IM VETERINARIA #34

26 im veterinaria Nos acercamos a la Clínica Veterinaria Algalia y al Hospital Ve- terinario Urvemace en pleno centro de Málaga para conocer a Pedro Mayoral . Allí es director del equipo de Cirugía y también ejerce como profesor y ponente en jornadas y seminarios de- dicados a la formación y al perfeccionamiento profesional de auxiliares técnicos veterinarios. “Aunque llevo a cabo labores de consulta, pruebas diagnóstica y dirección de los centros del Gru- po, mi trabajo diario se centra en la cirugía tanto de tejidos blan- dos como traumatológica”. ¿Cuáles son las principales novedades? “Desde hace años lle- vamos innovando en anestesia con todo lo necesario para la monitorización, respiración asistida, uso de sevofluorando, etc., y poniéndonos al nivel de medicina humana tanto en el campo de la esterilidad quirúrgica como en la aplicación de los principios de sangrado mínimo gracias al electrocauterio y los selladores vasculares”. En cuanto a la gestión del conglomerado empresarial, Pedro Mayoral así lo detalla: “Por una parte, el hospital con sus medios, tecnología y equipo facultativo, constituye un apoyo fundamen- tal para las clínicas veterinarias porque permite prestar servicios muy especializados. Por otra parte, nuestro trabajo sería inviable si no contara con la labor de los veterinarios clínicos y etólogos que diagnostican en primera línea y de manera precisa a los pa- cientes”. Esto es, unos y otros van de la mano, se complemen- tan y se necesitan. De las medidas tomadas debido al Covid-19, Pedro Mayoral re- cuerda que “nos adaptamos rápidamente a la situación a pesar de que había mucho temor y preocupación por el contagio tan- to en el personal como en los clientes”. También los propietarios supieron reaccionar: “Han sido conscientes de la importancia de la salud de sus mascotas, y han aumentado tanto visitas como los gastos en veterinarios”. La sociedad civil sí ha reaccionado, pero ¿y el Gobierno? “Se nos tiene en cuenta como esenciales porque velamos por la salud de personas y animales, sin embargo, no estamos catalogados como sanitarios”. Lo cual requiere de manera urgente de un cambio de paradigma, de mentalidad, de consideración hacia una profesión con implicaciones tanto en animales como en humanos. “Es hora de que se nos reconozca en relación a nuestra capacitación y nuestro trabajo, es decir, que se nos sitúe en el ni- vel social y profesional que nos corresponde”. Todo ello debe ir acompañado también de unas leyes trans- parentes y actuales en materia de bienestar animal que “de- ben contar con nuestra colaboración como forma de dibujar un marco normativo común”. Pedro Mayoral reivindica, además, la corrección del IVA “para equipararlo con profesiones sanitarias” y una formación especializada de los profesionales. La clave para los próximos años está “en procurar que el cliente tenga una relación estrecha con la clínica aumentando el núme- ro de visitas ya sea con planes de salud, de desparasitación inter- na trimestral o de prevención de leishmaniosis, por ejemplo”. En definitiva, fidelización basada en especialización y perso- nalización, disposición de tecnología puntera en los centros, equipos colaborativos entre los profesionales, y un reconoci- miento social justo para los veterinarios. “La sociedad tiene que considerar a los veterinarios como auténticos sanitarios en medi- cina veterinaria”, concluye . Pedro Mayoral (Clínica Veterinaria Algalia, Málaga) “Se nos tiene en cuenta como esenciales porque velamos por la salud de personas y animales, pero no estamos catalogados como sanitarios”

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