A mediados del pasado diciembre, la decana de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), Maite Martín, cedió el testigo tras dos años y medio como presidenta de la Conferencia de Decanos y Decanas de Facultades de Veterinaria de España (CDVE) a su homóloga de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Consuelo Serres Dalmau. "Es un reto desafiante, pero la verdad es que es muy gratificante, yo estoy muy contenta y con mucha ilusión", confiesa en una videollamada a IM Veterinaria.

La nueva junta directiva, compuesta además por Gaspar Ros Berruezo, decano de la Facultad de Veterinaria en la Universidad de Murcia, e Isabel Rodríguez Hurtado, decana de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Alfonso X El Sabio, anunció las líneas maestras que guiarán los primeros años de mandato: formación, relaciones institucionales y proyección social. La premisa principal será, subraya la presidenta, promover una educación de calidad y apostar por la investigación. Pero los asuntos que más apremian ahora mismo a la CDVE tienen que ver con la regulación de los estudios de Veterinaria a la directiva europea (lo que conllevaría incrementarla hasta los 360 créditos), además de adaptar las memorias a lo establecido por Real Decreto del Gobierno.

"Nuestra idea urgente es terminar y concluir este trabajo que llevamos haciendo estos dos años y medio anteriores. Llevamos hablando con el Ministerio de Universidades y trabajando muy bien con ellos, entendiéndonos muy bien", asegura. Además, confía que, en un plazo muy corto de tiempo, este asunto "quede cerrado". A su vez, dotar de más calidad a la formación, dándole un carácter continuo para dirigir su carrera y poder desarrollarla en nuestro país permitiría atajar uno de los grandes problemas que señala: la fuga del talento.

Exportadores de talento

"Necesitamos no perder talento. Estamos exportando muchísimos veterinarios", lamenta Serres. Mejores condiciones laborales en el extranjero o más posibilidades de progresar en su trayectoria profesional son solo algunos de los incentivos que encuentran los profesionales españoles fuera de nuestro país, algo que explicaría la "sensación de falta de veterinarios" por parte de la sociedad.

Actualmente, la Organización Colegial Veterinaria (OCV) está trabajando el aspecto de las especialidades, que permitiría, explica la presidenta de la CDVE, "saber a los veterinarios recién egresados cuál va a ser su itinerario profesional".

Porque si algo tienen claro desde el organismo que representa a los decanos y las decanas es que no hace falta crear más facultades, algo que la nueva junta directiva ratifica. "Ahora mismo formar a un veterinario por curso académico, indican algunos estudios, son unos 20.000 euros. Eso es una barbaridad. Prácticamente, se consumen los recursos de las matrículas completas de una universidad privada".

A su vez, señala que la pública destina "muchos de los recursos" que reparte la universidad a los estudios del Grado de Veterinaria, cuando hacen falta inversiones para asegurar la calidad de la formación. "Es importante apoyar el sector universitario y la formación de los veterinarios, pero de otra manera, no creando más facultades", zanja.

En este tiempo se han hecho progresos, como la adaptación formativa al mercado laboral "en lo que permite la normativa actual", matiza Serres, quien es consciente de que las empresas piden "más especialistas". Por eso, reconocen que desde dentro de las facultades intentan "que salgan con unos conocimientos suficientes para que puedan trabajar en cada una de esas especialidades o áreas para que salgan los suficientemente formados para empezar a trabajar". Por ejemplo, aumentando las prácticas clínicas, uno de los motivos de orgullo: "Nuestros estudiantes están haciendo un rotatorio clínico al final de sus grados que es impresionante y con el que estamos todos encantados, porque le da una practicidad a la carrera que está muy bien".

El posgrado también debería ser "profesionalizante", para que el estudiante elija la especialidad en la que quiere formarse y, al mismo tiempo, los empleadores sepan "qué es lo que pueden desarrollar estos futuros profesionales". Sin dejar de lado, añade Serres, aspectos como el aprendizaje de las conocidas como habilidades blandas (soft skills), que facilitarían la preparación del estudiante en el momento de exponerse al mercado laboral; el bienestar animal o el enfoque One Health.

"Las facultades están muy fuertes"

La UAB y la UCM tienen a sus facultades de Veterinaria entre las 20 primeras a nivel mundial, según rankings como el de QS World University Rankings by Subject de 2022. A esto se añade que la gran mayoría han obtenido, y las que quedan están a punto de hacerlo, la acreditación de Evaluación Europea (EAEVE) que establece la calidad y la excelencia en estas facultades en todo el territorio europeo."Yo creo que las facultades de España no nos podemos quejar: creo que hace un reflejo real y objetivo de la calidad que tenemos", refrenda Serres.

De puertas para fuera, la decana cree que uno de los principales problemas que tiene la profesión "es el desconocimiento de la sociedad". Para revertir esa tendencia, apuesta por una mayor visibilización para que, a su vez, los veterinarios se sientan "bien valorados" y no busquen otras salidas profesionales. "El sector veterinario tiene un reto de visibilidad importante. Y de hecho es otro de nuestros objetivos en esta candidatura: la proyección social, que, junto con prensa, organizaciones, laboratorios, creo que deberíamos de trabajar en conjunto", agrega.

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