IM VETERINARIA #32

39 im veterinaria Santi Férriz es ya un veterano en la profesión. Desde que en 1990 se licenciara y más tarde aprobara la plaza en el cuerpo superior de veterinarios de Salud Pública de la Generalitat de Catalunya, donde ejerce como técnico superior de Salut Pública y auditor, hasta que decidiera fundar el Hospital Ve- terinari Feres donde ejerce como gerente, mucho ha llovido. Es especialista en cirugía y traumatología de pequeños ani- males, también se ha formado en gestión de centros veteri- narios y de comunicación, y gestión de equipos de trabajo . “A esta última tarea dedico mucho tiempo, ya que la mejora en la comunicación y en el hecho de aportar valor a nuestro trabajo es un reto esencial en el contexto actual”. El mayor avance de la especialidad es la mejora de las tec- nologías. “Nos permiten realizar procedimientos más seguros y resolutivos en las patologías más complejas”. Es el caso de la cirugía de mínima invasión y el uso de la medicina biorege- nerativa, que aportan tratamientos en la traumatología con índices elevados de eficacia. En cuanto a su aportación personal a la profesión, “he inten- tado desde el Colegio de Veterinarios de Barcelona mejorar la gestión de los centros y dar valor a nuestra profesión”. ¿Qué ha supuesto la pandemia? “Ha provocado cambios en la gestión de tareas, la aplicación de protocolos de contención que en su día generaron dificultades logísticas en el personal de los cen- tros”, advierte Santi Férriz, y añade: “Afortunadamente, los centros veterinarios han sido considerados servicios de primera necesidad, lo cual ha minimizado el impacto sufrido”. No hay que obviar al respecto el esfuerzo de adaptación rea- lizado por parte de profesiones y clínicas, sobre todo en la época de confinamiento. ¿Esto ha repercutido en lo social? “No desde el momento en que los veterinarios no han tenido el peso específico que deberían haber tenido en la gestión de la pandemia, más aún cuando hemos convivido con las zoonosis y conocemos de primera mano su epidemiologia”, advierte Santi Férriz, y concluye: “Se ha puesto de evidencia que no nos han considerado como nos merecíamos. Los veterinarios de Salut Publica de la Generalitat de Catalunya han participado en la gestión de los protocolos de contención de centros y residencias de personas mayores, y han aportado sustancialmente en la contención de la transmisión en estos centros por su dominio en la sectorización y gestión de las contaminaciones cruzadas”. Hay que cambiar mucho en lo institucional y en lo social, pero también en la mentalidad de los propios profesionales. “Los centros veterinarios deben saber gestionar los negocios desde un punto de vista empresarial y mejorar en las áreas de comu- nicación para dar valor a nuestra labor”. La clave está en saber identificar las necesidades de los propietarios, y lograr resol- verlas con la mayor eficacia y de una manera profesional. Pendiente está la consideración de la práctica veterinaria como una profesión sanitaria. También se debería “apostar por una mejora en la gestión empresarial de los centros, dar valor a nuestros servicios y evitar caer en la competencia de precios, más que en la calidad”. En definitiva, “lograr nuestro estatus social y ser considerados como en otros países una pro- fesión de alta dificultad, dedicación y con unos honorarios pro- porcionales a ello”. Santi Férriz (Hospital Veterinari Feres, Barcelona) “No se nos ha valorado, más aún cuando hemos convivido con las zoonosis y conocemos de primera mano su epidemiologia” “Los centros veterinarios deben gestionar los negocios desde un punto de vista empresarial”

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