IM VETERINARIA #34

34 im veterinaria La importancia de la detección precoz Eso sí, detectarlas de forma precoz no significa que se puedan prevenir. En palabras de la veterinaria, “no parece, a día de hoy, que haya otra causa para su desarrollo, al menos asociadas a las valvulopatías. No hay evidencia de que tengan relación con la dieta, ni con la actividad física, ni con otra comorbilidad” . Sí que el sobrepeso es un factor que puede hacer que la enfermedad evolucione peor, y que antes se hablaba de que la enfermedad periodontal podía empeorar el proceso de las válvulas, “pero vemos miles de perros al año con valvulopatías y bocas que es- tán horribles, y no hay un proceso de endocarditis asociado, de manera, que, de entrada, no hay un desencadenante como tal. No es como en medicina humana que influye el colesterol, etc.” A su juicio es más un problema de que la válvula va degeneran- do, “y como viven más tiempo, hay más tiempo para que puedan presentar clínica”. Entonces, “por desgracia, para prevenirlas no hay nada que po- damos hacer”, señala. Lo que sí remarca como importante es detectarla cuanto antes para poder intervenir e intentar ralen- tizar al máximo la enfermedad. En cambio, en los gatos sí que existe mucha relación con otras enfermedades. “Si hay hipertensión arterial o hipertiroidismo, ahí el corazón está muy implicado”. Al igual que en otros ani- males, por ejemplo, con enfermedad de cushing o endocrinas, “también puede el corazón verse afectado de forma secundaria, al igual que enfermedades infecciosas. Realmente puedes tener efectos sobre el corazón que vengan por otra patología”. En cuanto a los tratamientos, la veterinaria reconoce que no han cambiado mucho en los últimos años. “A la hora de utilizar fármacos, muchos son muy similares a los que usábamos déca- das atrás”. Es verdad, no obstante, que desde los últimos 10-15 años “tenemos fármacos nuevos que han entrado y que nos han permitido controlar las patologías y alargar significativamente la esperanza de vida. Eso sí que ha cambiado”. Del mismo modo, se han introducido en la práctica clínica técnicas nuevas que antes no se hacían y que ahora se están haciendo. “Son técnicas de intervencionismo congénitas, se está empezando a hablar de reparación valvular para todos estos pa- cientes”, apunta. Algo similar ha ocurrido con las pruebas diagnóstica, detalla Jorro . “En cardiología, el gol estándar del diagnóstico es el estu- dio ecocardiográfico, que es la prueba esencial para identificar la lesión y clasificarla en la fase que está y en el grado de severidad que tiene” . A partir de ahí, sin embargo, el trabajo “más impor- tante” es el previo, es decir, “el detectar que puede haber una cardiopatía. Y lo tiene que hacer el veterinario auscultando al pe- rrito y detectado alguna alteración”. De modo que, a nivel de diagnóstico y de tratamiento médi- co, “tenemos bastante experiencia y hemos controlando bastan- te bien las patologías”, subraya. Pero haciendo balance de las asignaturas pendientes de la especialidad, pone sobre la mesa que les falta los medios que tienen en medicina humana rela- cionados con la cirugía de enfermedades congénitas. “Todo lo que supone una circulación extracorpórea, reparación valvular, etc., es un campo que se nos abriría de forma brutal, pero por sus costos, tenerlos es complicado. Es la parte que nos diferencia de la medicina humana, que ellos pueden hacer cantidad de cosas increíbles que nosotros no”, concluye. “Muchos perritos que antes se morían en ocho o nueve años y no llegaban a tener valvulopatías, ahora fallecen tranquilamente con 15 o 16 y muchos acaban desarrollándolas en mayor o menor grado”

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