Los perros de terapia llegan por primera vez al `corazón´ de un hospital español

La Fundación Affinity, en colaboración con el Hospital del Mar de Barcelona, inicia un proyecto para llevar a estos animales entrenados hasta las unidades de cuidados intensivos. Servirá para evaluar los beneficios que presentan en los pacientes y extenderse en un futuro hacia otros servicios, en línea con la estrategia de humanización interna.

23/02/2024

Era algo que hasta ahora no se había probado en España: el uso de perros de terapia en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). La primera en ponerlo en marcha desde mediados de octubre ha sido la del Hospital del Mar de Barcelona en colaboración con la Fundación Affinity. Los ...

Era algo que hasta ahora no se había probado en España: el uso de perros de terapia en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). La primera en ponerlo en marcha desde mediados de octubre ha sido la del Hospital del Mar de Barcelona en colaboración con la Fundación Affinity. Los canes pasan unos minutos con aquellos pacientes que desean recibirlos. Se sientan a su lado, o se tumban a lo largo de la cama, dependiendo de cómo les reciba la persona ingresada. Son solo unos minutos, pero tanto doctores como investigadores creen que puede tener un efecto balsámico de cara a una mejor y más rápida recuperación en el periodo post-UCI.

"Para nosotros es un programa muy importante, en primer lugar porque se desarrolla en un hospital de tercer nivel, en el espacio más `sagrado´ del hospital para permitir que un perro entrara en él. Si hemos demostrado que ellos pueden estar de una forma segura, y además aportando ayuda en una UCI, pueden estar en cualquier lugar", desarrolla Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

La iniciativa ha sido posible como parte del "compromiso" que mostró el servicio de Medicina Intensiva de este centro. Su actual jefe, Joan Ramon Masclans, recuerda que se enmarca dentro de los ejes del programa de humanización vigente desde antes de la pandemia para no ofrecer "solo la mejor medicina", sino también "la mejor atención posible" tanto a pacientes como a sus allegados. "De alguna manera, redunda en que después las perspectivas de recuperación sean más rápidas y mejores" tras ser dados de alta. Dicho programa ha permitido actividades muy distintas a las habituales, como abrir las UCI las 24 horas del día para los acompañantes, que pueden descansar en cómodas salas de espera; salir al paseo marítimo "para ver el mar y que les dé el aire y el sol" o ser una unidad pet friendly y que aquellos ingresados que tuviesen un animal de compañía pudiesen pasar tiempo con él en su box individual. Era, por tanto, el momento de ir "un paso más allá", reconoce Masclans. Tras haber comprobado todos los requisitos necesarios que ha de tener el animal, diseñaron conjuntamente la primera fase piloto, la actual. Al sanitario no le cabe duda de que "esto será algo más dentro de la cartera de servicios" que ofrecen, además de permitir reducir el uso de fármacos como ansiolíticos.

Se esperan más beneficios, para los cuales habrá que tener paciencia: ambos entrevistados reconocen que hará falta al menos un año en la toma de muestras de saliva y la recogida de respuestas en un cuestionario. Se realizan antes y después de la presencia del perro de terapia y permitirán determinar cuánto reduce y en qué grado distintos indicadores hormonales (cortisol, melatonina; se valorará si también oxitocina).

Los resultados del primer estudio, para 2024

Serán más de 70 sesiones que se alargarán a lo largo de 2024 para una muestra no definida de pacientes. Ese mismo año se espera poder ofrecer los primeros resultados ya analizados. "Subjetivamente", indica Masclans, ya se pueden compartir algunas impresiones, como que se les nota "más contentos y tranquilos" tras la visita perruna.

A medio plazo se podrá apreciar si sirve para disminuir las estancias y el uso de medicación farmacológica. Pero sobre todo, insiste en la idea, se trata de que cuando salga, "salga con menos estrés postraumático, como estaban saliendo hasta ahora de todas las unidades de cuidados intensivos. Que no sea una experiencia muy, muy traumática (que lo seguirá siendo), pero intentar controlarlo mejor posible".

La observación de los propios terapeutas (los médicos y el personal de Enfermería) también ponderará el balance global que completa la perspectiva del paciente. Fatjó agrega al respecto la dimensión económica, ya que si resulta como esperan, una recuperación más rápida reducirá los costes para el hospital, aunque es algo que no cree que puedan responder "en esta primera fase de estudio".

Desde la Fundación Affinity llevan años mostrando evidencia científica respecto a los aspectos positivos que tiene convivir con animales de compañía. En concreto, el director de la cátedra subraya el "apoyo social". En otras palabras, la ayuda de las personas o mascotas del entorno para "hacer frente a situaciones difíciles". Fatjó lo sabe bien porque ya han impulsado otros programas de terapia asistida, que permiten acercar a perros a lugares donde otros "no pueden llegar o no tienen acceso", como determinadas zonas de un hospital.

Puerta abierta a la expansión a otras áreas

Desde la UCI esta terapia puede tener un efecto de "gota de aceite", ejemplifica Masclans, que ayude a expandir el programa hacia otras áreas. Así ha pasado ya, sin ir más lejos, con una iniciativa que aplica Realidad Virtual (RV) para pacientes en rehabilitación y durante las sesiones de fisioterapia. Que puedan vivir la experiencia de pasear en bicicleta por Barcelona aumenta la proactividad y la participación de la persona. También ocurre en pacientes pediátricos que deben pasar por el quirófano, para los que la RV ayuda a la hora de practicar intervenciones quirúrgicas.

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