Viajamos al sureste de la provincia de Zamora, en plena vega del Duero, para conocer a Miriam Feo, gerente de la Clínica Veterinaria San Agustín. "Me licencié por la Universidad de León y en el 2013 comencé a trabajar en la clínica en la que he realizado todas las prácticas gracias a Raúl, el gerente y compañero de profesión que confió en mí y al cual le tengo mucho que agradecer. En la actualidad soy la propia gerente de la clínica, ya que una larga enfermedad y un triste final hizo que Raúl dejara la profesión y me traspasara el centro".

La Clínica Veterinaria San Agustín está especializada en pequeños animales aunque también atiende a pequeños roedores y ciertas aves. "Nuestro trabajo diario se basa en medicina interna. Contamos con maquinaria de bioquímicas y hemogramas, radiografía digital, ecógrafo, etc. Realizamos también multitud de cirugías de tejidos blandos en nuestro quirófano, y disponemos de urgencias 24 horas".

Un servicio integral que está avalado por una extensa formación. "Nuestra profesión está algo infravalorada. En cuanto a los animales, hemos de detectar y tratar a tiempo las enfermedades que presentan, así como llevar a cabo planes preventivos para evitarlas. Además, los veterinarios de clínica no solo cuidamos la salud de las mascotas, sino que, haciéndolo, también cuidamos de nuestra propia salud".

Prueba de ello es la multitud de zoonosis que son controladas gracias a los tratamientos preventivos que se realizan en la clínica diaria. "Vacunar al animal, desparasitar internamente o externamente, ayuda a controlar enfermedades que afectan tanto a nuestras mascotas como a nosotros mismos".

Una profesión orientada a la salud pública de toda la sociedad y que sin embargo aún carece de ciertas cosas que son elementales. "Echamos de menos la creación del primer convenio veterinario, que ha llegado este año". Y es que la actividad veterinaria comporta una elevada responsabilidad. "A veces, cuando nuestro trabajo ya ha terminado, seguimos pensando en si el tratamiento que escogimos es el mejor para ese animal. Esto se acentúa si trabajamos en pequeñas clínicas y no grandes hospitales donde la vida del animal depende exclusivamente de nuestra atención".

Cuestiones esenciales para el equipo de profesionales de Miriam Feo: el trato personalizado y cercano con el cliente. "Nos parece fundamental que el veterinario no solo diagnostique y trate al animal, sino también que se preocupe por él y que haga entender al propietario qué le sucede a la mascota y qué opciones de tratamiento hay disponibles".

En cuanto a las demandas del sector, "lo primero que hay que hacer es cambiar el IVA veterinario", asegura Miriam Feo, y añade: "Esto ayudaría enormemente a las clínicas veterinarias, pero sobre todo a los propietarios menos pudientes porque podrían realizar muchos más tratamientos, sobre todo preventivos".

Entre sus deseos de futuro está "seguir ampliando el negocio con la incorporación de nuevas especialidades y la modernización de nuestras instalaciones empezando por continuar mi formación, así como la de mis empleados. Hay retos en mente que esperamos poder llevar a cabo en un tiempo cercano".