IM VETERINARIA #25

57 im veterinaria externo a otros compañeros veterinarios, a entidades como sociedades protectoras o administraciones... o a particulares en cuanto a adopción, cuidado y manejo del gato, así como cuestiones sobre su bienestar o problemas de convivencia” . Esta figura también juega un importante papel en la “práctica clínica, en el diagnóstico, prevención y tratamiento de problemas de conducta felinos” , así como en la “formación técnica a personas que trabajen en contacto con gatos, en materia de bienestar y manejo” . Pero para desempeñar su faceta diaria y enfrentarse con éxito a cual- quier conducta problemática, necesitan echar mano del “estudio y la actualización en las principales metodologías clínicas para resolver y prevenir problemas de comportamiento, junto con el conocimiento de base proporcionado por los estudios de veterinaria sobre la biología y la fisiología de la especie” , explica. La harmonía prometida Como usuarios debemos de acudir a ellos cuando detectemos cual- quier problema de convivencia con nuestro felino. Ya sea un cambio repetitivo o momentáneo en su conducta: “Debemos prevenir pro- blemas de conducta o alteraciones en el bienestar del animal en situa- ciones de cambios de su entorno. Mudanzas, la llegada de un bebé, etc., o ante cualquier duda o conflicto relacionado con el gato” , declara la veterinaria acreditada AVEPA en Medicina de Comportamiento. A través de la etología se consigue que la convivencia entre propie- tarios y sus animales de compañía “sea cada vez más harmoniosa” . Entre los principales tratamientos que existen, hace hincapié en los siguientes: “Las pautas de manejo destinadas básicamente a mejorar la relación y el vínculo entre propietario y animal, respetar las necesidades medioambientales y de conducta, las modificacio- nes físicas en su entorno, también denominadas medidas de enri- quecimiento ambiental o los ejercicios de modificación de conduc- ta supervisados para tratar situaciones problemáticas concretas” . Y añade tres opciones más: “Psicofarmacoterapia, que suele prescri- birse en caso de problemas graves o que impliquen un riesgo para la integridad física de las personas o del propio animal, los nutracéuticos, es decir, complementos alimenticios con efecto farmacológico, y las fe- romonas sintéticas” . La experta aclara que no siempre se aplican estas medidas a rajata- bla, sino que lo que se hace es “diseñar un plan de tratamiento especí- fico y adaptado a cada caso y a cada problema de conducta” . Para que la terapia funcione de forma efectiva es necesaria la im- plicación por parte de su dueño, ya que, según recalca Darder, “el etólogo clínico va a ser su guía, pero el propietario es el que va a poner en práctica todas las medidas propuestas” . A veces, el gato puede presentar episodios de estrés y tendremos que saber cómo actuar para evitar o minimizar ese riesgo. Para ello debemos “ser muy cuidadosos con su territorio, adecuándolo en todo momento para generarle oportunidades para desarrollar sus necesida- des de conducta. Hay que proporcionarle un espacio seguro donde pue- da huir de los estímulos a los que tema y en caso de realizar cambios, hacerlo de la forma más gradual posible” . Mi territorio, mis normas La responsable del Servicio de Etología de la Clínica Veterinaria Ga- tiGos revela que la especie felina está “ especialmente aferrada a su

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