicativo de daño tubular. Evaluación de proteinuria. Este paso es fundamental, ya que la proteinuria es un factor de riesgo en la progresión de la ne- fropatía. De acuerdo con las guías del Colegio Americano de Medicina Interna Veterinaria (ACVIM), la proteinuria debe eva- luarse en cualquier animal que sufra leishmaniosis. Para evitar la contaminación procedente del tracto urinario inferior se re- comienda realizar la extracción de orina mediante cistocente-

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