Ana del Carmen Vega trabaja mano a mano con su marido Rafael en la salud animal. Ambos lideran un consultorio en La Codosera, y una clínica veterinaria situada en Alburquerque, en la provincia de Badajoz. Fue en 2013 cuando Ana del Carmen Vega se lanzó al apasionante proyecto de abrir su propio centro en su ciudad natal. Hoy nos enseña orgullosa Clínica Veterinaria Vegavet, resultado de mucho esfuerzo y trabajo: "En nuestro día a día ofrecemos medicina preventiva y curativa para grandes y pequeños animales. Nuestro trabajo consiste en diagnosticar y tratar problemas de ámbito general en la clínica veterinaria".

Una de las novedades más recientes en su clínica es la adquisición de aparatología que permite realizar pruebas diagnósticas. "Actualmente ofrecemos pruebas de imagen (ecografía y radiografía) y análisis clínicos (hematología y bioquímica). Antes nuestros clientes tenían que desplazarse a más de 40 km para encontrar este tipo de servicios, pero ahora se los ofrecemos en su localidad", explica.

La gripe aviar, la enfermedad hemorrágica epizoótica, la Covid-19... Las epidemias se suceden, y ahí está el veterinario como agente clave y central en la prevención. Pero ¿esto se reconoce? "El coronavirus enseñó a la población a respetar y admirar las profesiones sanitarias, pero no ha sido nuestro caso como veterinarios", se lamenta Ana del Carmen Vega, y añade: "Ni el gobierno ni la sociedad son conscientes de la importancia de la veterinaria en nuestro día a día. La sociedad sigue viendo al veterinario como el veterinario clínico, no tiene conciencia del peso sanitario diagnosticando, por ejemplo, enfermedades zoonóticas".

Y es que hay excelentes veterinarios en Salud pública, en investigación, en educación, en industria alimentaria… Que parecen estar ocultos. "Uno de los grandes retos de la veterinaria en general es hacerse hueco en la sociedad, ya que desde el gobierno no se impulsan planes reales que engloben a nuestra profesión como una profesión sanitaria", considera esta profesional.

En estos últimos años ha cambiado la medicina veterinaria a la par que también ha cambiado el perfil del cliente: "Con la incorporación de las tecnologías y la evolución de la sociedad hacia una población menos paciente y más exigente, hemos observado cómo hay clientes que vienen a la consulta con un posible diagnóstico buscado por internet, lo cual dificulta a veces el diagnóstico real". Precisamente, ante la avalancha de desinformación, ¿qué puede hacer el veterinario? "Procuramos que los propietarios estén informados de todo lo que pueda resultarle útil para su mascota, y aconsejamos buscar esa información acudiendo a profesionales veterinarios".

Claro está que esta concienciación debe ser compartida, empezando por la educación sanitaria. "Es muy difícil pensar que el gobierno nos considera sanitarios cuando hoy día tener una mascota es un lujo con un IVA del 21% en tratamientos tan importantes como en prevención de enfermedades zoonóticas".

Así, Ana del Carmen Vega espera que las instituciones tomen conciencia de la trascendente labor de la veterinaria y que la población conozca todas las ramas de la misma. "Una profesión muy extendida pero muy desconocida por la sociedad", concluye.

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