IM VETERINARIA #12

41 im veterinaria (“mielo-TAC”), proporcionando información adicional sobre la presencia de compresión medular. Los hallazgos típicos en pacientes con discoespondilitis incluyen áreas hipodensas de los platos vertebrales compatibles con destrucción del hueso (lisis) y proliferación ósea irregular. En aquellos casos con ex- tensión de la enfermedad al interior del canal vertebral, la mie- lo-TAC permite visualizar la presencia de una lesión extradural con densidad de tejido blando (ej. granuloma inflamatorio, empiema) comprimiendo o desviando la médula espinal. RMN La RMN permite valorar con gran sensibilidad el disco interver- tebral, los platos vertebrales, la médula espinal y la musculatu- ra paravertebral. La RMN es superior al TAC en la identificación de alteraciones del disco intervertebral asociadas a discoes- pondilitis que, en ocasiones, preceden a la presencia de os- teolisis en esta patología. La RMN también permite identificar alteraciones de la médula ósea vertebral que se producen en la fase más inicial de la enfermedad y que pueden preceder a las lesiones osteolíticas. Varios estudios han descrito los ha- llazgos característicos de RMN en la discoespondilitis canina. Los discos intervertebrales afectados aparecen hiperintensos en secuencias potenciadas en T2 y secuencias de supresión de grasa como STIR, e isointensos en secuencias potenciadas en T1. Asimismo, es frecuente que los discos intervertebrales afectados tengan una apariencia irregular y sean más estre- chos de lo habitual, originando estrechamiento del espacio intervertebral. La médula ósea de los platos y cuerpos verte- brales afectados aparece hipointensa en secuencias T1 y T2 e hiperintensa en la secuencia STIR. Los platos vertebrales tam- bién muestran irregularidad de sus bordes. Tras la administra- ción de contraste paramagnético, es frecuente que haya cap- tación heterogénea de contraste en los discos intervertebrales y los platos vertebrales afectados. La RMN permite también visualizar alteraciones de intensidad del parénquima medular, la presencia de compresión medular y/o de raíces nerviosas, y cambios de intensidad de los tejidos paravertebrales. Tanto la TAC como la RMN son superiores a la radiografía en el diagnóstico de discoespondilitis. Sin embargo, no es necesa- rio llevar a cabo pruebas de diagnóstico por imagen avanzado en todos los casos de discoespondilitis. El uso de TAC o RMN se recomienda en las siguientes situaciones: 1) aquellos casos sospechosos de discoespondilitis en los que la radiografía no muestre lesiones obvias o concluyentes, 2) aquellos casos de discoespondilitis en los que existen déficits neurológicos aso- ciados para así poder caracterizar con más detalle la localiza- ción, severidad, y naturaleza (subluxación, fractura patológica, empiema, absceso, granuloma) de la compresión medular, 3) en aquellos casos de discoespondilitis en los que se planee realizar un tratamiento quirúrgico. Ecografía abdominal, radiografías torácicas y ecocardiografía En general, se recomienda obtener una ecografía de abdomen y radiografías de tórax en todos los casos de discoespondilitis, El tratamiento médico es el que se lleva a cabo en la mayoría de los casos de discoespondilitis con el objetivo de caracterizar el foco primario de infección. En aquellos casos con soplos cardiacos recién diagnosticados en los que exista sospecha de endocarditis, también se recomien- da realizar una ecocardiografía. Pruebas laboratoriales y cultivos Los resultados del hemograma y la bioquímica son habitual- mente normales. La presencia de leucocitosis es poco común y, por tanto, no debe excluirse la posibilidad de discoespondi- litis basándose en un hemograma normal. El análisis de orina debe realizarse siempre en animales con sospecha de discoes- pondilitis, puesto que el tracto urinario es el foco primario de infección más comúnmente asociado a esta enfermedad. El análisis de líquido cefalorraquídeo (LCR) no es una prueba que necesite realizarse en todos los casos de discoespondilitis. Se recomienda obtener LCR solo en aquellos casos en los que se sospeche que la enfermedad se ha extendido a través de las meninges para descartar meningitis o meningomielitis se- cundarias. En general, el LCR será normal si la discoespondilitis se limita a un proceso extradural con infección presente sola- mente en el disco intervertebral y platos vertebrales sin entrar en contacto con el espacio subaracnoideo que es donde se encuentra el LCR. Si hay extensión de la infección a través de las meninges, el LCR puede mostrar aumento de proteínas y pleocitosis (aumento del recuento de células nucleadas), com- patible con meningitis. Junto con las pruebas de diagnóstico por imagen, una parte fundamental en el diagnóstico de la discoespondilitis es inten- tar el aislamiento del microorganismo causal. No siempre es posible aislarlo, pero se debe intentar en la medida de lo posi- ble, puesto que la identificación de un microorganismo causal permite obtener un antibiograma y seleccionar la antibiotera- pia más adecuada en cada caso evitando la resistencia bacte- riana a antibióticos. Se recomienda obtener como mínimo un cultivo de orina y un hemocultivo. Es muy importante intentar adquirir las muestras para cultivo antes de iniciar tratamiento con antibióticos. La muestra de sangre para hemocultivo debe obtenerse de manera estéril y realizar cultivos tanto en medio aeróbico como anaeróbico. Si es posible, se recomienda la ob- tención de la muestra para hemocultivo coincidiendo con un pico de fiebre, puesto que la fiebre, a menudo, va ligada a la presencia de bacteremia activa lo que puede aumentar las po- sibilidades de obtener un hemocultivo positivo. Dependiendo del estudio, el porcentaje de hemocultivos positivos descritos en casos de discoespondilitis se encuentra entre un 34 y un 82% de los casos. En general, los cultivos de orina son positivos entre el 28 y el 54% de los casos. Lo ideal es obtener al mismo

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=