IM VETERINARIA #14

34 im veterinaria L a veterinaria María José Fernández del Palacio , que es profesora de Cardiología en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia , acumula una amplia expe- riencia en una especialidad en la que, según afirma, “se ha hecho un buen trabajo durante más de 20 años a través del grupo de cardiología (GECAR) de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA), cursos de posgrado y másteres” . La buena salud de la que goza la cardio- logía veterinaria en España, con “varios compañeros que han realizado la especialidad en el extranjero y que están volviendo a trabajar a nuestro país” , garantiza además que “la formación de los posgraduados en el futuro esté asegurada” . Es más, “también la posibilidad de realizar la residencia de la es- pecialidad en España” que, por el momento, ya es posible en el Hospital Veterinario Universitario vinculado a la Universidad de Murcia. “Tanto las asociaciones de pequeños animales como el Consejo General de Colegios Veterinarios de España están muy sensibilizados con el tema de las especialidades y, desde varios ámbitos, se está promoviendo la implantación de títulos interme- dios más asequibles que las diplomaturas para la mayor parte de los compañeros veterinarios” , explica Fernández del Palacio. Tratamientos La buena situación general de la cardiología veterinaria per- mite que, al igual que en medicina humana, la mayor parte de las dolencias cardíacas que padecen las mascotas puedan ser tratadas. “Como en la medicina humana, utilizamos medios quir ú rgicos, intervencionismo cardiaco y fármacos” , indica la ve- terinaria y docente que pone varios ejemplos. “Hay terapia correctora para algunas cardiopat í as tales como el cierre del conducto arterioso persistente, mediante cirug í a o intervencionismo; semi-correctora, como la implantaci ó n de marcapasos en casos de bradiarritmias sintom á ticas como el blo- queo atrioventricular completo y el síndrome del seno enfermo, o la dilataci ó n con bal ó n de la v á lvula pulmonar esten ó tica, me- diante cateterismo” , enumera, añadiendo que en otros casos, como en las cardiomiopatías de perros y gatos y la enferme- dad mitral degenerativa crónica, se utiliza la terapia paliativa mediante fármacos con el fin de controlar los signos clínicos. Fernández del Palacio recuerda, al hablar de las dolencias más frecuentes, que los tipos de cardiopatías son diferentes si se trata de perros, gatos o incluso hurones, en los que la cardio- miopatía dilata: “Las cardiopatías más frecuentes en perros son las adquiridas. En los perros de raza pequeña y edad avanzada, la cardiopatía mas prevalente es la enfermedad degenerativa de válvulas atrioventriculares, que anteriormente se denominaba endocardiosis y que representa entre el 75% y el 80% de todas las cardiopatías, y, en los de raza grande, la cardiomiopatía dilatada al igual que en los hurones” , puntualiza. Intolerancia al ejercicio En cuanto a las enfermedades congénitas en perros, explica que representan entre el 0,5% y el 2% del total de la pobla- ción clínica y que las más frecuentes son el conducto arterioso persistente, la estenosis pulmonar y la estenosis subaórtica. Ya en el caso de los gatos, las cardiopatías adquiridas más fre- cuentes son las cardiomiopatías, “concretamente la cardiomio- patía hipertrófica, con una prevalencia del 15%, mientras que las congénitas que más se diagnostican son los defectos septales y la displasia tricúspide”. Fernández del Palacio explica que, en líneas generales, “los tra- tamientos en cardiología veterinaria se llevan a cabo teniendo en cuenta la medicina basada en la evidencia, a partir de estudios multicéntricos, como ocurre con la enfermedad mitral degenera- tiva crónica o la cardiomiopatía dilatada canina” . Sin embargo, matiza que “aún no hay estudios sobre terapéutica específica para algunas cardiopatías, como sucede con las cardiomiopatías de los gatos en las que los tratamientosmuchas veces se basan en opinión de expertos”. Los signos clínicos de estas dolencias son muy variados y dependen de la especie: “Los perros pueden comenzar mani- festando intolerancia al ejercicio y tos. A medida que avanza el “Los perros pueden comenzar manifestando intolerancia al ejercicio y tos; los gatos son menos ‘expresivos’ clínicamente”

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