IM VETERINARIA #21

48 im veterinaria V arias enfermedades, así como comportamientos no deseados felinos, están asociados a situaciones de estrés. Por tanto, proporcionar un entorno ade- cuado para estos animales en su casa y en la clínica veterinaria puede prevenir, mejorar o resolver algunos proble- mas. Esta es la clave y la piedra angular en el abordaje óptimo de las necesidades medioambientales felinas, según las direc- trices de la American Animal Hospital Association (AAHA) y la In- ternational Society of Feline Medicine (ISFM). Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas demandas no incluyen solo lo relativo al medio físico del animal, ya sea inte- rior o exterior, sino que también afectan a la interacción social, incluyendo las respuestas al contacto humano. El problema es que la mayoría de veterinarios no han recibido formación para entender a los gatos y sus necesidades, ya que se trata de un área relativamente nueva. Además, los felinos no suelen expresar signos evidentes de estrés y ansiedad. Por ello, entender el comportamiento del gato asociándolo a las necesidades de su entorno, permite mejorar la salud y la calidad de vida de los felinos. Por el contrario, si no se logra en- tender estas necesidades se puede crear un ambiente donde los gatos no puedan expresar sus comportamientos naturales. Esto se traducirá, en algunos gatos, en estrés, comportamien- tos no deseables y enfermedad que afectará a la relación dueño-gato. Los comportamientos “adversos” son espe- cialmente problemáticos porque son una causa de abando- no y eutanasia. Necesidades y comportamientos Aunque se hayan convertido en animales fundamentalmente domésticos, la mayor parte de la conducta e interacción del gato está diseñada para permitirle protegerse y cazar de for- ma segura. Evitar los peligros y evadirse de ellos es algo crítico para la supervivencia de estos cazadores solitarios. En cualquier caso, los gatos prefieren un territorio familiar en el cual ellos tienen conciencia de su entorno físico y social. Esta sensación de control de su entorno les hace sentir conforta- bles y reduce su estrés, porque la previsibilidad, la familiari- dad y la rutina mejoran la capacidad de afrontarlo. Además, los gatos muestran una estrategia de “lucha o huida” como mecanismo de protección en respuesta al miedo. Si son obligados a abandonar un territorio familiar (por ejem- plo, para una visita al veterinario o como resultado de una mudanza), o si notan una posible amenaza cuando un gato nuevo que entra en su territorio, responden huyendo o es- condiéndose. La pelea ocurre, por lo general, sólo como último recurso, cuando escaparse no es posible. Reconocien- do y respetando la más sutil de las respuestas de miedo, a menudo se puede evitar una escalada de comportamientos del estrés y daños potenciales para la mascota. Otro mecanismo protector felino es no mostrar signos exter- nos de debilidad, dolor o enfermedad. Desafortunadamente, este importante comportamiento de supervivencia a menu- do retrasa el reconocimiento de la enfermedad por parte de los humanos, y ha llevado a la errónea impresión de que los gatos son independientes y no necesitan de atención médica regular. Educar a los dueños sobre la importancia del cuidado preventivo, en el tratamiento precoz y en cómo reconocer los primeros signos de enfermedad relacionada con el compor- tamiento, proporcionará una mejor salud y bienestar de los felinos. Cinco conceptos Para facilitar a veterinarios, propietarios y cuidadores la com- presión de estos principios sobre las necesidades medioam- bientales, así como reducir los trastornos relacionados, la AAHA y la ISMF organizan sus directrices en torno a cinco conceptos principales. Son pilares que proporcionan al animal un marco para un entorno sano. En primer lugar, es imprescindible brindarle un lugar seguro. Esto se justifica porque, aunque los gatos pueden vivir tanto solos como en grupos sociales de forma confortable, cazan so- los. El peligro de lesión representa un riesgo importante para la supervivencia. Como resultado, tienden a “evitar” o “huir” antes que enfrentarse a los peligros, por tanto, un lugar seguro per- mite al animal retirarse en situaciones que considere peligro- sas o desconocidas. Así, es fundamental proporcionarle un área privada sin amenazas como cajas para esconderse o su propia caja de transporte. También es adecuada, a menudo, una loca- lización elevada, para que el animal sienta una sensación de re- tiro, aislamiento o privacidad. Si el gato no puede ver ninguna amenaza potencial, se siente más seguro. Por otra parte, precisan recibir fuentes múltiples y separadas de recursos ambientales clave (alimentación, agua, arenero, rasca- dor, ocio y áreas de descanso). Como supervivientes solitarios, necesitan tener acceso libre a estos recursos, sin la presencia de otros gatos o peligros potenciales. Además de evitar la compe- tición por el acceso, la separación de los recursos reduce el ries- go de estrés y las enfermedades asociadas al estrés, y satisface la necesidad natural del gato de ejercicio y exploración. También deben tener la oportunidad de participar en juegos que imiten los hábitos predatorios y alimentarios. El instinto predatorio del gato le lleva a reproducir la secuencia del com- portamiento de caza: localización, captura, muerte de la presa y preparación de la ingestión de lamisma. Esta conducta se pro- duce incluso en animales suficientemente alimentados. En los gatos que tienen oportunidad de cazar, esta actividad ocupa una buena parte de su tiempo, requiriendo una considerable actividad física y concentración mental. Por tanto, la inhibición de este tipo de comportamiento o la falta de oportunidades para desarrollarlo puede provocar obesidad, aburrimiento, y Entender el comportamiento del gato, asociándolo a las necesidades de su entorno, permite mejorar la salud y la calidad de vida de los felinos

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