Con más de 2.700 colegiados, el COVB es el segundo colegio oficial más numeroso de España, detrás del de Madrid. En comparación con países de nuestro entorno, es una proporción de veterinarios por núm­ero de habitantes muy elevada, de igual manera que el núm­ero de facultades de veterinaria por habitante. "Esto evidente­mente repercute en la precariedad laboral actual, sobre todo en el ámbito de los animales de compañía. Es un gran reto para la profesión y, por supuesto, para los colegios profesionales. Nuestra voluntad es que el Colegio de Barcelona esté al servicio de todos los veterinarios", manifiesta Ricard Parés, vicepresidente del Co­legio Oficial de Veterinarios de Barcelona.

Y es que, a pesar de que la colegiación es obligatoria según el artículo tres de la ley estatal de colegios profesionales, "echa­mos en falta la colegiación de los veterinarios de la administra­ción, que en su mayoría no lo están".

Profesionalización

Y es que la veterinaria de hoy en día se enfrenta a grandes re­tos. "Todas las profesiones necesitan una entidad que defienda sus intereses. Pero defender los intereses de una profesión, en este caso la profesión veterinaria, no siempre es fácil", asegura el vice­presidente del COVB.

Cada vez más la actividad profesional se dirige a la clínica de pequeños animales, que es el sector más abundante en la provincia de Barcelona. "Tenemos un servicio de asesoramiento de clínicas que se dedica exclusivamente a visitar y asesorar las clínicas. También disponemos de un área de formación y bolsa de trabajo, y procuramos facilitar al colegiado una formación conti­nuada de calidad y que se adapte a los temas de más actualidad".

Difícil tarea al ser ingente el número de colegiados, pero la entidad realiza un esfuerzo importante en la actualización de conocimientos y el asesoramiento especializado. Otra área de trabajo es la protección animal: "En el COVB tenemos un comité de protección al que queremos dar un impulso, dada la importan­cia creciente de los temas relacionados con el bienestar animal".

Dificultades

Una actividad profesional, la veterinaria, que, pese a la trascen­dencia que ostenta para la salud pública tanto animal como humana, "ha perdido prestigio a nivel social". Por lo que "es el deber de todos los colegios, no sólo el de Barcelona, devolver al veterinario el lugar social que le corresponde". Y a ello precisa­mente es a lo que se refería la manifestación del pasado mes de noviembre en Madrid.

Desafíos como el intrusismo profesional y la precariedad labo­ral deben ser atajados. "Si bien son temas complicados porque hay muchos factores que influyen en ellos, desde el Colegio de Barcelona pondremos todos los recursos que tenemos a nuestro alcance para abordarlos".

Cambios

Y es que los cambios se precipitan en una profesión afectada por las decisiones políticas. "En España tenemos un problema que es el gran número de facultades de veterinaria. En muchas ocasiones los intereses políticos han ido por delante de una plani­ficación razonada de las plazas ofertadas", sostiene el vicepresi­dente del COVB, y añade: "Este ha sido uno de los motivos –aun­que no el único– de que a los recién licenciados les cueste mucho encontrar trabajo, y en su mayoría siempre piensen en animales de compañía y exóticos". Solución: hay que planificar mejor los estudios en España y dar una visión más amplia de la profesión a los alumnos que entran a la facultad.

Vacuna antirrábica

Otra controversia que atañe de lleno a la labor profesional es la vacuna antirrábica. "Cataluña junto con País Vasco y Galicia, son las únicas CCAA donde la vacunación no es obligatoria. Los últ­imos casos aparecidos en España –y sobre todo el concepto One Health que se ha implantado en Europa– hacen incomprensible esta situación", advierte Ricard Parés. De manera que el COVB luchará porque la vacuna antirrábica sea obligatoria en toda Cataluña.

Pero no solo las desigualdades entre CCAA afectan al colectivo de profesionales, a ello hay que sumarle la subida del IVA del 8 al 21% en 2012, o el impacto de las RRSS. "La digitalización es una oportunidad que hay que saber aprovechar correctamen­te: la receta electrónica permite un mejor control de los medica­mentos, y la redes sociales pueden mejorar la imagen del vete­rinario", asegura el vicepresidente del COVB, pero "también se han divulgado actividades de intrusismo profesional, algunas de las cuales hemos denunciado desde el Colegio de Veterinarios de Barcelona".

Prescripción de fármacos

En cuanto a la liberalización de la dispensación de medica­mentos de uso veterinario, "es absolutamente fundamental que, bien sea para aquellos destinados a consumo humano, bien sea para animales de compañía, sea realizada por profesionales veterinarios. Somos los veterinarios los que conocemos todos los procesos de los juicios clínicos: diagnóstico, pronóstico y trata­miento. Y es precisamente en el establecimiento de los tratamien­tos donde encaja la prescripción medicamentosa. Es un valor de la profesión y debemos defenderlo".

Optimismo

El futuro se dibuja lleno de oportunidades. "La sociedad está cada vez más concienciada de la importancia de cuidar bien los animales, y esto supone una gran oportunidad para el veterina­rio". Claro está, pero es necesario hacer una defensa férrea de la labor ejercida por los veterinarios, al tiempo que hay evitar el intrusismo profesional.

También es importante para la profesión potenciar otros cam­pos profesionales más allá de la clínica como pueden ser la se­guridad alimentaria o las granjas de animales productores de alimentos. "No tengo ninguna duda de que tenemos un gran futu­ro", sostiene el vicepresidente del COVB, y añade: "Los ciudada­nos deben saber que los veterinarios velamos por la salud y biene­star de los animales, pero también por la salud de las personas, ya que somos los garantes de aspectos fundamentales en los procesos de producción y control alimentario. Para ello debemos tener un colectivo formado y motivado, y esta es nuestra razón de ser".

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