La premedicación con dexmedetomidina por vía intranasal ofrece ventajas en los estudios de resonancia magnética

En comparación con las vías intramuscular e intravenosa, la administración de dexmedetomidina por vía intranasal a una dosis de 125 mg/m2 reduce la hipotensión y la hipotermia durante los estudios de resonancia magnética en perros con problemas neurológicos.

04/04/2024

Un estudio realizado en perros con problemas neurológicos sometidos a estudios de resonancia magnética recomienda la administración de dexmedetomidina por vía intranasal al conseguir una anestesia más segura. El artículo Intranasal dexmedetomidine as premedication for magnetic resonance imaging examinations in dogs with neurological disorders mitigates hypotension and hypothermia, publicado en ...

Un estudio realizado en perros con problemas neurológicos sometidos a estudios de resonancia magnética recomienda la administración de dexmedetomidina por vía intranasal al conseguir una anestesia más segura. El artículo Intranasal dexmedetomidine as premedication for magnetic resonance imaging examinations in dogs with neurological disorders mitigates hypotension and hypothermia, publicado en Journal of the American Veterinary Medical Association, compara los efectos de la premedicación con dexmedetomidina por vía intranasal en comparación con las vías intravenosa e intramuscular. Los autores llegan a la conclusión de que la administración por vía intranasal reduce la hipotensión y la hipotermia durante la anestesia en comparación con otras vías más empleadas.

El uso de la resonancia magnética para diagnosticar patologías nerviosas está cada vez más extendido. Sin embargo, este procedimiento obliga a anestesiar a los pacientes, con los consiguientes riesgos que ello implica. Además, el uso de objetos que ayuden a aumentar la temperatura corporal del animal no está permitidos en este tipo de estudios, lo que aumenta el riesgo de que el perro sufra hipotermia.

La hipotermia, al igual que muchos anestésicos, puede causar hipotensión en el paciente, lo que afecta perjudicialmente al metabolismo, la función inmune, la circulación y la coagulación. Asimismo, los efectos perjudiciales de la anestesia pueden empeorar la enfermedad de los perros con enfermedades neurológicas y el uso de fluidoterapia o catecolaminas para manejar la hipotensión pueden incrementar la presión intracraneal y reducir el transporte de oxígeno, lo que tampoco es deseable en estos pacientes. Por ello, minimizar el riesgo de hipotensión e hipotermia es esencial en este procedimiento.

Este estudio investiga el efecto de la administración de dexmedetomidina por vía intranasal en la anestesia de perros con enfermedades neurológicas sometidos a estudios de resonancia magnética, comparado con la premedicación por vía intramuscular o intravenosa.

Variación más estable de la presión arterial

En este caso, se calculó la dosis del fármaco en función de la superficie corporal del paciente, ya que este método de dosificación es más preciso y seguro que calcular en función del peso. Así, se administró una dosis de 125 mg/m2 por vía intranasal, lo que se corresponde con una dosis de en torno a 0,006 mg/kg.

Los resultados reflejan una disminución significativa en la presión arterial en ambos grupos. Sin embargo, los perros premedicados con dexmedetomidina por vía intranasal mostraron una menor frecuencia de episodios hipotensivos con una presión arterial inferior a 60 mmHg, especialmente en los primeros 30 minutos de la anestesia.

La hipotensión durante la anestesia puede producir un aumento de la presión intracraneal, edema cerebral, isquemia de la médula espinal e hipoxia, lo que es muy perjudicial para este tipo de perros. Por lo tanto, la administración intranasal de dexmedetomidina consigue una variación más estable de la presión arterial y reduce el riesgo de hipotensión.

De la misma manera, ambos grupos presentaron una disminución significativa de la temperatura corporal durante la anestesia. Sin embargo, los pacientes premedicados por vía intranasal tuvieron una mayor temperatura corporal cuando el estudio de resonancia magnética duraba menos de una hora.

Por otra parte, la bradicardia es un efecto secundario frecuente al administrar dexmedetomidina por vía intramuscular o intravenosa, lo que puede conducir a hipotermia o un aumento de la presión intracraneal. Por el contrario, este evento solo se observó en dos perros premedicados por vía intranasal, lo que probablemente se debe a una distribución sistémica más limitada del fármaco por esta vía, lo que se refleja en un menor agonismo de los receptores adrenérgicos a2. En estos dos pacientes, la bradicardia se resolvió al administrar atipamezol, un antagonista de la dexmedetomidina, por lo que se puede afirmar que este fármaco era el causante de la menor frecuencia cardiaca. Sin embargo, estos perros no mostraron una extubación más prolongada ni una peor recuperación.

En conclusión, los resultados de este estudio indican que la administración de 125 mg/m2 de dexmedetomidina por vía intranasal como premedicación en los estudios de resonancia magnética es una técnica sencilla y segura en perros con problemas neurológicos. Este protocolo puede ayudar a mantener la presión sanguínea y reducir la pérdida de temperatura corporal en estos procedimientos anestésicos. Tampoco se observan los efectos típicos de la administración de dexmedetomidina (hipertensión y bradicardia) al utilizar la vía intranasal.

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