La evolución genética de los perros les permite comunicarse con los humanos

Según un estudio, la capacidad social de los perros se ve afectada por genes que también parecen influir en el comportamiento humano.

08/11/2016

Per Jensen, profesor de Etología de la Universidad de Linköping, en Suecia, ha liderado un grupo de investigación sobre un estudio acerca del comportamiento social canino. Según Jensen, “nuestros resultados son los primeros en revelar los genes que pueden haber causado el cambio extremo en el comportamiento social, el cual ...

Per Jensen, profesor de Etología de la Universidad de Linköping, en Suecia, ha liderado un grupo de investigación sobre un estudio acerca del comportamiento social canino. Según Jensen, “nuestros resultados son los primeros en revelar los genes que pueden haber causado el cambio extremo en el comportamiento social, el cual ha ocurrido en los perros a medida que fueron domesticados”. Así, según el estudio, la capacidad social de los perros se ve afectada por genes que también parecen influir en el comportamiento humano.

El propio Jensen ha confirmado que su equipo encontró una relación entre cinco genes diferentes y la capacidad de los perros para interactuar con los seres humanos, y cuatro de ellos están también relacionados con los trastornos sociales en los seres humanos, por ejemplo, el autismo. Lo que viene a significar el estudio a grandes rasgos es que el perro, durante miles de años, se ha adaptado a una vida entre humanos y ha desarrollado habilidades únicas para comunicarse y cooperar con los seres humanos.

Se trata de los primeros resultados en revelar los genes que pueden haber causado el cambio extremo en el comportamiento social, el cual ha ocurrido en los perros a medida que fueron domesticados. Dicho estudio, publicado en la revista científica 'Scientific Reports', quería estudiar el comportamiento de los perros presentándoles un problema sin solución. La tarea consistía en abrir una tapa hermética para obtener un premio. Del estudio de comportamiento formaron parte casi medio millar de beagles con experiencias anteriores similares de interacciones humanas. Los científicos utilizaron grabaciones de vídeo para cuantificar la disposición de los perros a buscar el contacto físico con una persona en la habitación cuando el problema resultó ser demasiado difícil.

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