Sergio Ruiz lleva casi dos décadas realizando clínica mixta de animales de compañía y animales de granja. Desde 2019 lidera el apasionante proyecto Clínica Veterinaria Primero de Mayo, en Santander. "A primera hora siempre tenemos cirugías, y después suelo atender consultas. Cuando termino salgo a hacer visitas domiciliarias, que es un servicio muy valorado por nuestros clientes. Por las tardes estoy a caballo entre la clínica, las visitas de campo y de domicilio. Intento estar allí donde soy más útil", comenta cuando le preguntamos sobre su rutina diaria.

Los veterinarios han vivido una gran profesionalización de los servicios y las técnicas, acompañados por un mayor conocimiento y responsabilidad por parte de los propietarios de mascotas, que se traduce en una mayor exigencia por su parte. "Así por ejemplo, hoy en día vemos cómo compañeros se especializan en fisioterapia, oftalmología, odontología, diagnóstico por imagen, etc., lo cual hace unos años era impensable", valora.

Sin embargo, para Sergio Ruiz, una de las mayores dificultades es conciliar la vida personal y laboral: "Atender varias especies animales requiere una gran dedicación y mucho tiempo. Sientes la responsabilidad de atender a todo el que confía en ti, y eso te lleva a jornadas intensas y largas, librar poco y estar el 90% de los días de guardia 24 horas".

Para el propietario de Clínica Veterinaria Primero de Mayo, la mejor forma de fidelizar a los clientes es dar un servicio lo más completo posible con un trato empático y profesional. "Incluso cuando el diagnóstico no es preciso, el cliente agradece la sinceridad porque entiende que hay casos en los que desconocemos más de lo que sabemos, pero valora nuestra opinión, se deja asesorar por nuestras recomendaciones y volverá cuando lo necesite".

La tecnología sanitaria, la formación y los medicamentos requieren una importante inversión, y precisamente uno de los mayores retos de los veterinarios es ofrecer una asistencia lo más completa posible ajustando el coste a los recursos de cada dueño de mascota. "A menudo nos encontramos con propietarios que nos dicen que no pueden afrontar todas las pruebas diagnósticas necesarias o solo parte del tratamiento", se lamenta.

Sergio Ruiz destaca la incorporación de equipo de termosellado vascular como una de las innovaciones más espectaculares. "Es una cauterización muy segura y precisa, lo que se traduce en incisiones más pequeñas con menor tiempo de exposición a la anestesia", asegura, y continua: "Es un claro ejemplo de cómo un desarrollo tecnológico que adoptamos de la medicina humana mejora la seguridad en las cirugías y las hace menos exigentes para el cirujano".

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