IM VETERINARIA #18

61 im veterinaria E l control de este tipo de enfermedades es clave, no solo para la salud del propio animal, sino también de la salud humana. De hecho, recuerdan desde la ESCCAP (Consejo Europeo para el Control de las Parasitosis en los Animales de Compañía), a través de su reciente Guía Nº3 Control de Ectoparásitos en perros y gatos , que el aumento de los desplazamientos de las mascotas y el cambio climático es- tán cambiando los patrones epidemiológicos de las ectopa- rasitosis y de las enfermedades transmitidas en Europa. Estos movimientos hacen que se pueda llegar a implantar el vector en una zona no endémica hasta el momento. Un claro ejemplo es el de la babesiosis canina que actualmente se está aden- trando también en el centro y norte de Europa proveniente de la cuenca mediterránea y de países del este. También se ha producido esta expansión de zonas endémicas en otras enfer- medades como dirofilariosis y leishmaniosis. Para controlar eficazmente las enfermedades transmitidas por vectores se deben conocer los patógenos y sus vectores. Sin embargo, también hay que tener en cuenta otras considera- ciones sobre el estado de salud de la mascota y su tipo de vida: • Animal. La edad, el estado general, la historia clínica y la procedencia del animal también son importantes. De he- cho, hay algunas razas que cuentan con una predisposi- ción genética a desarrollar algunas enfermedades como pueden ser la leishmaniosis. Además, otras infecciones concomitantes pueden predisponer o agravar enferme- dades transmitidas por vectores. • Medio ambiente. Los animales que viven en el exterior o en colonias tienen mayor riesgo de adquirir una enferme- dad transmitida por vectores. • Lugar de residencia y desplazamientos. Los animales que se desplazan a zonas endémicas tienen un mayor riesgo de infección. • Nutrición. Una mala nutrición puede incrementar la po- sibilidad de adquirir ciertas enfermedades, no solo las transmitidas por vectores. Asimismo, señalan desde la ESCCAP, en su guía Nº5 Control de las Enfermedades Transmitidas por Vectores en perros y gatos, que los patógenos o las enfermedades transmitidas por vec- tores son muy importantes por los siguientes motivos: pue- den ser muy patógenos en perros y gatos; la transmisión de las mismas es frecuentemente impredecible; es difícil tanto su control como su diagnóstico; amplia diversidad de signos clínicos; pueden desarrollarse después de largos periodos de incubación y estos son raramente patognomónicos; los ani- males pueden tener infecciones persistentes y, por lo tanto, actuar como reservorios; algunas de estas enfermedades son importantes zoonosis: leishmaniosis, dirofilariosis, borreliosis, rickettsiosis y bartonellosis. Flebotomos En Europa, la leishmaniosis canina está causada por Leishma- nia infantum , que incluye varios tipos enzimáticos (zimode- mas). El perro, en mayor medida, es el principal hospedador de Leishmania infantum. Algunos gatos también pueden serlo y otras especies de mamíferos -como ratas o ardillas- también pueden serlo. Los flebotomos se desarrollan en hábitat terrestres. Los hue- vos son depositados en suelos muy ricos en materia orgánica y las larvas pasan por cuatro estadios evolutivos antes de pupar y emerger como adultos. En cuanto a los lugares, durante el día se sitúan en lugares sombríos y húmedos, como pueden ser grietas, sótanos oscuros, establos o agujeros de muros de piedra. En zonas geográficas, se distribuyen en la ribera me- diterránea, África y Oriente Medio. De hecho, la leishmaniosis canina es endémica en el sur de Europa, y la prevalencia de la infección alcanza hasta un 75% en las poblaciones expuestas. Asimismo, el área endémica de P. perniciosus llega hasta el nor- te de Francia, el sur de Alemania y el sur de Suiza. Sobre la biología y la transmisión, la ESCCAP señala las siguien- tes características: • Leishmania spp. son muy específicas vector y son transmi- tidas cuando las hembras de Phlebotomus spp . se alimen- tan de la sangre de sus hospedadores. La actividad de los vectores es mayor durante la noche y a temperaturas de 18-22ºC. • El desarrollo del parásito en el vector requiere de entre siete y 14 días si la temperatura es mayor que 18ºC. • Es posible la transmisión de Leishmania por otras vías no vectoriales como la transmisión vectorial de la madre a su camada. • Algunas razas de perros, como el podenco ibicenco, tie- nen una mayor resistencia. Otras razas, como el pastor ale- mán, rottweilers, cockers o boxers, son más susceptibles al desarrollo de la enfermedad. • El periodo de incubación puede variar desde tres meses a varios años. De ello depende la respuesta inmune del animal. • Posteriormente a la multiplicación local de los parásitos en las células dendríticas y macrófagos cutáneos, se inicia la diseminación vía linfo-hemática. Pueden hallarse pará- sitos en piel, nódulos linfáticos, bazo, hígado, médula ósea y muchos otros órganos. En cuanto a los signos clínicos, como se ha mencionado ante- riormente, pueden variar según la respuesta del sistema inmu- ne del animal, su historia clínica y otros factores. Sin embargo, uno de los primeros síntomas que se pueden observar es la lesión cutánea producida por el vector. El flebotomo suele pi- car en el pabellón auricular, la trufa y el abdomen. Las picadu- ras pueden confundirse a veces con picaduras de garrapatas o de otros insectos, y son lesiones ulcerativas, conocidas como “chancro de inoculación”. La duración media de la lesión es de Los signos clínicos de la leishmaniosis canina pueden variar según la respuesta inmunológica del animal

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