IM VETERINARIA #32

55 im veterinaria D esde el punto de vista de la salud, se debe tener en cuenta que la línea entre problemas orgánicos y pro- blemas de comportamiento en los animales es prác- ticamente inexistente. De ahí que los etólogos, como veterinarios, deban asegurarse “de que no existen otras patologías asociadasquesean lascausantesoqueempeorendichosproblemas. Porque las alteraciones conductuales pueden producir graves alte- raciones en el animal”, apunta Noemí Graña Torralba , veterinaria etóloga en Educavet. Por eso, velando, ante todo, por el bienestar del paciente, la etología es la rama de la medicina veterinaria que trata cualquier problema derivado de conductas de un animal doméstico que pueda causar lesión o enfermedad en el indivi- duoque lamanifiesta o enotros. Oque resulta peligrosa o simple- mente molesta para el tutor. “Esto incluye problemas relacionados con la agresividad, el miedo, las eliminaciones inadecuadas, los des- trozos, etc. Las consecuencias de los problemas de comportamiento muchas veces sondramáticas, dado que complicanbastante la rela- ción entre el tutor y su perro o gato, lo que provoca un deterioro del vínculo, a veces irresoluble, y que finaliza en abandono, en muchas ocasiones” , concluye la etóloga de Educavet. Por este motivo, es importante que si el dueño de la mascota aprecia cualquier cambio en el comportamiento o conducta del animal, se ponga en contacto con un especialista. Porque los etólogos, “no solo conocemos cuál es el comportamiento normal de nuestros animales de compañía, sino que prevenimos, diagnos- ticamos y tratamos sus problemas de conducta” , afirma Noemí Graña. Porque, en este sentido, entender cuáles son las necesi- dades de comportamiento que requiere, cómo se comportará de forma normal en el día a día, y cómo manejar las situaciones conflictivas será clave para tener un animal equilibrado. “Lama- yoríade los dueños demascotas tiendenaponerse en contacto con el etólogo clínico cuando ya existe algún problema de comporta- miento instaurado. Efectivamente, nosotros somos los encargados de diagnosticar cuál es la causa de esa complicación y de tratarla, pero la realidad es que muchos de esos problemas podrían preve- nirse si el tutor acudiese a un etólogo antes de adquirir un animal o en el momento de su llegada a casa”, destaca. Obviamente, cuanto antes se entre en contacto con un profesio- nal, menor será la probabilidad de que se presenten conductas no deseadas. Por ello la especialista de Educavet considera que los etólogos deberían estar presentes antes de la llegada del animal al hogar. Y subraya que “deberíamos, incluso, formar parte de la toma de decisiones antes de adquirir a un nuevo miembro de la familia, ya que daremos al futuro propietario una visión realista de sus necesidades y si podrá cubrirlas. Además, le orientaremos para ayudar al animal a poder realizar sus comportamientos nor- males, a entenderlos y a tener las herramientas necesarias para la gestión de las situaciones conflictivas” , explica la etóloga. En todas las etapas del animal La etología abarca todas las etapas de su vida, desde la etapa prenatal a la geriátrica. Porque si bien los animales recién naci- dos necesitan unos cuidados específicos a nivel conductual, los más ancianos también, ya que, por ejemplo, durante la avanza- da edad se van a manifestar alteraciones y déficits a nivel cog- nitivo o manifestaciones de dolor. Y lo que la etología busca, como cualquier otra especialidad veterinaria, es el bienestar y la salud de los animales. “Hay que tener en cuenta que conocer el comportamiento normal de una especie nos ayudará a entenderla mejor, detectar antes problemas de salud, evitar situaciones estre- santes durante la exploración, la hospitalización y la estancia en la clínica veterinaria en general. Además de evitar situaciones de ries- go y accidentes para nosotros mismos”, concluye la especialista. Un comportamiento animal que puede tener bases genéticas o, bien, ser aprendido. ¿Y qué diferencias pueden existir entre ambos conceptos? Para Noemí Graña existen unas diferencias “Las consecuencias de los problemas de comportamiento muchas veces son dramáticas, dado que complican bastante la relación entre el tutor y su perro o gato”

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