De igual forma que en otras especialidades, está aumentando el número de casos en neurología veterinaria. Así lo ve Luciano Espino, veterinario del Hospital Veterinario Universitario Rof Codina y profesor de la Universidad de Santiago de Compostela. Ello es, según el experto, por la mayor concienciación por parte de los ...
De igual forma que en otras especialidades, está aumentando el número de casos en neurología veterinaria. Así lo ve Luciano Espino, veterinario del Hospital Veterinario Universitario Rof Codina y profesor de la Universidad de Santiago de Compostela. Ello es, según el experto, por la mayor concienciación por parte de los propietarios y la mejoría en los cuidados de nuestras mascotas que ha incrementado su longevidad y, por lo tanto, ha favorecido la aparición de patologías que son más frecuentes en pacientes de edad avanzada.
"Además, en el caso de la neurología, podríamos añadir la mejoría en la capacidad diagnóstica con los avances de las técnicas de diagnóstico por imagen y la popularidad que han alcanzado algunas razas que muestran una mayor prevalencia de algunas enfermedades neurológicas", detalla el experto.
Actualmente, las dos presentaciones clínicas más frecuentes son los ataques epilépticos y los problemas de movilidad originados por lesiones medulares. "La causa más frecuente de ataques epilépticos es la epilepsia idiopática, mientras que dentro de las patologías espinales, la enfermedad del disco intervertebral es la que presenta una mayor prevalencia. Por detrás de estas presentaciones, el siguiente lugar lo ocuparían las enfermedades inflamatorias de origen desconocido".
El experto nombra que, de todas formas, las diferentes afecciones que se observan en consulta varían en función de si estamos hablando de un centro de primera opinión o de referencia, y también de la localización geográfica.
Principales tratamientos
Luciano Espino explica que, en el caso de la epilepsia, cuando no se ha identificado una causa de los ataques, el tratamiento sintomático con antiepilépticos, para reducir la frecuencia e intensidad de los ataques, es el tratamiento de elección. Mientras que, en el caso de la hernia discal, dependiendo de la gravedad de la lesión, se puede plantear un tratamiento médico o cirugía.
En este sentido, Luciano Espino detalla que "en ambos casos es necesario un diagnóstico y valoración tempranas ya que la demora en la selección del tratamiento adecuado puede tener consecuencias devastadoras para el paciente. Por último, en el grupo de las enfermedades inflamatorias de origen desconocido, se pueden emplear diferentes inmunosupresores".
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